Entre estrellas de cartón [fanfic Minjun, Hyunsaeng y Kyuki] (PAUSADA)

11. HyunSaeng ^^: Déjame llegar...

*Hyun Joong*

¿A esto se le llama vivir siquiera?

Vivo con la paranoia de ser atrapado en cualquier momento.

Y la verdad es que no soy buen actor que digamos. Veo de lado a lado por donde camino, es una pesadilla. Y lo fue aun peor cuando el lindo y adorable Ken me dijo: "esto lo recibirá un chico de tu escuela, se llama JaeJoong".

Estaba frito, refrito, bien bañadito en aceite hirviendo. JaeJoong no se la creía en cuanto me vio y le entregué su mercadería.

A mí qué me importa si se mete esas cosas,  lo que temía era que le dijera a mis padres. Pero él tan tono y enamorado que está de mí lo usé a mi favor.

《Si dices algo de esto a cualquier persona estás muerto》.

Tanto esfuerzo, tanta moral, tanta perfección... todo eso se fue al drenaje.

No creía que mi deuda fuera tanto ¿o sí?. Cuando le decía algo acerca de mi "esclavitud" a Ken, él respondía 《¿Perdón, ¡Ah, vienes por tu paga, verdad?!》. Y me daba un buen fajo de dinero que me reusaba a recibir. Y como cereza al pastel me daba pequeñas bolsitas para entregar así de la nada, tal payaso repartiendo globos, a chicos... muchos chicos de mi escuela.

¡Así como va a prosperar Corea del Sur y enviar ayuda a Guatemala y México en sus terremotos!

Entonces así viví desde ese día. Me llamaban "El Cachorro". De ese tipo flaco, el tal Chillón... ah, perdón, es JiYong; ni hablemos. Cuando me mira se ríe y me palmea la espalda diciendo: 《Más personas como tú quisiera en Asia, Cachorro》.

Y mi mala suerte no podría mejorar. YoungSaeng ni me pela. Me ignora a cada que le quiero hablar, si llego a él, hace como si no existiera. Ni siquiera me mira, nada. Ni la hora me da.

-- ¿A dónde vas? --mamá me pregunta cuando estoy a casi salir de casa.

-- A dar una vuelta, no tardaré.

-- ¿A quién le pediste permiso? --inquiere.

Ella se ha dado cuenta de mis salidas nocturnas, cómo no.

-- Mamá, saldré con Saenggi --ellos siguen creyendo que salimos --. Vamos, tengo dieciocho años. También tengo mis necesidades fisiológicas, necesidades sexuales... --ella me mira con cara de Wtf? --, no querrás que lo hagamos en casa ¿o sí?

El rostro de mamá se vuelve rojo de la vergüenza ajena. Qué me importa, además ni he vuelto a tener relaciones con nadie desde mi "violación".

-- Usa condón.

Y cierra la puerta en mi cara.

Tendré que arreglar esto.

¿Por donde iba?... ¡Ah sí!

Una pequeña entrega a un grupo que están mezclados en el club Pandemonium.

Camino deprisa con el presentimiento de ser perseguido. Cuando llego a unos callejones que dejan mucho que desear esa presencia se vuelve más fuerte... ¡Que sean los extraterrestres y me lleven salvándome de esta esclavitud!

Doblo la esquina que me llevará al club. Volteo a ver pero nada. Así pasan varias veces. La última esquina, casi he llegado.

Un contenedor de basura está a mi derecha y una pared fría a mi izquierda. Casi he pasado cuando el contenedor se da vuelta.

-- ¡AAAH!

Un grito nada masculino sale de mi boca. Me llevo las manos a mi pecho y me voy de espaldas atrancándome en la pared.