Capítulo 7: Recuerdos que aún duelen

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Lexa POV

Caminé sin rumbo con mis ojos empapados y una sensación de vacío que me invadía el alma por completo.

Me sentía una total idiota por tratar a Clarke como lo había hecho. No lo merecía en lo absoluto. Hizo lo que yo anhelaba hacía tiempo, pero que la falta de coraje me impedía. Debía disculparme con ella, y sin dudas lo haría, pero más tarde. Sólo necesitaba soledad en ese momento, y sabía, que si le escribía vendría a buscarme y realmente prefería tomarme un tiempo para mí misma y acomodar ideas en mi mente.

Llegué hasta la playa, el lugar que elegía siempre para perderme y encontrarme nuevamente. Me senté en la arena con mis piernas pegadas a mi pecho, mis manos las rodearon y dejé que mi barbilla descansara sobre mis rodillas. El sonido de las olas rompiendo en la orilla, y la paz de la noche me envolvieron y me hicieron compañía esa noche. Mis ojos, aún llenos de lágrimas, se posaron en un horizonte que no tenía límite y que la luna tenía el privilegio de alumbrar. Era una noche demasiada calma y perfecta que se contrarrestaba con mi interior.

Entonces, la mente comenzó a atormentarme llenándose de recuerdos que dolían demasiado.

*FLASHBACK*

Cinco meses antes...

Había sido un largo día de trabajo, y con Costia acordamos de ante mano que como ella trabajaría hasta tarde, yo aprovecharía a salir a tomar algo con Anya y Lincoln.

Mi novia era reportera en uno de los periódicos más reconocidos de Los Ángeles, y esa noche debía quedarse para editar la primera plana del día siguiente. Ella y su equipo, habían logrado conseguir información factible para sacar a la luz estafas de varias empresas sumamente importantes relacionadas con campañas políticas. Aquello ayudaría a remontar su carrera profesional, por ende la primera plana y después toda la noticia debían quedar perfectas para poder aparecer a primera hora del día. Jamás me había negado a sus horas extras, que últimamente eran demasiadas, pero tenía muy en claro que era su sueño y contaba con mi apoyo incondicional.

Salí de trabajar y junto a mis amigos nos dirigimos a un bar para beber algo y cenar. Después de leer dos obras de 300 hojas cada una, lo que necesitaba era distenderme un poco y que mejor que compartir un rato con buenos amigos.

Esa noche, técnicamente, iba a regresar tarde, aprovechando que al día siguiente no trabajaba. Pero los planes dieron un giro imprevisto, cuando Anya se descompuso y debimos llevarla hasta la casa de sus padres, dónde vivía. Luego de dejarla allí y asegurarnos de que no necesitaba nada más que descansar, Lincoln me llevó hasta mi apartamento. Me encontraba bastante cansada, así que me decidí por esperar a Costia en casa.

Entré al apartamento, y me pareció extraño encontrar las llaves de Costia colgadas en el pequeño llavero que teníamos sobre la pared al lado de la puerta. Las luces estaban todas apagadas, tal vez había llegado cansada y se había recostado. Sin embargo, no tenía sentido aquello, ya que ni siquiera me había avisado como habíamos acordado y a penas eran las 10 pm.

Un ruido proveniente de la habitación llamó mi atención. Siendo lo más silenciosa posible, caminé lentamente hasta la puerta de mi dormitorio. No pude evitar quedarme paralizada al escuchar que del otro lado se oían gritos. ¡No! no eran gritos. ¿Gemidos? El cuerpo me comenzó a temblar a causa del pánico instantáneo que me invadió y llena de desesperación y temor abrí la puerta convencida de que tal vez no era una buena idea hacerlo.

La imagen que mis ojos vieron en ese momento hicieron que las piernas se me aflojaran por completo y el aire faltara en mis pulmones. De mi boca se escapó un intento de palabra que se pudo comparar con un susurró imperceptible.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora