Capítulo 7

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Sentí una mirada sobre mi y me estremecí de pies a cabeza.Me giré bruscamente haciendo que mi nariz rozase la nariz de Mike.

Estábamos tan cerca que sentía su respiración en mi rostro y podía escuchar claramente nuestros corazones alocados.Sus ojos miraban mis labios, y mi cara era de un color carmesí. Poco a poco íbamos acercándonos más y yo cada vez quería sentir sus labios sobre los míos con más intensidad..... hasta que la hermosa campana sonó para arruinar el momento.

–Yo... e-esto ... lo siento!–dije atropelladamente y acto segido corrí hacia los baños.

Corrí como alma que lleva el diablo hacia el baño y me encerré ahi. Me

lavé la cara con agua helada. me repase el delinedor de ojos y salí de allí hacia la clase de biología.

Mi compañera era Clarie así que nos lo pasamos bien.

Cuando el timbre se la salida sonó, no pude evitar sentirme muy nerviosa. Iba a estar a solas con Mike, después de lo que había pasado bajo el árbol no podría mirarle sin sonrojarme. Salí escopetada de allí y lo esperé en el aparcamiento. Un par de minutos después apareció corriendo con una sonrisa en su rostro.

–Hola–me dio un beso en la mejilla a modo de saludo.

–Ho-hola– Genial! Ahora habrá notado mi nerviosismo.

–Nos vamos?

–Claro.

El camino transcurrió entre bromas , risas y anécdotas de su infancia que me hacían reirme a carcajadas sin descanso.

–Ya llegamos–Dije al notar que ya estábamos frente a mi casa.

–Wow, es muy bonita.

Abrí la puerta y entramos. Había una quietud increíble.

–Te apetece comer?

–Claro. Te ayudo.

Nos dirigimos hacia la cocina y se sentó en uno de los taburetes alrededor de la isla. Empecé a poner los ingredientes de la ensalada en la mesa ya lavados. Cogí un bol y se lo pasé a Mike. Mientras él preparaba la ensalada yo me puse a cocinar unos raviolli de espinacas .

Colocamos la mesa y comimos en silencio. Era un silencio bastante incómodo hasta que decidió romperlo él.

–Oye sobre lo de esta mañana...

–Tranquilo, no importa si es eso lo que te inquieta.–lo corté rápidamente.

Sonrió ampliamente y seguimos comiendo para después ir a mi habitación.

Sonríe por mi, RickyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora