uno*

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—Abuelita Kim... ¿Qué es el amor?

—Oh, mi pequeño. ¿Estás muy curioso, no?

—¡Lo estoy! Dígame qué es, abuelita Kim, por favor.

—Bueno. Amor es un sentimiento que tienes cuando alguien especial te importa. Pero lo bueno de éste, es que no tiene porqué irse, si así lo deseas.

Sonrío y abrazo a mi abuelita Kim. Me separo un poco y pregunto: —¿Mis papás me van a seguir queriendo sea cómo sea?

—Ellos siempre te van a querer. No importa si te gusten las niñas o los niños. Seguirás siendo su hijo y eso no cambiará nada.

—¿Es así?

—Claro que sí. Ahora, vamos a comer galletas.

❁❁

Nuevo día, abro lentamente mis ojitos y los tallo con cuidado. Me estiro un poco y bostezo para después levantarme. No quería llegar tarde a la escuela otra vez.

Me levanté y coloqué mis pantuflas para ir al baño. Estando allí, tomé una ducha con agua calentita y me vestí. Mi uniforme me gustaba mucho, me hacía lucir lindo. Peine mis cabellos y coloqué un poco de loción.

Tengo una muñeca, se llama Yeori y es mi única amiga. Pero mamá ni papá lo saben. La única que lo sabía era mi abuelita Kim, pero ella ya no está.

Miro el reloj, 6:30A.M, buena hora. Salgo de mi habitación y cierro la puerta para después bajar las escaleras y tomar mi mochila para irme.

A veces papá me da miedo.

—Volveré más tarde. —aviso.

—TaeHyung, nos vemos allá.

Salgo de la casa y camino hasta la parada del transporte público. Tengo que hacer una trayectoria un poco larga, pues no sé andar en bicicleta. Papá nunca me enseñó y mamá nunca me preguntó si podía vender mi bicicleta, sólo lo hizo.

Pero no importa, me gusta caminar y admirar el paisaje, ahora muchísimo más porque la primavera está llegando y eso hace que las flores sean bonitas. Tengo una canción en mente y eso me hace tararear.

Me detengo de golpe y miro unas pequeñas flores.

—Si las dejo ahí alguien puede hacerles algo malo. ¿No quieren venir conmigo?

Sonrío, ellas han dicho que sí, quieren ir conmigo.

Sigo caminando pero ahora no estoy tan solo, las pequeñas flores van en mi mano. Comienzo a tararear nuevamente, un poco más feliz.

❁❁

Después de unos veinte minutos, llego a la parada de autobuses y tomo asiento en la silla azul de plástico.

—Hmm. —murmuro mientras acaricio a las pequeñas flores.

¡Oh, oh! El autobús ya viene y en él hay muchas personas. Pueden aplastar mis flores, pienso un poco y las coloco en mi oreja.

Me levanto y hago una seña para parar el autobús, éste hace caso y se detiene. ¿Es necesario ir a la escuela?

Subo y ruego por que no pase nada el día de hoy.

El camino a la escuela siempre es muy aburrido, todos ríen y hablan con sus compañeros de asiento.

Yo también quisiera hacer eso, reír y hablar. También quisiera tener un compañero de asiento. También quisiera traer comida preparada con todo el amor de mamá solo para mí.

Sonrío y pienso en Yeori. Después de todo, ella siempre está ahí.

fragileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora