Nuevo hogar

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Una pareja se encontraba animadamente hablando con el director de un orfanato localizado en Busan. Este le dirigía una pequeña habitación donde una serie de niños recibió a la pareja con un ramo de rosas y con sus sonrisas de lo más puras e inocentes.

-Oh... Mira Son Eun Seo, qué niños más bonitos y buenos son...Por el amor de Dios!- decía este mientras acariciaba el rostro de aquella niña que les había dado el ramo de rosas.

-Sí, señor Kim, las rosas son bonitas - decía aquella mientras miraba con desprecio a aquellos sucios y miserables huérfanos.

- El señor Kim Soo Roo, benefactor de nuestra institución ha venido hoy aquí para elegir a uno de ustedes, el afortunado elegido podrá gozar de un techo y seguro de un futuro mejor...- comunicaba el director a los pequeños huérfanos antes de ser interrumpido por Son Eun Seo.

-No tenemos tiempo, hay asuntos más importantes que debe atender mi señor Kim- mientras daba paso a su señor para que eligiera al "afortunado" huérfano.

Los niños se pusieron en línea mostrando sus mejores sonrisas, y cuando el señor Kim se disponía a mirarlos de más cerca escuchó un ruido proveniente de la habitación contraria que captó su atención, más bien de todos los presentes menos del director que sabía muy bien quién era el causante de tal alboroto, Choi Minki.

-¡Suéltalo! ¡Te dije que es mio idiota!-gritaba Choi Minki quién forcejeaba con un niño más pequeño para recuperar su bolso.

-¡Qué lo sueltes te digo! No lo voy a repetir dos veces- advirtió al más pequeño.

-Él, a él lo quiero. Definitivamente es él- dijo Kim Soo Roo quien estuvo observando aquellas escena muy entretenido.

-¿Y ustedes quiénes son?- Choi Minki preguntó a aquellas caras desconocidas sin dejar de lado su enfado.

-Tu nueva familia, querido- Al escuchar esto Minki tuvo un mal presentimiento pero no le importaba a penas viera la oportunidad escaparía.

Y sin duda Minki estaba en lo cierto, Kim Soo Roo no era aquel pan de dios que todos creía, detrás de esa caracterización de salvador de los pobres había una persona malvada que solo deseaba más poder y riqueza costará lo que costará. Y su fiel aliada era Son Eun Seo, su ama de llaves que estaba secretamente enamorada de él y con quien llevaba a cabo las planes más perversos.

-Créanme este chico no les conviene. No solamente es ladrón, es buscaproblemas, incendiario y muy conflictivo. Deberían elegir alguien mejor- intentaba convencerles el director mientras salían del orfanato llevándose a Minki.

-Todas las ovejas descarriadas vuelven volver al rebaño ¿no lo cree?- contestaba Son Eun Seo al director- Además mi señor no elige por la cabeza sino por el corazón.

-Muchas gracias por todo, mañana le hago llegar un cheque por las molestias y los papeles para tener la custodia de este angelito- decía el señor Kim mientras posaba su brazo sobre el hombro de Minki, quién inmediatamente rechazó tal acto.

-Ay angelito mio, no tengas miedo vamos a ir a un lugar mejor donde además hay más niños como tú con los que podrás jugar- le decía con un demasiado dulce y claramente irónico.

La razón de elegir a Minki sobre los demás huérfanos, no fue por lo que Son Eun Seo dijo, pues ellos no buscaban a un chico al cual salvarle la vida sino que explotarlo hasta que no les sirviera y echarlo a la calle finalmente. Minki estaba destinado a sufrir una vida de delincuencia y explotación como tanto otros lo habían hecho a manos de Kim Soo Roo, pero estaba vez sería diferente a lo que este último creía.

Minki, por su parte, nunca creyó esa tan fingida amabilidad. Había sido abandonado en una iglesia a penas nacer y a parte del cura que lo cuidó nadie lo había tratado bien. Su apariencia afeminada animaba a las burlas por parte de sus compañeros, por eso dejó la escuela y vivo en la calle hasta que le metieron en un orfanato. Por su conducta conflictiva era expulsado y enviado a diferentes orfanatos de Busan, este último era donde más tiempo había pasado pero no fue donde mejor trato recibió. Las posibles familias adoptivas aunque al principio eran cautivadas por su bella apariencia, y quién no pues poseía un bello rostro, cabellos dorados y unos labios en forma de corazón, pero al ver su comportamiento nadie se atrevía a criarlo como suyo. Al pasar los años, Minki se daba cuenta que nadie lo adoptaría, eso incrementaba más su rabia y rencor. Él solo esperaba el momento para escapar del orfanato y buscar una mejor vida, y eso momento había llegado cuando el señor Kim lo eligió, él no pensaba quedarse con ese hombre sean cuales sean sus intenciones.

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-Bienvenido a tu nuevo hogar-dijo el señor Kim cuando llegaron al su "nuevo hogar".

El hogar de hogar del señor Kim era una mansión a las afueras de Seúl. Minki quedó maravillado pues mansiones como esta solo había visto en dramas. Por un momento se le cruzó la idea de quedarse a vivir en aquella lujosa mansión pero lo desechó enseguida, él tenía un plan: huir para poder vivir por fin libremente.

Son Eun Seo se presentó como la ama de llaves, le indicó cuáles eran las reglas que debía seguir si quería seguir viviendo allí. Cuyas reglas eran tan restrictivas como no entrar a la cocina sino eran horas de comer, no subir a la segunda planta pues solo tenían acceso los dueños de la mansión, no comunicarse con los hijos del señor Kim, no tocar nada de la mansión a menos que fuera indicado. Minki pensó que eso no era un hogar sino una cárcel ya que básicamente su movilidad dentro de la mansión se limitaba a una habitación que compartiría con más huérfanos, pero tampoco es que le importara mucho pues no es que se fuera a quedar.

-No te dejes asustar por Son Eun Seol. Parece rígida pero en el fondo es un dulce de arándano- dijo el señor Kim mientras aparecía delante de Minki- angelito solo son una pocas reglas para una sana convivencia, respetando a los demás me respeto a mi, ¿Verdad?

- Yo solo le decía mi señor lo que esta mocosa debía hacer quiere vivir aquí- dijo esta mirando con desprecio a Minki, fastidiada ya por esa falsa amabilidad.

-¿Cómo era tu nombre, angelito mío?- le preguntó con extremada dulzura.

-Choi Minki- Respondió vagamente.

-¿Minki? Yo escuché que en el orfanato te decían de otra forma- Minki le miró con sorpresa pero antes de contestar..- yo lo sé todo, angelito mío.

-Bueno... Me apodan Ren, así me puso el cura que me acogió- El mayor aguanto su risa, ¿Como le habían apodado con el nombre de una flor a un esperpento como él?

-¡Flor de Loto!-exclamó- nombre perfecto para un chico con cara de ángel como tú.

-Llévalo a que conozco a los demás chicos, son unos encanto como tú, se van a llevar a muy bien- le ordenó a su ama de llaves.

La habitación asignada era pequeña y la compartía con dos chicos más que en ese momento no se encontraban. Son Eun Seo le ordenó que colocará sus pertenencias y se aseará mientras esperaba por nuestras indicaciones.

-¡Bienvenida!- un chico de cabello rubio salió de detrás de la cama, asustando a Minki quién le propinó un puñetazo en la cara- ¡Ay! Eso dolió, pegas muy fuera para ser mujer- dijo el rubio sobándose allí donde le había golpeado- Espera ¿qué haces en la habitación de los hombres?

-Primero, lo siento, me asustaste. Segundo, soy hombre no mujer-le dijo Minki mientras le ofrecía la mano para saludarlo.

-En serio. Eres hombre, no lo pareces. ¿A ver demuéstralo?- el chico rubio jaló los pantalones de Minki hacia abajo.

-¡Qué haces idiota! Espero por lo menos a ver resuelto tus dudas- poniéndose de vuelva su pantalones- Me llamó Choi Minki, pero me puedes decir Ren.

-¡Ah! Qué maleducado de mi parte, me llamo Kang Dongho pero puedes llamar Baekho- le respondió con una gran sonrisa acto seguido se quejó porque aún le dolía el golpe que recibió.

- Sabes hace mucho no veía un rostro tan bonito como el tuyo- Minki bufó le había caído bien Baekho pero era igual que todos aquellos que intentaba coquetearle- Definitivamente me caes muy bien Rennie, eres totalmente de mi estilo.

-¿Qué pretendes Baekho?- mientras el mencionado recostaba su cabeza en el regazo de Minki- el golpe que has recibido no se asemeja en nada al que recibirás si te pasa de la raya.

-Eh, tranquilo mi Rennie, yo solo puedo que eres como yo, te gusta las cosas rápidas, sin rodeos, lo brusco, lo salvaje...-lanzándole una mirada una seductora a lo que Ren respondió dándole un golpe en su entrepierna.

-Primero, no me conoces así que no hables como si me conocieras . Segundo, no pienso quedarme aquí por mucho tiempo así que piérdete- a lo que Baekho respondió con una risa burlona, molestando aún a Ren.

-Lamento romper tus ilusiones pero de aquí nadie logra escapar, estás condenado como todos nosotros- le dió un golpecito en el hombro como forma de consuelo.

-No quiero ser grosero pero yo no soy vosotros así que no me metas en el mismo saco- dijo Ren levantándose para marcharse, después de la advertencia de Baekho sabía que escapar era lo correcto.

"Serendipity" [Pausada indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora