Alice Brown una chica de 20 años con un secreto escondido que nadie sabe, un secreto que acabaría con su reputación. Ella es bailanira exótica o mejor conocida una stripper, pero nadie lo sabe ya que en la universidad debe mantener un perfil fundame...
Salió de la Universidad con rumbo a la parada de autobuses, pero un deportivo negro se interpuso en su camino. -¿te llevo?- preguntó sonriendo con arrogancia. -no gracias- contestó y siguió su camino ignorando al castaño.
Lo último que escuchó fue el motor del deportivo y despareció de su vista.
Caminó hasta la parada de buses y esperó que llegará el de ella. Subió y el viaje duro media hora ya que eso estaba su casa se la Universidad.
Hoy descansaría ya que era su día libre así que se relajó en su cama mientras leía un libro. -hermanita- dijo Maya subiendo a la cama de la castaña. -hola princesa- dijo mientras la niña se acurrucaba en sus brazos.
Después de pasar un buen rato con su princesa, por que esa niña era la luz de sus ojos, se dispuso a preparar la cena. -¿y mamá?- preguntó Clara entrando a la cocina. -no lo sé- dijo suspirando ya que seguro estaba en algún bar de mala muerte, pero esperaba pronto acabar la Universidad para salir de esa vida y sacar a su madre de ese vicio aunque todavía le faltaban 3 años para culminar su carrera. -seguro debe estar tomando- dijo Clara con una mirada triste y la castaña la abrazó. -hola familia- entró Tyler con Maya en brazos. -abrazo grupal- dijo el rubio y los cuatro hermanos se abrazaron.
Después de comer las niñas se fueron a dormir mientras Alice se quedó despierta esperando a su madre. -sabes que tal vez no llegué está noche y es tu noche libre deberías estar descansando- dijo Tyler que la miraba arre costado a la pared. Ella a veces se preguntaba como un chico de 17 años podía ser tan maduro. -tienes razón, pero es que me preocupa- dijo suspirando y su hermano se sentó a la par. -no debería no lo merece- dijo y ella lo miró mal. -Tyler mamá está enferma- dijo ella y su hermano se encogió de hombros. -no la justifiques, si le importáramos cambiaría- dijo y por dentro ella sabía que el chico tenía razón, pero por otro lado esa mujer que les había dado la vida había sufrido mucho y se había perdido en el alcohol.
El día siguiente se levantó temprano, preparando el desayuno y la puerta principal se abrió. -mamá- dijo la castaña saliendo de la cocina y la mujer se tambaleaba de un lado a otro. -prepárame un café, mi cabeza está por reventar- dijo la rubia tirándose en el sofá.
La chica preparó un café bien cargado y se lo llevó a su madre que ya estaba dormida en el sillón así que lo dejo en la mesita y se fue a despertar a las niñas. -levantasen dormilonas, es hora de ir a la escuela- dijo y las niñas se levantaron para correr hacia el baño compitiendo para bañarse primero y ella negó divertida. Fue a la habitación del Tyler que ya estaba listo preparando su bolso. -estoy listo- dijo saliendo y caminando a la cocina. -me tengo que ir, llevas a las niñas a la escuela- dijo y el rubio asintió.
Salió y caminó hasta la parada de autobuses.
Llegó a la Universidad y caminó a su primera clase, pero sin querer se tropezó con alguien. -fíjate por donde caminas ramera- dijo una voz chillante, levantó la mirada y se encontró ni nada más que la chica más popular de la Universidad y una hueca total que por que tiene dinero creé que el mundo gira alrededor suyo, esa es Ashley Cleivon. -perdón- dijo bajando la cabeza y siguió su camino hasta entrar al aula de psicología.
Se sentó junto a la ventana, pero alguien se sentó junto a ella, al darse vuelta se encontró con una chica pelirroja que la miraba. -hola- dijo sonriente y ella le devolvió la sonrisa y luego siguió mirando hacia la ventana. -soy Tania y soy nueva- dijo la parlanchina sonriente que se sentó junto a ella. -Alice- dijo y la chica sonrió. -que gusto conocerte Alice- dijo la pelirroja y ella sonrió, pero luego su mirada se perdió en la puerta donde entraba el profesor.
