Capítulo 1
-¡No, padre! ¡Me opongo completamente!- grité furiosa. Las siervas salieron apresuradas de mis aposentos, mientras mi padre me miraba seriamente desde la entrada.- ¡No me pienso casar con el faraón!
Hacía unos días que una caravana procedente de Egipto, con el teniente del antiguo faraón como cabecilla. ¿La razón? Asegurar mi mano. La mano de la única y legítima heredera al trono de Babilonia.
-Pero, hija mía, ¿por qué te rehúsas? Es el momento perfecto para poder unificar nuestros pueblos. Además, es un gran honor que entre tantas bellas princesas, te haya escogido a ti proclamándote como la más pura y bella.- enarqué una ceja y prosiguió-: Sabías que esto algún día pasaría. Nunca habría imaginado que sería el príncipe de Egipto el que pidiera tu mano, pero sabíamos que en su momento te casarías. ¿Por qué te niegas, mi querida niña?- Sus ojos verdes me observaron detenidamente.
Me sonrojé.
Sí me quería casar con uno de los tres príncipes de Egipto, pero no con el hijo mayor sucesor del Faraón. Yo estaba enamorada de Sasukemon, el menor de ellos. Lo conocí durante un viaje que realicé de niña por el Tigris. Ambos éramos unos niños y él viajaba sólo con un acompañante, al que por cierto nunca conocí. Después de ese encuentro, me visitó algunas veces más. Es amable y atento, y demasiado guapo; sus profundos ojos negros resaltaban en su pálida piel. Su cabello alborotado, oscuro como la noche; era tan alto y de presencia tan imponente como un dios.
Si mi mano hubiera sido solicitada por él habría dicho "Sí" 100 veces. Pero no, en cambio me solicitaban como esposa para el hijo mayor. Y mi papá me quería entregar como ofrenda.
-Porque no lo amo. Jamás en la vida lo he visto, sólo sé de él lo que dicen las historias de los soldados sobre sus hazañas en las batallas.
Al parecer el hijo mayor es todo un genio militar, y seguramente era un tipo tosco y amedrentador. Con cicatrices de batalla, gruñón y maleducado. O puede que sea un narcisista, pues los faraones son considerados dioses e incluso se dice que son seres místicos.
-Tu pueblo es lo más importante, y con la protección del Faraón retomaremos las tierras que nos quitaron los salvajes. Así que prepárate, el día después de mañana partirás con la caravana hacia El Cairo. Los preparativos ya están en desarrollo. Es una orden, Sakuratra.- me respondió malhumorado.
Dicho esto, salió de mis habitaciones dejándome boquiabierta. Mi padre jamás me había hablado así. Yo era su preciada hija, la honorable princesa de Babilonia, que ahora sería intercambiado como cordero. Lágrimas de rabia brotaron de mis ojos. No podía estar pasando esto.
Varios días después, me hallaba a las puertas del palacio del Faraón. El trayecto fue muy largo y agotador, a pesar de venir con la caravana en un carro tirado por camellos. Atravesar el desierto del Sahara se me antojaba imposible, sobre todo después de navegar por las preciosas y tranquilas del Nilo.
-Princesa, sígame, por favor.
Me volví hacia Minato, el teniente del faraón y mi acompañante durante la travesía. Sus ojos eran tan azules como el cielo y su cabello parecía bañado en Sol. Era bastante amable, aunque frente a su ejército su semblante era el de un hombre serio.
Sonreí y lo seguí.
Las colosales figuras que adornaban el exterior eran magníficas. Las siervas que nos esperaban se arrodillaron en cuanto Minato indicó que yo sería la futura esposa del faraón. Lavaron, besaron y ungieron mis pies con esencias aromáticas, mientras otras me ofrecían agua. Bebí aquel refrescante líquido.
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Dioses del Nilo - Fanfic - IndraSaku
FanfictionSakuratra es una princesa nacida en la cuna babilónica pero que por palabras de un horáculo es solicitada por el mismo Faraón para casarse con su hijo mayor, reencarnación de Horus y futuro gobernante de Egipto. Y cualquier princesa se sentiría honr...