"Recuerda... Siempre seras mía, mi hermosa rosa de plata, te cuidaré hasta que tu alma se marchite y se vuelva negra"
Kaori observaba por la ventana de la torre, ya no estaba encadenada, sus heridas se habían regenerado, se veía como nueva.
— My Queen... — Kino entro a la celda que ahora estaba amueblada, todo estaba diferente hasta parecía una habitación. El Sakamaki se acercó a Kaori y la abrazo por la cintura.
— Hola dulzura — Respondió ella acariciando los fuertes brazos del mayor delicadamente con sus manos.
— Vamos es hora de cenar — dijo Kino separándose de ella y extendiéndole su mano, a lo que ella sonrió y gustosa tomo la mano del Vampiro para dirigirse al comedor.
— Señorita Lilith.. — Adán, quien los esperaba en la puerta del comedor, hizo un reverencia ante la presencia de Lilith.
— Buenos días Adán — dijo ella y ambos procedieron a entrar al comedor.
Sus recuerdos fueron reemplazados, sus pensamientos no eran los mismos, ella había perdido su memoria y Kino sabia aprovechar esa oportunidad.
Reiji estaba en la cocina, ya era tarde y luego de la cena decidió preparar un poco de té para calmarse, Carla lo acompañaba sentado en la mesa junto a Shuu, Reiji sirvió el té a ambos vampiros y se sentó frente a Shuu.
— Es increíble que nos tomemos tantas molestias solo por esa humana... — Menciono Algo frustrado Carla, aun así estaba involucrado, Lilith era quien traería a los Vampiros a su antigua gloria y era una oportunidad para su raza pero, alguien le impedía pensar en ello.
— Dejo de ser humana cuando escapó de ti — Menciono Reiji — Al menos sabemos donde esta — Dijo el peliazabache. Unos golpes en la puerta interrumpieron lo que era una conversación poco productiva, la puerta se abrió dejando mostrar a Elana quien ya tenía el Pijama puesto.
— Kisama... Que haces despierta? — Pregunto Carla, estaba apunto de ser las nueve de la noche — Se supone que los humanos son inactivos en estas horas — La pelinegra se acercó a ellos y suspiro.
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Cartas a Reiji [[Reiji Sakamaki]] [[Book Two]]
Fiksi PenggemarElla escribe para el, sus lágrimas carmesí están marcadas en su delicado rostro, sus ojos observan esperanzados el cielo esperando que el venga a buscarla. El trata de buscarla desesperada mente, quiere salvarla de volverse un experimento, un exper...