Capítulo 11.

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–Tranquilos, no pasa nada, estoy perfectamente- digo con la voz neutral.

–Solo hablábamos, nada importante, si me disculpan– dice esto mientras se retira algo ¿Molesto? No tiene porque, tú no hiciste nada.
No comprendo muy bien el por qué quiero ir a ver qué le ocurre.

–Hey! Samantha- grita Sebas en mi cara.

– ¿Si?- pregunto algo distante.

– ¿De que conoces a ése tipo?- dice Sebas mirando mi rostro con cara de enfadó, no entiendo que les ha dado hoy a los hombres por enfadarse conmigo.
Además, recuerda que Sebastián fue él que dijo que salieras con alguien, sí es verdad.

– ¿Eso importa? Además te recuerdo que tú eres quien dice que salga con alguien y ahora vienes a reclamar, eso sí que no chato- digo algo molesta aunque no sé si es por qué Sebastián está enojado por una idiotez o por él hombre que se fue hace 3 minutos.

–Sí, pero no con un idiota como ese- dice Sebastián enojado.

–Cómo puedes decir eso sí ni lo conoces.

–¿Y resulta que tú sí?- pregunta sarcástico Sebastián.

–No, no lo hago, pero tampoco pienso juzgarlo y tú tampoco deberías hacerlo.- no entiendo porque estoy tan molesta.

–Todo estará bien si te mantienes alejada de él- dice Sebastián mirándome fijamente.

– ¿Sí? Pero ¿Por qué?- preguntó ya curiosa.

–Se lo suficiente como para decirte que te alejes de él, te lo explicaré más tarde- dice mirando al rededor y yo también lo hago, ambos nos damos cuenta que Viveka no está.

–Mierda, ¿Dónde se pudo meter?- pregunta Sebas preocupado.
Eso es raro ya que Sebastián nunca se ha preocupado por otras mujeres que no seamos mi madre y yo.

–No tengo ni idea pero busquemos, seguro que no fue tan lejos.- digo sonriendo para que se tranquilice. Y creo que funciona porque me devuelve la sonrisa.

Y así empezamos una cansada búsqueda, pero no la hayamos y creo que a cada minuto Sebastián se pone más nervioso y con esto se le a quitado todo el alcohol que llevaba encima. No sé que debo hacer, así que le digo que mejor nos separemos ya que así será más fácil encontrarla.

–Cualquier cosa marcame- dice Sebas poco convencido de separarnos.

–Sí, no te preocupes, sabes que me sé cuidar muy bien sólita.- digo guiñando un ojo y él suelta una carcajada.

–Sí, tienes razón, el monstruo andante puede hasta con un ejército de 10- ahora yo soy la que rió ya que cuando éramos niños siempre quería ser él monstruo y no la damisela que espera paciente a que la rescaten. Eso fue antes de que se lo llevarán con la abuela y no lo volviera a ver hasta cumplir los 20 años. Pero ahora todo está bien.

–Bueno quién la encuentre primero ganara un día de servicio personal por la otra persona.- digo haciendo esto más interesante.

–Tu si que no cambias, pero me agrada, entonces ¡que empiece el torneo!- grita eufórico.

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Hola mis queridos lectores ❤️
Quiero que sepan que lamento mucho no haber podido subir ningún nuevo capítulo y es porque no he contado con el tiempo que yo quisiera y uno que otro conflicto con mis emociones. Pero ya estoy de vuelta deseando que les guste este nuevo capítulo.♥️👌
Gracias por leer ❤️
Nos leemos pronto 😘
Bye.

Polos opuestos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora