Yo lo sé de cierto.
Siempre lo he sabido.Nunca supe ser más que solo sombras,
¿qué podría hacer para que me miraran?
Labré una máscara con sus murmullos,
cosí mis labios y me condené al mutismo.Sin aptitud alguna para una conversación vana,
el alma muere sobre las mentes como lagos.
Los números importan,
importa la belleza en tu rostro
y toda la gente a la que has besado.Las balas en sus miradas me hicieron pequeña,
su veneno me transformó en santo y en demonio.
Intenté cortar las cuerdas,
bajar el telón
y frenar el sismo.
Pero fue inútil.Ellos nunca me observaron,
jamás escucharon lo que tenía por decir
porque era la chica al final de la clase,
porque era insignificante.Nunca me invitaron a sus fiestas.
Ni me sonrieron con sinceridad.
Y aunque pensaron que era roca volcánica, resultó que mi fragilidad era símil a la de un mazapán.
Una disculpa a ustedes,
por no ser lo que querían.Una disculpa a mí,
por pensar que deshaciéndome, por fin me aceptarían.
ESTÁS LEYENDO
La tristeza del constructor de paredes.
DiversosPerdón por todas las paredes que he erguido a mi alrededor a través de los años; no eran para resguardarme a mí misma, eran para salvarte a ti de mi catástrofe.