6 | Entre ser y no ser, ¿quién eres?

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        1 de septiembre, 1912

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1 de septiembre, 1912

Estación de trenes King's Cross.
10:45 a.m.

EL DÍA MENOS ESPERADO DE MI VIDA HA LLEGADO CON LA FUERZA ARRASADORA DE UN HURACÁN de máxima categoría. Mis sentimientos eran un torbellino abrumante que hacía que mis manos temblaran y que las palmas sudaran a pesar de que no hacía frío. De hecho, era todo lo contrario porque la lluvia caía a cántaros, incluso se escuchaban los estruendos de los rayos aplicar su presión en el aire; truenos quebrando la atmósfera con su ruido. Me encogí en mi lugar.

Arqueando mi cabeza un poco para poder observar la extensión de la estación de trenes, logré percatarme de la inmensa multitud que se apresuraba como peces entre el mar, intentando con prisa llegar a sus destinos. Tal vez ese mal clima tenía un propósito, quizá era la causa de mi verdadera desgracia. Podría estar anunciando el final del inicio. No lo sabía, pero tampoco quería estar pensando de forma tan negativa.

Ajusté mi abrigo y acomodé el bolso que caía de mi hombro, el niffler se movió en su interior, intentando captar algún objeto brillante que añadir a su colección. Lo empujé un poco para obligarlo a mantenerse quieto. La estación no era un buen lugar para perder a mi compañero.

—Amelia, apresúrate que no tenemos todo el día.

La voz de la tía interrumpió mi pequeña pelea con el niffler y apresuré mi paso entre las personas, intentando no chocar tanto con ellas. Según nos aproximamos a una pared ladrillosa, vi a Wilson pasar el carrito con mi baúl, atravesándola. Mi tía ni siquiera se molestó en decirme que también debía hacerlo, simplemente asumió que conocía la entrada al andén 9¾ y cruzó la pared, dejándome confundida y temerosa de hacer lo mismo.

¿Y si lo hacía y terminaba golpeándome como tonta frente a toda la multitud? Le temía demasiado como para poder hacerlo. No encontraba la forma de reunir el valor para intentar cruzar la pared.

—¿Necesitas ayuda?

No pude evitar pegar un respingo ante la voz a mi lado. Con el corazón latiéndome desbocado, giré sobre mis talones para encontrarme con los cálidos ojos verdes de un chico, tal vez, unos dos años mayor que yo. Tenía una mirada amable, el rostro pecoso y una pequeña sonrisa tímida. El cabello castaño claro, casi rondando los tonos rubios, estaba alborotado y un poco descuidado.

—Eh... no, digo, sí —balbuceé y me golpeé mentalmente al no tener una respuesta concreta—. Se supone que debo encontrar el andén 9¾.

Sus ojos se iluminaron un poco.

—Oh, vas a Hogwarts, ¿no? —asentí—. Tienes que cruzar la pared.

¿Cómo admitirle que me daba miedo hacerlo?

—Ah, gracias —murmuré y justo en ese momento comencé a sentir mi bolso más liviano. Bajé la mirada para encontrar a mi mascota intentando escapar—. ¡Niff! —le regañé, intentando volver a meterlo en el bolso.

Life in Pieces | Life #1 (Newt Scamander)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora