Y así fue cómo "Rexona, no te abandona", te abandona en una misión a la Tierra

452 111 23
                                    


Rexona se mostraba serio al tiempo que tamborileaba con sus dedos sobre su escritorio. Había querido soltarle una frase de ánimo para que supiera que no estaba solo en su calvicie, pero se detuvo.

Hacía meses que muchos de los sexulinos habían ido perdiendo pelo, pero Rexona se había mostrado orgulloso diciendo que eso no le afectaría. Mas ahora la triste realidad le hacía saber que estaba equivocado.

Cuando Rexona se paró y le dedicó esa mirada penetrante, se dio cuenta de que la cosa había llegado a proporciones mayores. 

—Mi querido Úniko, necesito que me ayudes —habló espantado—. ¡Me estoy quedando calvo!

—Lo s—sé.

—¡Nunca pensé que me llegaría este momento! —Colocó ambas manos sobre su cabeza—. Yo, que siempre me he jactado de tener harto pelo, ahora... ahora...

Rexona se volvió a dirigir al espejo. Úniko pudo ver cómo su rostro se desencajaba y se volvía más blanco todavía.

—¡No puede ser! —vociferó su jefe varias veces hasta desahogarse.

Pasaron varios minutos de espera. Cuando Rexona parecía haberse calmado, le soltó el motivo del porqué le había llamado.

—Debido a estos acontecimientos he decidido priorizar, de inmediato, la búsqueda de nuevos tratamientos contra la calvicie. R1D1, de Tatuin, vino el otro día a jugar golf, y me contó que en la Tierra hay tratamientos contra la calvicie. Habíamos pensado en colonizarlo en el año 2012, pero como había rumores de un cataclismo, lo postergamos. Total, los humanos siempre están en guerra y depredando su planeta, y cuando nos hagamos de aquel, puede que ya no quede nada que aprovechar. Pero ahora, tenemos otros objetivos más urgentes, como comprenderás. —Señaló con un dedo su cabeza.

Úniko asintió.

—Peor todavía, debido a nuestra calvicie, nuestras mujeres últimamente prefieren a tipos de otras especies, y si esto sigue así.... —Suspiró profundo—. ¡No me quiero ni imaginar! —Puso una cara de espanto.

—¿Qué quiere decir, señor?

—Si nuestras mujeres nos siguen despreciando, no copularán con nosotros y si esto continúa así... ¡Nuestra especie se extinguirá, Úniko! ¿Te imaginas?

El joven sexulino sintió un apretón en su estómago. Pasó saliva. Jamás sintió que el problema de su calvicie pudiese llegar a situaciones dramáticas.

—Lo único que nos quedaría sería buscar mezclarnos con las mujeres terrícolas. Total, las de nuestra especie ya han comenzado a sernos infieles con los hombres lobo. Pero claro, sea en donde fuese debemos mostrarnos peludos, ¿sí?

Suspiró con resignación al tiempo que Úniko también lo hacía. Su pecho le ardió al darse cuenta de que lo que Rexona le decía era muy cierto. Él lo había sufrido en carne propia con Drama Queen.

—Por eso, mi querido Úniko —se levantó de su silla—, debes ir de inmediato a la Tierra para encontrar la cura a nuestra calvicie. ¿Puedo confiar en ti? —Lo miró con ojos brillosos.

El joven asintió decidido al tiempo que le tocaba el dedo a lo ET. ¡Por fin su sueño de ir a la Tierra se volvía realidad! 

De cómo un extraterrestre hizo su carrera literaria en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora