Capitulo 4 "Si Lo Miras Matalo"

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Seguí esperando por el jefe de Max, la verdad es que se estaba tardando mucho y por infortuna no tenía conmigo mi celular. Gabriel paso por la oficina, volteo a verme por el vidrio de pared y me saludo agitando su mano, camino hacia la puerta y se recargo en el marco de este.

-Así que Max tenía razón, el jefe te está buscando- Lo dijo con su encantadora sonrisa. Diré la verdad, el personal masculino de la FBI la mayoría tenía buen aspecto y características únicas. -Bueno, ¿Cuánto tiempo llevas esperando?- Mire el reloj pegado a la pared, exactamente tenía 30 minutos en ese lugar.

-Bastante tiempo, estoy a punto de irme- Empecé a agarrar mis cosas y salir de ahí. Pero alguien impidió que me parara.

-¿A dónde cree que va señorita?- El señor, me dijo en tono desafiante, se notaba sus peculiares canas y sus arrugas de cansancio en su rostro.

-No lo había visto señor, espere mucho y pensé que ya no quería verme. Soy Eloísa, mucho gusto.- Me miro y dirigió su mirada hacia Gabriel, haciendo que este volteara rápidamente a otra parte y saliera caminando, dejándonos solos a los dos.

-¿Sabes porque estás aquí?- Camino hacia su asiento, me miró fijamente levantando levemente su ceja.

-No señor, no lo sé- Este señor me da miedo, tiene una cara de pocos amigos, así que tendré que contestarle formalmente, como si fuera de la militar, pero sin gritar claro.

-Te ofreceremos trabajo, aunque seas una niña nos vemos obligados a darte un puesto de internado como agente, pero tendrás unas cuantas condiciones- ¿Quieren que trabaje para la FBI?, se supone que no pueden contratar a menores de edad, menos de personas que sus padres sean asesinos de serie, y mucho menos cuando apenas voy en la preparatoria, ni siquiera sé que estudiare como carrera. -Empezaras el día de mañana, Max se hará cargo de ti, tiene uno de los mejores puestos como francotirador, así que te dará clases con la pistola, te preparara, todo será el riesgo de Max y tuyo. Así que espero que aprendas muy bien. Ahora desaparece.- Asentí, agarre mis cosas y me pare. -Y recuerda esto siempre, si llegas a encontrar a ese hombre el que se hace llamar tu "padre" lo mataras o lo detendrás, enserio, es el hombre más peligroso del mundo.- Esas últimas palabras fueron fuertes a decir verdad, pero no me importo, solo salí de ese lugar.

*

-Señor tenemos registros nuevos- entro un muchacho muy apuesto a aquella sala, solo se podía escuchar gritos de una mujer rogando por su libertad y llorando con coraje. Aquella silla volteo a ver al muchacho entrar por la puerta. -Su hija...- Respiro un poco. -Su hija esta aliada con los de la FBI, estuvo con ellos esta tarde, salió de las oficinas a las 3:00 de la tarde. El archivo tiene las fotos adecuadas para comprobarlo. No solo sabemos eso, también sabemos que ella esta con el agente Max, es conocido por ser el mejor agente de la FBI en la parte de narcóticos y asesinos en serie.- Camino hacia el escritorio, el señor extendió su mano para agarrar la carpeta. Lo abrió para mirar la imágenes, más imágenes de ella pensó, subió su mano a la altura de sus ojos para tallarlos en forma de estrés. -Estamos buscando a su madre señor, pero lo único que sabemos es que no utiliza tarjetas de crédito, tampoco ha tenido multas, no ha cometido ningún delito y no ha llamado la atención como para que la encontremos rápido, solo podemos tener los registros de su hija...- callo al momento de mirar a su jefe haciendo su signo de silencio, el jefe apunto con su dedo índice dando a entender que se fuera, aquel muchacho salió por la puerta dejando solo al jefe y aquellos gritos de desesperación de la señora. Espero no encontrarte nunca, porque si lo hago tendré que matarte pensó de manera alta diciéndoselo a la foto.

*

Estaba caminando a mi casa, esperaba no encontrarme con mi madre, no quería soportar aquella persona alcohólica, pero también estaba pensando en si aliarme con los de la FBI, tal vez mi madre nunca me conto porque me quería proteger, tal vez ella tampoco sabía que él estaba vivo, hablar de él así me pone de mal humor. Tenía mis audífonos bien puestos con la música a todo volumen. Caminaba al parque más cercano de mi casa. Iba mirando el suelo, tratando de no pisar las rayas como niña chica.

Mata al LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora