Capítulo 3

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KyungSoo escupió sangre en el suelo frenéticamente y se preguntó quién demonios era el hombre aterrador que estaba sobre él. Gritó y se puso de pie, tropezando con la hierba gruesa y larga mientras buscaba signos de vida en su alrededor. Con una mano temblorosa en la cabeza, se volvió confuso cuando descubrió que ya no estaba en su casa sino en el corazón de un campo desconocido.

No había edificios, ni autos, nada más que árboles y un prado lleno de flores que brillaban de una manera sobrenatural.

—¿Dónde est-?

No tuvo tiempo de terminar su pregunta cuando hubo un ruido sordo en la parte posterior de su cabeza y el suelo se levantó para atraparlo a una velocidad alarmante.

Gruesos y fuertes brazos lo agarraron antes de que tocara el suelo y creyó haber escuchado a una mujer gritar, pero luego la oscuridad le dio la bienvenida una vez más.


(...)



El pequeño humano descubrió el movimiento de balanceo más nauseabundo que había sentido en toda su vida. Su mejilla descansaba contra algo tosco con un olor terroso y cálido que no podía ubicar. Él gimió y abrió un ojo para descubrir que había sido atado a un caballo. Él luchó por sentarse derecho y entonces sofocó un grito.

Miró a la figura que cabalgaba a su lado en el caballo negro más grande que jamás había visto. El gran animal lo miró con disgusto, moviendo la cabeza en el aire y poniendo los ojos en blanco, Jesús, incluso su caballo era un psicópata.

—¿Qué quieres de mí? - Exigió decidiendo que era mejor llegar al meollo del asunto lo antes posible.

Quiero saber sobre el libro - JongIn lo examinó severamente.

¿De qué diablos hablas?

JongIn frunció el ceño y apartó la vista de él con visible irritación.

Habla del libro que tenías en tus manos, del libro que habla sobre nuestro fin.

KyungSoo saltó a la voz suave al darse cuenta de que una mujer había hablado y que estaba cabalgando del otro lado.

¡No te metas en esto Yerim! - Dijo JongIn.

—¡Oh, tú cállate JongIn! Has golpeado y maltratado al pobre niño lo suficiente por un día, lo menos que podemos hacer es responder a sus preguntas ¿no te parece?

—¿Tu ... qué? – Preguntó KyungSoo tragando la saliva que tenía en la boca.

Fi in - repitió Yeri lentamente creyendo que los golpes en la cabeza del pequeño habían perjudicado sus facultades mentales.

Sé lo que significa la maldita palabra, ¡simplemente no sé de qué estás hablando! – Espetó KyungSoo y luego tragó saliva mientras su cabeza comenzaba a palpitar.

La historia de nuestro final. De nuestro reino. El final de nuestras tierras, de todo lo que conocemos hasta ahora.

Mierda - murmuró KyungSoo antes de volverse hacia JongIn y preguntarse si lo había juzgado mal, la chica estaba claramente más chiflada que él con su charla sobre reinos, se preguntó si habrían escapado de algún tipo de asilo mental ya que los dos estaban obviamente chiflados.

Respiró hondo e intentó concentrarse más allá de sus náuseas. Tenía que retomar el rumbo de la conversación para poder llegar al fondo de la cuestión.

Bien, ¿De qué libro hablas? - Preguntó.

Este libro. — Yeri metió la mano en su alforja y sostuvo en el aire un pequeño libro. KyungSoo de inmediato reconoció su preciosa creación.

Oh, por favor, ten cuidado con eso.

Soltó un pequeño grito de súplica pensando en todas las horas de trabajo que había dedicado a ese libro. Ganar ese concurso de Literatura había sido su prioridad los últimos meses.

¿Por qué te interesa tanto ese libro? - JongIn lo empujó bruscamente hacia atrás y se giró hacia él, la ira brilló en sus ojos. — ¿Qué es para ti? ¿Cómo llegaste a saber de las cosas que has escrito aquí?

KyungSoo frunció el ceño y sacudió la cabeza cuando notó que la palabra confusión volvía a parpadear bajo su piel.

No entiendo qué quieres decir. Es solo una historia que pienso presentar en el concurso anual de literatura de mi universidad. Tardé mucho en escribirlo así que lo mejor es que me lo entregues.

JongIn lo fulminó con la mirada.

¡Mentira! - Gritó haciendo que su estómago se encogiera de miedo antes de volverse hacia Yeri - ¡Ya ves, él lo admite!

¿Admito qué? — KyungSoo miró a uno y a otro preguntándose qué podría haber confesado, pero ninguno de los dos dijo nada más y su atención fue tomada por la vista que lo rodeaba.

Ciertamente no era un experto en el mundo natural ya que había vivido toda su vida en una ciudad, pero estaba bastante seguro de que el campo de su ciudad no se veía así. Todo era perfectamente hermoso. Tan hermoso que parecía irreal.

Entonces, miró a su alrededor con más cuidado, tratando de ver si tal vez su vista lo estaba engañando porque no tenía puestas las gafas cuando de repente, perturbado por el paso del caballo, una mariposa pasó volando por su cara. Tenía el tamaño de su mano, las alas latiendo lenta y perezosamente en la atmósfera cálida. No podía ser real. Simplemente no podía ser real por lo que se preguntó cuánto tiempo había estado fuera de el y si los golpes en su cabeza habían causado algún daño permanente ya que de repente se sintió muy mal. Se inclinó hacia adelante, deteniéndose antes de que pudiera romper la nariz en el cuello del caballo.

JongIn, bájalo, se ve mal. Creo que se va a desmayar.

La suave preocupación en la voz de Yeri se escuchó a través de los golpes en la cabeza de KyungSoo mientras cerraba los ojos. Trató de respirar profundamente mientras el ácido quemaba la parte posterior de su garganta cuando de repente fuertes manos lo agarraron por la cintura. El movimiento repentino fue más de lo que su constitución podía soportar, y con cierta medida de satisfacción, vomitó sobre aquel hombre que lo sostenía.





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[Fin del capítulo 3]

ENTRE DOS MUNDOS [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora