ERAS EL ÚNICO

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Tras la muerte de aquellas palabras, alguien interpretó
aquel eco como lo que era:
Un grito de pesar y tristeza al mismo tiempo.
Eran palabras ahogadas que antes no pudieron ser pronunciadas.

El hombre se asomó a la cueva donde ella pereció

y por un momento ella de nuevo su mundo recorrió.

"Creo que voy a ser la primera en decirlo...

he tenido esto guardado un tiempo...

Tú me dijiste que soy la única

que a nadie se parece,

pero tú eres el único

que me da la vida.

Ajá...

¡Pues claro que sí!

¡Tú eras el único!

¡Tú eras el único

que me dio vida!

¡Tú eras el único,

el único que estaba a mi lado!

Tú eras el único que me tenía como...

Una melodía que aún vivía

bajo el sauce donde perdí el norte.

La amapola que voló hasta

tus manos en ese día de otoño.

Yo te vi, y cuando la cogiste,

cogiste algo más.

Que me pertenecía.

Y dejé que te lo llevaras

mas si hubiera sabido

que por ahí tirado quedaría,

yo mejor lo hubiera mantenido.

Con cuidado hay que tratar

lo que a una persona le haces amar.

Incluso después de todo este tiempo...

El miedo me garantiza el insomnio...

De alguna manera, en algún lugar

me haces sangrar...

Puedo verlo en tus ojos.

Así tómame como tu prueba de vida,

por todo lo que has hecho por mí.

¡No mentiré ni me asustaré más!

Espero que te des cuenta...

Me hiciste sentir viva...

¡Oh!

¡Oh no! ¡Tú eras el único!

¡Tú eras el único

que me dio vida...!

¡Tú eras el único,

el único que estaba a mi lado!

Tú eras el único

que me dio vida... Mhm...

Así que mi interior viene de lo de fuera,

viste una oportunidad, dime la verdad,

entonces así sobreviviré.

Así que mi interior viene de lo de fuera...

cogiste una oportunidad, dame pruebas

sin apenas despedidas.

Ahora aquí estoy,

¡Feliz de estar viva! ¡Oh!

¡Oh, tú eras el único!

¡Tú eras el único

que me dio la vida!

¡Tú eras el único,

el único, quien estuvo a mi lado!

Tú eras el único

que me dio la vida...

¡Tú...er...as el... único!"

El último eco se escuchó desde un lugar lejano y helado.

Algo más que su corazón se desmoronó sin remedio.

Tal vez sus ilusiones quedaran aplastadas con ella

pero el eco de su voz continuó resonando,

el fin de sus días no estaba esperando.

A su querido amor acompañó

y a sus malditas palabras calló.

Ahora desde un lugar lejano y helado:

Los ecos de lo que ingenua y maravillosamente...

hemos amado.











































CHARLIE GRAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora