•~|11/Moonlight|~•

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Capítulo 11
Moonlight

Agosto 17 del 2018
VIERNES

...mi amiga la luna eligió muy bien su descendiente en la tierra y hoy tuve el privilegio de compartir la velada con ella.

No entraré en detalles pero esa chica me hace querer besarla cada vez que la veo. Sin embargo, yo siendo un caballero hormonal y ella siendo una dama con modales, siento que aún no es momento.

Un poco de contexto:

Después de cenar Loki y Darcy decidieron quedarse un rato más para convivir como pareja, sugerí a Natasha jugar una partida pero se negó pues había prometido llegar temprano a casa y no quería preocupar a sus padres. Me ofrecí a dejarla en su casa pero me dijo que vivía cerca, en ese momento creí que estaba harta de mi hasta que dijo:

"—Aunque si tanto insistes...puedes encaminarme hasta mi casa"

Pero lo dijo de una manera tan tierno y dulce...incluso creí haber visto un sonrojo leve en sus mejillas.

Así que acepte, y Tony...obtuve algo mejor que un beso, algo más dulce que un sonrojo leve y más tierno que una sonrisa a medias. Obtuve la oportunidad de sostener la luz de la luna entre mis brazos y a la vez pude ver como el destino me abría la puerta hacia una nueva oportunidad...hacia una nueva historia.

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Alguien alguna vez dijo que si le dieran la oportunidad de volver a amar como un adolescente a su mujer la tomaría sin pensarlo. Steve se preguntó si había pensado en todo lo que eso incluía: lo horribles nervios, las palabras que uno omite, la sensación de que la otra persona no siente lo mismo que tú, el titubear, las manos sudorosas y la lista seguía.

La velada había ido bien, en gran parte gracias a Loki y a Darcy quienes, con sus bromas y anécdotas, lograron hacer que el par de chicos interactuáran con una gran química. Darcy, al ver esto, incluso murmuró un:"te lo dije" hacia su mejor amigo. Sin embargo, toda esa química se derrumbó en cuestión de segundos al cruzar la puerta del restaurante y esas risas fueron calladas de manera inmediata al darse cuenta que pasarían solos un rato algo largo causando el silencio muerto en el que se encontraban ahora.

Con las manos metidas en el bolsillo de su chaqueta y su mirada en la acera el adolescente permanecía a la derecha de la muchacha de cabellera castaña. No hacía nada en específico, ni una acción galante que lo dejara como el príncipe que toda chica desea ni un comentario romántico que lo hiciera destacar de entre todos los posibles romances pasados que la castaña tuvo alguna vez en su vida, tan solo permanecía a su lado. En eso miró a la chica con una chispa en sus ojos, listo para hablar y hacer ese gesto u comentario que tanto había planeado, pero...luego soltó un suspiro, miró hacia arriba y, tragándose sus palabras y todo lo que podía decirle a la hermosa chica a su lado, decidió tan solo dedicarse a mirar las estrellas que los miraban expectantes a qué algo volviera a suceder entre ambos.

La chica castaña miró al rubio de reojo sonrió de lado...se le había ocurrido algo de lo que podían conversar pero luego, igual que el muchacho, soltó un leve suspiro, se reprochó a si misma por no ser capaz de romper aquel silencio y bajo la mirada mientras veía como sus pies seguían avanzando con lentitud.

Así que ahí estaban, ambos nerviosos por la presencia del otro, siendo la viva la imagen perfecta de lo que representaba el amor adolescente en su etapa inicial: torpeza, incomodidad, sonrojos, miradas fugaces, etcétera, etcétera.

|LOVER| Hater III | {STONY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora