|LOVER| Hater III | {STONY}

•~|6/Birds|~•

Capítulo 6
Birds

Agosto 11 del 2018
SÁBADO

Estoy orgulloso de mi mismo, pues me he levantado con una sonrisa en mi rostro. Feliz de no haber soñado contigo, bueno no puedo mentir tuviste una pequeña aparición en mi sueño pero fue por unos cuantos segundos y ya.

Tal vez suene cruel, pero no me importa.

No soñar contigo? Eso si me importa

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Podía escuchar como la tina situada bajo la gotera del pasillo adquiría una gota cada cuatro segundos.

Escuchaba como el perro en el patio ladraba cada quince minutos.

Y cómo ignorar cuando su padre pasaba por el pasillo y soltaba tres maldiciones por haber tropezado con la cubeta de nuevo cada tres horas?

Definitivamente, aquello era deprimente. Pero tampoco tenía muchas opciones, podía salir de su habitación y escabullirse a la cocina a hacerse un sándwich en tiempo récord pero eso significaría arriesgarse a que Rhodey o Howard lo siguieran con intenciones de hablar. Él no quería hablar, no quería tener que interactuar con ninguno de los habitantes de aquella casa más que con la señora Rhodes y, por desgracia, había tomado un vuelo a Nueva York para...algo importante(?) Tampoco había prestado atención.

Miró hacia la ventana, tenía las cortinas cerradas.

Sin muchos ánimos se levantó de la cama y arrastro los pies por la alfombra hasta llegar a la ventana. Abrió las cortinas y dejó que la poca luz del exterior entrara en la habitación que yacía en penumbras. Su vista fue deslumbrada por los rayos de sol por lo que cubrió sus ojos con ambas manos y emitió un gruñido. Con brusquedad restregó sus ojos con las mangas de su bata, parpadeó unas cuantas veces y miró el exterior.

Desde el incidente en París, Tony no se había esforzado siquiera por salir de donde sea que estuvieran viviendo por el momento. No es que no se atreviera a escapar ni mucho menos a enfrentarse a su padre, pero luego de las palabras dichas en aquella discusión y que ninguno de los presentes haya dicho o hecho nada a su favor su lugar en aquella nueva jerarquía le había quedado muy en claro.

No obstante, tampoco podían privarlo de disfrutar la vista desde su cuarto. La señora Rhodes sabía eso y luego de la pelea se encargó de darle a Tony el cuarto con mejor vista cada vez que viajarán. El castaño estaba agradecido con ella por eso y por todo lo demás que había hecho por él a lo largo del tiempo, una mujer como ella no merecía estar con un desgraciado como su padre...pero ya no había nada que él pudiera hacer para separarlos.

De vuelta a aquella vista, el adolescente con bolsas bajo sus ojos miró atentamente el paisaje. Noruega, España, no sabía exactamente en qué lugar se encontraba ahora y francamente no le importaba. Solo se interesaba en lo verde que era el paisaje y en cómo el cielo nublado más que traer algo de tristeza a la vista perfecta la hacía aún más perfecta y hogareña.

Se aferraría a eso por el resto de su situación, en cómo algo podía ser bello a pesar de las circunstancias y estas palabras volverían a él cuando más las necesitará.

Pero me estoy adelantando...

Alguien tocó la puerta, tan solo una vez. Como si hacerlo dos veces le fuera a matar, temiendo de entrometerse en la privacidad que el joven dentro de aquella habitación claramente necesitaba.