Capítulo 6.

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Una mano sobre mi hombro me hizo aterrizar de mi burbuja musical.

–¡oh..oye..estás..so..sorda?– Dijo.Mike entecortadamente. Había estado corriendo para alcanzarme.

–Lo siento, pero es que estaba con los cascos–me escusé.

–Haa! No tienes calor?!?! Debes de estar asándote!

–N-no, yo.. esto.. ¡Estoy resfriada! Sí,eso. Ayer me mojé el pelo y no lo sequé bien..

–Ah, pues entonces recuperate pronto. He pensado que hoy podríamos ir a tu casa y tocar un rato la guitarra, así nos conocemos mejor, ¿Que te parece?

Mi cara sé iluminó al escuchar aquello. No estaría sola hoy, al menos durante la tarde.

Sí, seguro que es sólo por eso y no porque un Dios griego quiere ir a tu casa... ya, ya...

Alguien puede callarla?!? A pesar de todo me ruboricé al pensar aquello.

–Rick! Estas bien? Te has puesto roja de repente, no crees que tu resfriado sé empeorará?– dijo mientras agitaba su mano ante mi cara.

–Eh? eh...No! tranquilo... y sobre lo de hoy, me parece estupendo. Te espero a la salida.

–Genial!–Sonrió dejando ver la sonrisa más perfectamente imperfecta que alguna vez mis ojos pudieron captar .–Ahí estaré.

Dicho esto nos encaminamos hacia nuestras respectivas aulas. Matemáticas. Genial(nótese el sarcasmo)

–Bien chicos! hoy vamos a dar ecuaciones de segundo grado completas e incompletas. Saquen sus cuadernos y tomen nota... Dos equis al cuadrado más dos es igual...

Empecé a copiar y a apuntar lo que la profesora nos dictaba. Cuando hube acabado la tarea que mandó me giré y mire por la ventana. Me sorprendió ver a alguien tirado en el suelo, pero como había un árbol no podía ver con claridad.

–Señorita Evans, ha terminado su tarea?–preguntó con un tono de asco, esperando que yo ni la hubiese hecho.

–Si profesora Park, ya la hice.

–Enseñamela, pues.

Le di mi libreta y comprobó que todo estuviera hecho. Una vez quedó en ridículo, me tendió la libreta notablemente enfadada.

Luego de un par de aburridas horas más, tocó la sirena anunciando el esperadísimo recreo.

Me fui hacías donde había un árbol que daba sombra y me senté a dibujar.

Sonríe por mi, RickyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora