Capítulo 4 - Perdí la cordura

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Aquel sonido hacía que mis oídos retumbaran. Cada vez se hacia mas fuerte. Llegarían pronto.

(...)

Estaba desesperada, tenía miedo.

Veía como llevaban el cuerpo inerte de mi tía, en aquella camilla para trasladarla al hospital.

Mi mirada estaba vacía, mi mente en blanco. ¿Cómo pudo suceder esto?

(...)

Aquel sonido del aparato al que la tenian conectada, empezó a sonar sin descanso. Vi como los doctores entraron, no sabia que hacer, me ordenaron que me valla yo solo miraba y miraba, una enfermera me saco del lugar.
Me quede congelada mirando aquella puerta que me habían cerrado en la cara, donde los doctores hacían su trabajo.

(...)

Cuando salio el doctor de aquella puerta, una parte de mi tuvo esperanza que ella siguiera con vida, pero a la medida que se iba acercando, analizé su cara y era la misma de esos doctores arrepentidos y con lastima que salen en las peliculas cuando tienen que informar una mala noticia.

Mi esperanza aún seguia con vida, aunque menos de la que tenia hace unos segundos. Pero todo se vino abajo cuando lo escuche decir esas palabras.

La única familia que tenía murió...

(...)

Salí del hospital corriendo. Ya nada me importaba. Era un día muy bonito para una noticia tan desgarradora en mi vida.

¿No se supone que cuando muere alguien y te sientes fatal siempre llueve?

En mi caso no paso así. Mientras caminaba por la calle pensando lo ocurrido y tratando de no perder la cordura, todos estaban felices disfrutando salir con sus familias en el maravilloso día soleado.

Mi vida apesta, todo lo malo me pasa a mi. ¡Estoy harta!

(...)

Han pasado tres días de lo ocurrido. Fui al entierro de mi tía, el cual estuve sola.

Mis amigos: Sasha y Edgar me mensajeaban y llamaban, nunca les conteste. Ahora ya no lo hacen, al parecer se cansaron de seguir insistiendo o ¿será porque tire mi celular contra la pared y quedo hecho trizas?

Les tengo un pequeño resentimiento. ¿Por qué ellos si son felices? ¿Por qué apesar de los problemas siempre estan junto a su familia? ¿Por qué ellos tienen a sus padres? ¿Por qué no les pasa las cosas que me pasan a mí?
¿Por qué no los atormentan en sus sueños?

Siento que estoy perdiendo la cordura.

(...)

Han pasado cinco días y siento que me voy a morir. No he estado comiendo bien, es más apenas como. Lloro a toda hora. Me siento vacía.

Hoy me miré al espejo, estoy hecha un asco. Estoy mas pálida y mi cabello ni que hablar. Odio tanto que mi vida que con todas mis fuerzas golpee el espejo. Quedo hecho pedazos, algunos quedaron incrustados en mi mano, pero no siento dolor. Quiero algo que me haga sentir un dolor del que no pueda escapar nunca o tal vez deberia ponerle fin a todo esto.

(...)

Han pasado siete dias y ya tengo en claro lo que quiero. Ya no lloro, golpear espejos me ha hecho bien, destrozar cuadros, romper fotos. La casa esta hecha un desastre. Mi desastre.

Los sueños me aconsejan mucho. Tengo que ponerle fin a todo esto. Así sentire paz.

¿Dónde quedo la chica ruda y que se metía en problemas? Tan solo era una máscara.

Al parecer Edgar y Shasha han estado viniendo a mi casa, no les abro. No es porque no quiera solo no tengo la fuerza física ni mental para verles la cara después de todo lo que he estado pensando. Ellos si son unos buenos amigos, apesar de todo.

¿Ellos sufrirán al verme así? Les haré un favor.

(...)

Han pasado ocho días y al parecer por fin perdi la cordura. Tomaré en cuenta lo que pensé hace unos días. La niña tiene razón. Aydem tiene razón. Es hora de acabar con mi sufrimiento.

(...)

Me levanté con esfuerzo. Las consecuencias del no comer han estado dando efecto estos ultimos días.

Escribí una carta para mis amigos, espero que llegue a sus manos y la lean.

Salí de la casa. La luz del día hizo que mi visión se me nublara y me molestara.

Caminé por las calles, la gente que pasaba me miraba raro. Las madres jalaban a sus hijos de la mano para alejarlos de mí. Al parecer ya nadie me quiere en este mundo.

(...)

Me duelen los pies, siento que me voy a desmayar. Adivinen donde estoy.

Estoy en aquel barranco donde murieron mis padres.

La ventisca de la noche hace que mi cuerpo tiemble.

Cada vez estoy mas cerca de estar junto a ellos.

La niña esta aquí. Junto al borde del barranco, me extiende la mano.

Algo dentro de mí me dice que no lo haga, pero no puedo seguir sufriendo más.

Me dirijo hacia ella, tomo su mano. No siento nada. Escucho bulla a mi alrededor. Miro hacia el costado. Hay muchos autos.

Vuelvo a mirar a la niña pero ya no esta. Siento que alguien me empuja por atras y pierdo el equilibrio. Este es mi fin.

『La casa de los Jones』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora