Capítulo 5

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—Pensé que estarías hambriento después de tanto camin-

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Pensé que estarías hambriento después de tanto camin-...

Yeri levantó la vista hacia KyungSoo y luego a su hermano. Dejó la bandeja con cuidado sobre la mesita de noche y se volvió hacia JongIn con las manos en las caderas y la furia en los ojos.

- ¡Idiota! ¿Acaso estas dispuesto a matar a este pobre humano? - Gritó en dirección a JongIn y corrió hacia su amigo.

Gracias a Dios estas aquí. - la voz de KyungSoo sonó como un susurro.

—Tranquilo, necesitas aire fresco. Salgamos de inmediato.

Yeri se inclinó y deslizó un brazo alrededor de su cintura y lo hizo ponerse de pie para luego, a paso lento, salir de la habitación cerrando la puerta con cuidado detrás de ellos.

Bajaron por unas escaleras y se dirigieron a lo que parecía ser un jardín. Era un lugar apartado y aparentemente tranquilo. Para el alivio de KyungSoo, JongIn no los siguió.

Yeri lo ayudó a sentarse en una pequeña silla que formaba parte de un pequeño comedor que descansaba bajo la sombra de un enorme árbol. Se volvió a darle una encantadora sonrisa que hizo que se le encogiera el estómago con aprensión. Su pecho se sacudió, sus pulmones se cerraron con fuerza cuando su garganta se cerró, negándose a dejar que alguna molécula de oxígeno pasara a su cuerpo congelado por el miedo que había experimentado minutos antes.

—No puedo ... respirar ... - le susurró a Yeri, quien tomó la bandeja que había llevado con ella y vertió un poco de agua en un vaso.

—Toma, te ayudará a calmarte - explicó sosteniéndolo en los labios de KyungSoo y le ayudó a tomar un sorbo mientras su pecho se relajaba con pequeños jadeos hasta que su respiración volvió a la normalidad.

Yeri lo miró. Ella estaba temblando casi tanto como él, claramente consternada por el comportamiento de su hermano. Se retorció las manos, sus ojos llenos de preocupación.

Lo siento muchísimo, nunca antes había visto a mi hermano comportarse así. Él es ... un hombre honorable.

KyungSoo se atragantó con el agua y soltó una risa amarga con un toque de histeria.

—Sí, honorable, esa es la palabra. Secuestrándome, golpeándome repetidamente en la cabeza, oh y amenazándome con matarme ¡Es un gran hombre! - Colocó el vaso sobre la delicada mesa de madera salpicando agua sobre la superficie.

Yeri negó con la cabeza y parecía que intentaba no llorar.

—Sé que no puedo defender su comportamiento, pero ... Él tiene razones para odiar a tu tipo.

—¿Mi tipo? - KyungSoo la miró con sospecha cuando una sensación fría regresó a su estómago. No vomitaría otra vez. Por todos los cielos, ella no tenía nada en el estómago y lo próximo en salir serían sus tripas.

ENTRE DOS MUNDOS [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora