"Serendipity" [Pausada indefinidamente]

Kwak Aaron

Kwak Aaron era uno más de los huérfanos que cayó bajo las manos del malvado del señor Kim pero a diferencia de los demás él era diferente. Él no estaba sólo sino que tenía a Hanna, su hermana pequeña a la que cuidaba desde que su madre los abandonó para buscar 'una mejor vida' en Los Ángeles. Aaron creyó en las mentiras de sus madres y esperó por años su regreso, ya ni ansiaba ese dinero que supuestamente mejoraría sus vidas sino que quería de vuelta aquella madre que tanto necesitaba Hanna. 

A la edad de 13 años Aaron se convirtió en madre y padre para Hanna, algo que nunca le molesto pues él amaba con locura a su hermana. Hizo todo lo posible para mantenerla con vida hasta que un día la pequeña se puso tan enferma que tuvo que ser hospitalizada, así fue como inevitablemente las autoridades los metieron en un orfanato con la justificación de que un adolescente no podía estar a cargo de una niña pequeña. Al principio, dichas autoridades habían destinado a los dos hermanos a orfanatos distintos pero consiguió que los enviarán al mismo lugar. Tuvieron que pasar por varias obstáculos para poder mantenerse juntos hasta hoy en día, todo gracias Aron. Él era un chico muy inteligente que se ganaba la simpatía de sus mayores fácilmente pero cuando más mayor se hacía más la gente quería aprovechar de él, para que no le separarán de su hermana tuvo que hacer cosas que jamás imaginaría pero no le importaba dejar su orgullo de lado con tal de estar con su pequeña.

Cuando llegaron a la mansión de los Kim pensó que por fin la vida les estaba dando una oportunidad para ser felices, tristemente no lo fue. El señor Kim y su complicé Son Eun Seo les obligaban a trabajar en una pequeña fábrica oculta en la planta baja, donde hasta la madrugada se dedicaban a hacer bolsos y complementos para la empresa del señor Kim, sino bastaba con eso les obligaban a robar en la calle. Aron al ver tal barbaridad, la primera noche intentó escapar con su hermana pero el señor Kim lo tenía todo planeado y unos perros rabioso se lo impidieron. Pero Aron era inteligente y desde que llegó a la mansión empezó ahorrar dinero sin que se diera cuenta la bruja, Son Eun Seo, para finalmente un día poder escapar.

Hoy era para lo hermanos Kwak un día como cualquier otro, salir a la calle a robar aprovechando que el circo estaba en la ciudad. Hanna una vez se quejó, hizo pataletas, ya no quería robar, era pequeña pero sabía que eso estaba mal. Aron le mintió una vez más diciéndole que con ese dinero que robaran irían a Los Ángeles para reencontrarse con mamá. La niña saltaba de alegría por fin 'volverían a ver a mamá' gritaba de emoción. 

Ya en el circo Hanna quedó fascinada con una hermosa hada que bailaba como si tuviera alas. Quedó tan embobada que olvidó hacer su 'trabajo', quedando perdida en la multitud. Aron junto más huérfanos empezaron a robar, siempre manteniendo una mirada en su pequeña pero solo un segundo para que ella desapareciera de su vista. Para agravar aún más la situación pillaron a uno de ellos robando y tuvieron que huir, Aron buscó como loco a su hermana pero nada, la bendita niña no aparecía. Ya desesperado decidió acudir a la bruja pero esta no le ayudo solo le dijo que más le valía que apareciera la mocosa al día siguiente sino se les pagaría.

Aron completamente derrotado se tumbó en su cama y se puso a llorar, los demás chicos intentaron consolarle pero nadie podía calmar su llanto hasta que Ren apareció molesto por tanto ruido.

-¿Crees que llorando, se le solucionan las cosas?- el miro levantó la cara del castaño secando sus lágrimas

-No... pero qué más puedo hacer...- el castaño lloró más contra el pecho de Ren.

-Perdona, no soy bueno con las palabras- acarició la cabello del mayor- pero deja de llorar ¿vale?

-No... Extraño Hanna... ¿Cómo estará ella? ¿Tendrá miedo?¿Habrá dormido? Y si alguien..-Ren le tapó la boca con un pañuelo, acción que provocó risas a sus compañeros

-Solo te quitaré el pañuelo si dejas de llorar-miró Aron esperando un respuesta positiva y este asintió como aprobación.

-Pero.. ¿Puedo cantarte?, por favor, como se lo hago a mi hermana todas las noches-Ren iba a rechazarle pero cuando vió que los ojos de Aron se llenaron otra vez de lágrimas no pudo negarse.

-Por cierto soy Aaron con dos 'a's ¿cómo te llamas?...carita de ángel- A esta última frase un sonrojo se asumo en las mejillas de Ren.

-Me llamo Ren, y no me llaves carita de ángel si no quieres acabar mal- empujó a Aron de la cama.

-Un ángel con carácter, me gusta-Ren solo bufo como respuesta.

-Bueno Ren, ¿Donde lo hacemos?-La cara de Ren se puso como un tomate lo que provoca unas grandes carcajadas del resto, quien los habían estado observando.

-Mi pequeño ángel, acabamos de conocernos ¿cómo puedes imaginar tal acto erótico? además no tengo más energías después de llorar tanto- Ren le dio un codazo- Quería decir que donde te acuestas para que te cante

Ren no le contestó solo se dirigió a su nueva cama y se acostó. Aron le siguió y empezó a cantarle una canción mientras le acariciaba su cabello. Ren al escucharlo pensó que Aron tenía la voz más bonita que había escuchado nunca, siguió concentrado en aquella hermosa voz hasta que finalmente quedó dormido.

Aron siguió cantando hasta que sintió que el menor había quedado profundamente dormido. Él sabía que no podría pegar ojo en toda la noche por lo que optó por quedarse al lado de Ren hasta que amaneciera. Observó con detenimiento cada una de sus facciones,no encontró ninguna imperfección, era un verdadero ángel demasiado bueno para haber llegado a este infierno. Al detenerse en sus labios, redibujó la forma en corazón de sus labios con su pulgar, de repente su corazón se aceleró, nuevas emociones despertaron en él, por ese simple acto. Por una momento dejó de pensar en su hermano, se lo agradeció a Ren dándole un pequeño beso en la mejilla. Era tan suave, se preguntó cómo sería besar esos labios esponjosos, iba hacerlo pero se detuvó iba a ganarse el corazón de Ren pero de la forma correcta. Tomó una decisión después de encontrar a su hermana, iba a encargarse de ver aquella hermosa sonrisa que oculta bajo esa permanente expresión seria.