Capítulo 02

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-Anastasia-

Después de cuatro horas de intensa tortura por fin era tiempo de tomar un descanso de todas esas entrevistas, entre toda la basura que había venido a solicitar trabajo fácilmente podría decir que menos de la mitad lograría tener trabajo en el lugar. Observe la cara de mi – En estos momentos. – Odiado mejor amigo observando lo cansado y estresado que parecía estar y no era para menos, le había tocado entrevistar a casi todas las chicas que habían venido a solicitar empleo, digo casi porque solo le toco atender a parte del grupo de zorras super maquilladas con escotes pronunciados y ropa ajustada. Para ser honesta no me extrañaba que hubiera llegado tanta gente al lugar, todo el mundo me conocía por ser famosa no solo en el mundo de los negocios sino también por mis padres y su apellido, el hecho de que fuera una niña rica que logro hacer su fortuna sin ayuda de sus padres solo añadía más atención hacia mi persona, lo cual no me molestaba porque era una de las "tácticas" que me habían ayudado a tener a varios chicos interesados con la esperanza de poder enamorarme.

Richard por el contrario no había tenido problemas en tomar las enseñanzas de sus padres – Mis padrinos. – Para continuar con el negocio familiar, solo bastaba ver en las páginas de economía cuánto dinero él y sus padres habían hecho en base al movimiento accionario. Y no había que olvidar que Richard era una belleza real y alcanzable, muchos chicos son irreales como si fueran sacados de una película, pero el con sus ojos castaños y cabello marrón con un cuerpo de infarto gracias a su tiempo en el gimnasio.

Todas solían buscarlo para atrapar al gran hijo de un empresario exitoso, la futura promesa del mundo de los negocios que tenía un halo de sencillez y humildad que parecía atraer a todos como polillas a la luz. Eso a él nunca le había importado, lo único que ocupaba la vida de Richard había sido lograr cumplir con sus notas y ayudar a sus padres en todo lo que pudiera sin dejar de lado sus metas y sueños, lo cual me había parecido admirable considerando todo el tiempo que ocupaba en su vida desde temprana edad, todo lo hacía sin quejarse a diferencia mía que siempre buscaba una excusa para no estudiar hasta que lo conocí, luego comprendí que no me escapaba por ser menos aplicada que el sino solo porque detestaba el tener que pasar todo el tiempo sola.

Como única hija de los grandes personajes que eran mis padres, todos pensarían que buscaban tener tiempo para pasar conmigo, pero la verdad era lo contrario, siempre sola en aquella gran casa solo rodeada de gente trabajando para mis padres, un asistente siempre me seguía diciendo que debía hacer o a donde ir y nunca tenía tiempo para mí, cuando tenía ocho años fue que conocí a mis padrinos gracias a que estos se habían interesado en convertirse en mis tutores, mis padres no tuvieron problema porque estaban muy ocupados atendiendo sus asuntos, mi padre era un reconocido abogado dueño de una de las más importantes firmas de Londres mientras que mi madre tenía un imperio de organización de eventos del cual estaba muy orgullosa.

Cuando comencé a vivir con mis padrinos recuerdo que fue la primera vez que comencé a sentirme en casa realmente, ellos con mucha paciencia lograron ganarse mi cariño y hacerme ver que era una niña maravillosa que solo había necesitado atención y amor en su vida, un amor que no podían comprender porque se me había sido negado. Richard siempre me decía que al verme fue como amor a primera vista, siempre estuvo a mi lado cuidándome y ayudándome cuando lo necesitaba, se convirtió en el hermano mayor que no sabía que necesitaba en mi vida. El hermano que siempre desee tener y que desde el momento en que me vio me protegió todo lo que pudo.

Lástima que no había sido suficiente...

Sacudí mi cabeza para despejarme, definitivamente estaba perdiéndome en mis pensamientos mucho estos días y era algo que no me agradaba porque siempre llevaba al mismo punto de encuentro que deseaba evitar.

Mire a Fátima sintiéndome un poco orgullosa de ella por haber manejado la situación con tanta soltura ¿A cuál situación me refiero? A colocar en su lugar a todas las chicas que trataron de insinuársele a Richard y al mismo tiempo recordarle a su novio muy sutilmente que había muchos esperando que él se equivocara para quitarle a su novia, apostaba la mitad de mi fortuna a que eso era lo que más tenía estresado a Richard.

Fátima siempre era la imagen perfecta de la calma y la serenidad, actuaba como una dama y también se veia como tal. Pese a que era lo contrario a su novio en cuanto a físico ella solía tratar de no destacar lo cual era todo un reto con su larga y ondulada melena pelirroja capaz de robar el aliento y sus impresionantes ojos azules que te incitaban a confiar en ella. Sin embargo, lo que la hacía ver como una buena chica desaparecía cuando tomaba en exceso haciéndola actuar como una sensual chica mala que era capaz de convertir a Richard en un completo demente, el contraste de chica buena con chica mala lo volvía completamente loco y lo sabía porque había sido testigo de cómo el solía perder la cabeza solo para besarla como si el mundo estuviera a punto de acabarse.

No era que me molestara en sobremanera, era bastante liberal a la hora de las demostraciones públicas de afecto, pero ver a mi mejor amigo casi hermano con mi mejor amiga – La única que tenía para ser honesta. – Casi que fornicando con ropa no era para nada agradable.

Era por eso mismo que siempre buscaba alejarme cuando veia las miraditas que se enviaban en esos momentos de cortejo... Era un poco incomodo verlos hacer sus danzas de apareamiento.

Y lo decía con todo el cariño del mundo.

Decidí evitar algún comentario sobre los chicos o chicas que coquetearon con ellos, no estaba para quedar en el fuego cruzado.

–Después de toda la porquería que entrevistamos solo tengo seis afortunados ganadores de mi aprecio para trabajar en el lugar. ¿Ustedes?

Fátima no dejo de mirar los papeles al responder. Creo que, para no ver la mirada celosa de Richard sobre ella, lo estaba disfrutando la muy descarada.

–Tengo cuatro personas que captaron mi atención, supongo que pueden ser buen material para el café.

–Tengo a cuatro personas también, creo que solo queda esperar a que las instalaciones estén en optimas condiciones antes de llamarlos para comenzar el entrenamiento.

–Mientras creo que seria lo mas prudente enviar el código de conducta que se manejara dentro de la cafetería.

–Si, eso nos ayudara a saber quienes se toman el trabajo en serio una vez que todos vengan a la capacitación.

Me levante y entregue los candidatos que me habían agradado a Fátima guiñándole un ojo viendo como sonreía un poco al verme.

–Ya que todo quedo en claro y no hay nada mas que hacer por el día de hoy, entonces me retiro a mi departamento. Estoy muy cansada y todavía tengo que atender algunos asuntos aparte con los distribuidores, por no mencionar que debo hacer algunas llamadas importantes.

–Me encargare de avisar a los seleccionados y te mantendré informada de como va todo aquí.

–Bien, entonces Fátima, te dejo con el idiota que tienes como novio, trata de controlarlo un poco y luego me llamas cuando logres domar a la bestia o bueno... Al gatito que tienes.

–Lo dice la gatita que no puede mantener las garras ocultas.

Sonreí al ver a Richard.

–No es divertido si no hay evidencia de donde jugo esta gatita, cariño.

Reprimí la risa que buscaba salir de mi cuando escuché a Richard soltar una carcajada antes de salir de la habitación.

Era tan fácil y divertido responder a sus comentarios que casi daba risa. 

Sedúceme si puedes.|EDITANDO-HISTORIA EN PROCESO DE CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora