Mis historias

Lo que nunca llegaste a leer

Querida,

Llevo ya 5 meses en Vietnam. Han pasado muchas cosas desde que estoy aquí. Nos han destinado a una base compartida con los Rangers. Adivina a quién he encontrado. Jackson estaba sentado ahí, encima de una caja de municiones cuando llegué a la base. No sé cómo me distinguió entre el resto de Marines. Me miró. Estaba fumando un cigarro cuando se acercó a mí, me golpeó en el casco y dijo riendo:

-¡Dan! Así que al final en los marines, ¿eh? Bueno, ¿ya has entrado en combate?

Solté mi mochila y la dejé a un lado mientras me sentaba para hablar con él. Hablamos mucho. Le dije que estabas enfadada con él por haberme convencido de meterme en las fuerzas armadas. Me alegré mucho de verle.

Estos 5 meses que llevo aquí no he parado de pensar en ti un solo momento. Tal vez no me creas, después de lo que hice es normal. Pero, te quiero y te echo de menos. Suelo mirar tu fotografía. Los chicos no paran de decirme:

"Madre mía, ¿esa es tu chica?", "No está mal, cabrón". De hecho incluso le metí un puñetazo al novato por pasarse de listo.

He hecho un amigo en la unidad. En la instrucción, el sargento instructor le llamó Copo de Nieve así que así le llamamos todos. Es gracioso, porque es negro. Pero se ha convertido en mi mejor amigo en el Cuerpo de Marines. Recuerdo cómo nos conocimos en la instrucción. El sargento instructor nos dijo:

"Vosotros, el negro y el chicano."

Respondí:

"!Tengo sangre indígena señor!"

Entonces el sargento instructor me cogió del cuello, me golpeó y me pusó contra el barro mientras me gritaba por mi insolencia. Cuando acabó conmigo fue a por Copo de Nieve.

"¿¡Qué haces en mi unidad!? ¡Todos saben que los negros no nadan!

Después de eso, nos pusieron a los dos a hacer ejercicio extra.

Siento si no te escribí antes. Creí que estarías enfadada. Después de que me rompieras la nariz de un puñetazo...Aunque reconozco que me lo merecía. He sido un capullo. Pero pienso cambiar. Una vez vuelva de este lugar, cambiaré por ti. Ya no habrá otras. Únicamente nosotros dos. Cambiaré por ti y seré mejor de lo que era.

Te quiero.

Siempre tuyo, Dan.

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 Amor mío,

He recibido tu carta. ¿No te han llegado las mías? La correspondencia del ejército no es muy buena. Acabo de volver del frente. He estado una semana combatiendo en la jungla. Copo de Nieve y yo matamos a varios, pero no pudimos impedir que le diesen al pobre Parker.

Parker era el novato de la unidad, pero aún así los tenía bien puestos. Estábamos en la jungla patrullando y sufrimos una emboscada. El Vietcong abrió fuego y alcanzaron a un marine de la otra patrulla. El combate empezó. Intercambiamos disparos por una media hora. Parker estaba a mi lado con la M60, disparando a todo lo que se movía. El teniente Sullivan dio la orden de retirada, así que le pedí una granada de humo a Copo de Nieve. Al coger la granada, sentí como una bala silbaba a mi lado derecho. Accioné la granada y la lancé unos metros frente a mí. Mientras hacía eso, yo le hablaba a Parker. El sonido de los disparos y los gritos no me dejaron ver que Parker yacía muerto a mi lado con un disparo en la cabeza. Al verlo, empecé a gritar por un sanitario, pese a saber que ya no se podía hacer nada por él. Copo de Nieve me cogió del brazo y dijo: