Capítulo 3

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CAPÍTULO 3

Estaba vuelta loca. Ya casi amanecía, el palacio comenzaba a cobrar vida, y de esta manera se acercaba el castigo de Sasukemon. Casi no había dormido durante la noche, las imágenes de Sasukemon junto a sus siervos en ese... encuentro... Arg. No quería pensar en ello pero mientras más trataba de evitarlo, más venía a mi mente. Por lo que oí anoche, al parecer no era la primera vez que Madara atrapaba a Sasukemon haciendo... eso. Ya le había llamado la atención y aún así él se rebeló. Además también estaba el hecho de que Sasukemon tomó el castigo en lugar de su guerrero, ¿era eso normal? Según lo que hasta ahora había visto en estas tierras, la nobleza es antes que todo, ¿por qué Sasukemon se preocupaba tanto por ese chico rubio? ¿no habría sido lo normal que sacrificara a su siervo?

Una idea se atravesó por mi mente, arrebatándome el aliento de los labios. ¿Sería posible que el hijo menor del Faraón sintiera algo por aquel guerrero que fielmente le servía? No, no era posible. O no lo sé. También estaba la situación con Inoksomún, la chica que había estado con ambos... Por todos los dioses, ¿qué debía hacer? No sabía a quién pedir consejo.

Una voz profunda me sacó de mis cavilaciones.

-¿Sakuratra, estás despierta?

Madara. Su voz se oía calmada y algo misteriosa. Un temblor recorrió mi espalda; me acerqué a las puertas y las abrí lentamente. Por un momento me sonrojé, Madara llevaba puesto sólo un schenti, con el pecho al descubierto y una larga capa cayendo desde sus hombros abrazada de su cuello. Su larga cabellera negra lo hacía verse aún más imponente de lo que era, y fue hasta este momento que lo tenía tan cerca a mí que me percaté de ello. Sin embargo, a él no pareció extrañarle encontrarme en las ropas ligeras de sueño. El exhibirse era bastante común en Egipto.

-Madara, ¿sucede algo?- mi voz salió un poco nerviosa, pero intenté brindarle mi mejor sonrisa. Él me analizó unos instantes antes de pedirme permiso para entrar, asentí.

-Me envía mi padre a informarte que tu boda será realizada dentro de 4 días, para que así coincida con nuestra celebración de la ascensión de Horus, predecesor de Indra.

Aquello me tomó por sorpresa, ¿sólo cuatro días? Pero si aún no conocía a mi futuro esposo.

-Entiendo, gracias, Madara.- incliné un poco la cabeza a manera de agradecimiento.

-Bien, eso era todo. En un rato más los siervos te traerán los alimentos. Mis padres salieron de viaje, estarán aquí para la boda. Y hoy yo tengo que hacer unos recorridos por la ciudad, por lo que no podrá hacerte compañía nadie.- informó.

-¿Y Mito?- inquirí curiosa.

-Ella va conmigo...-sonrió- Bueno, me despido.- se dio la vuelta sobre sus talones rumbo hacia la puerta.

Quería preguntarle sobre Sasukemon, pero tenía miedo. Aunque éste no era mayor que mi culpa, por lo que sin pensar tomé a Madara de la muñeca, deteniendo su andar. Se giró inmediatamente hacia mí, enarcando una ceja.

-Yo... Sobre Sasuke...-me infundí de valor.- ¿qué pasa con él?

Pude notar su amable mirada tornarse ausente y fría. Esos orbes negros se profundizaron en un sentimiento que no pude identificar.

-Me encontré con él hace unos momentos- un escalofrío recorrió mi espalda. No, no, ¿por qué?- Emprendió una travesía de último momento... Regresará pronto.

Sentí una opresión en el pecho y Madara me miraba impertérrito. Si hasta este momento aún tenía la esperanza de ayudar en algo, ahora sabía que era demasiado tarde. Sasukemon había sido castigado por la mano dura de su hermano y yo no pude hacer nada por evitarlo. Me limité a asentir y a soltar mi agarre. Su impasible rostro frunció el ceño.

Dioses del Nilo -  Fanfic - IndraSakuWhere stories live. Discover now