cinco

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Lo siento por las cosas que he hecho, me odio y estoy avergonzado.

Hay cosas que no podemos saber o ver y parce que hay demasiadas en este mundo. Pero sé que estoy perdido en la vida.

¿Dónde está mi significado? ¿Dónde está mi corazón?

Es tan... injusto. Yo entiendo al mundo pero ¿por qué el mundo no me entiende a mí?

Papi, él, no me escucha.
Mami, ella dejaba que sus golpes llegarán a mí.
Abuelita Kim, ¿puedo ir?
Yeori, lo siento.

Esto duele.

Y otra vez lloro, por que soy un niño de 16 años que es inútil.

–No me llamen pecador.

Sigo caminando y secando mis lágrimas.

–No soy malo.

Trato de calmar a mi corazón.

–Sí, ellos me quieren.

Mi cabeza juega conmigo.

–Por favor, váyanse.

Desearía poder quererme a mí mismo.

**

Estoy sentando en la sillita azul. Me entretengo mirando una pequeña flor que sostengo entre mis manitas.

Un chico ha llegado. Huele a menta y tal vez a cigarrillos. No le tomo gran importancia y sigo mirando la flor.

Una ola de viento se hace presente y mi flor ha caído al suelo. El chico la recoge y me la devuelve. Es pálido y sus labios son rosados. Su cabello es negro y sus ojos son pequeños, parecidos a los de un felino.

Me mira un poco más y me analiza. Hago lo mismo y él mueve la flor. La tomo y dejo de mirarlo.

–¿Te encuentras bien? –preguntó el pelinegro. Su voz fue ronca.

No respondo y suspiro.

–Soy Yoongi, ¿cómo te llamas?

¿Yoongi? ¡Lindo!

Vuelvo a mirar hacia él y respondo: –TaeHyung.

–¿TaeHyung? –asentí. Sonrió. –Bueno TaeHyung, te ves muy bonito.

Mi corazón dio un vuelco enorme y sonreí. Me sonroje un poco.

–Gracias –murmuré un poco tímido.

Y tal vez sí, si valía la pena vivir la vida.

**

Después, volví a casa. Volví, sin embargo, no entré. Me dediqué a mirar mi hogar, las luces apagadas y silencioso, como siempre.

Pensé en papá.

Te perdono por no quererme demasiado《

fragileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora