·N·U·E·V·E

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Ay no...

La nariz de Max empezó a sangrar mientras los dos hombres y la rubia se iban de la tienda riendo.

-Que mono... Pensó que asustaba a alguien... -Dijo la mujer antes de abandonar el local.

Me acerqué al chico corriendo.

-Mira lo que te hicieron... ¡No tenías que haberte metido!

-De nada... -Dijo mientras se incorporaba y llevaba una de sus manos a la sangrienta nariz.

Agarré del mismo congelador del que había sacado el agua un pequeño paquete de hielo,

-Vamos... -Caminamos abrazados, aunque era algo incómodo, mientras de fondo escuchábamos como el dependiente se quejaba porque no habíamos pagado.

Fuimos hasta un pequeño parque, aparcamos el bonito coche en el bordillo y nos sentamos en un banco.

-A ver... -Dije algo incómoda, acercándome a Max para ponerle el hielo en la nariz. Creo que no se le debía de poner hielo a una nariz con sangre... O quizás sí. Tampoco es como si supiera nada relacionado con primeros auxilios.

Tragué saliva, estaba muy cerca de la cara del mocoso...

Él me miró fijamente.

Joder.

-Au... -De quejó. - ¿Podrías no poner el hielo con tanta fuerza?

-No te quejes...

-Esto es por tu culpa.

-¿Cómo? -Pregunté abriendo los ojos como platos

-¿No podrías ser un poco menos tonta?

-¡Oye!

-Sí no hubiera estado yo a saber que habría pasado...

-¡Podía defenderme sola!

-Claro... -Dijo apartando la mirada.

Agarré una tirita de corazones de mis pantalones y se la puse en la pequeña brecha.

-Eres un idiota. -Dije sin poder resistirme

-Y tu una tonta.

-Pues tú un desagradecido.

-Al menos no soy la presa de cualquier motorista treinteañero...

Sin decir una sola palabra más agarré la pequeña botella de agua, abrí la puerta del coche bajo la mirada atenta de Max y saqué mi móvil. Cerré de nuevo la puerta y comencé a caminar en lo que creía que era la dirección a casa.

Crucé la esquina sin escuchar ni una palabra por parte de Max, abrí Google Maps cuando tenía claro que no me veía y puse la dirección de mi casa.

Mierda. Estaba en el otro sentido...

Volví sobre mis pasos pasando de nuevo por delante de Max, está vez hacia el otro lado, mientras escuchaba una risa burlona por su parte.

No le hice caso y seguí caminando. Apenas un minuto después, escuché el ruido del motor cuando se encendía.

-Sube.

Me limité a negar con la cabeza.

-No me obligues a subirte a la fuerza. No vas a ir caminando tu sola hasta casa.

-No eres tú el que me tiene que dar órdenes...

-Bien, entonces no me dejas otra opción. -Escuché que el ruido del motor paraba de nuevo.

Me agarró de la cintura y me levantó de manera que no lograba tocar el suelo.

-¡Bájame! -Repliqué mientras me movía. -Las cosas no funcionan así Max. -Dije esta vez en un tono más calmado.

Él me miró con una ceja levantada.

-¿Qué?

-Que las cosas no funcionan así. -Dije lanzándole la mirada más agresiva. -si solo me hubieras pedido perdón...

Noté que sus brazos comenzaban a bajarme y mis pies tocaron el asfalto.

-Perdón. -Dijo.

-Yo también lo siento.

-¿Sabes lo que podría haber llegado a pasar?

-Sí, pe...

-No sabes lo mal que me habría puesto si te llega a pasar algo.

De pronto una de sus manos acarició mi mejilla y nuestras frentes estaban juntas.

Se sentía bien, pero entonces...

[Llamada entrante de KIM ♥️]

Responder • Colgar

-Tengo que cogerlo... -Dije a modo de disculpa apretando el botón verde del teléfono. -¿Se puede saber dónde estabas?

-Ah, perdón, ya estoy con Lisa.

-¿Sabes que susto me has dado?

-Tranquila, estoy bien.

-¿Cuando vendrás?

-El lunes.

-Bien, hablamos luego. -Colgué sin dejarle decir nada más. No tenía ganas de hablar.

Subí al coche, me abroché el cinturón y sonreí a Max.

-Te queda genial esa tirita -Dije por lo bajo riéndome un poco. Él abrió los ojos como platos, como si no se acordara. Cogió su móvil, puso la cámara y frunció el ceño.

-¿De corazones? ¿Y eras tú la mayor?

Me volví a reír. Era bastante difícil tomarlo en serio de aquella manera.

Entonces él también se puso a reír.
Creo que tiene la risa más bonita que he escuchado nunca.

Él coche, ya en marcha, aparcó en el jardín de una casa que me resultaba un tanto familiar.

Justo al lado, cerca de una piscina que volvía a recordar, estaba la moto de Max.

Un chico moreno pareció darse cuenta de nuestra llegada, y salió por la puerta de la enorme casa.

Aquel chico...

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2019 ⏰

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