Capítulo 8.

96 9 2
                                    

Tres toques de la puerta hacen que me sobresalte, y con todo y sábana, caiga al suelo de un tirón. Protestó entre dientes ante el dolor del golpe que me propiné en la caída. Me levanto entre cojeos a abrir la puerta y ver la causa de mi desgracia.

Me hago una coleta y pienso en la cara que debo tener en estos momentos, debido a que no pude dormir bien.

- Buenos días hija.- mi madre se presencia al otro lado de la puerta con una enorme sonrisa y su cara reluciente. Se ve totalmente diferente, luce un atuendo formal y esta maquillada.

- No se que tienen de buenos, ¿Hasta ahora te acuerdas de que tienes una hija?

- Lo siento, no pude acompañarte anoche, caí rendida en la cama y no me pude despertar.- Me cruzó de brazos y quito mi vista de ella molesta.

- Baja a desayunar, luego iremos a hacer unas cosas, de paso conoces Madrid un poco. - rodé los ojos, eso no es excusa.

-¿Como amanecíste de la pierna?

- Mejor, puedo caminar sin necesidad de las muletas.- Respondí cortante.

- No hagas demandó porfavor hija, aún hace falta que te recuperes. Te espero abajo.- Y sin más se fue.

Decidí tomar una ducha de agua caliente para quitarme toda esta tensión de encima, se me dificulta un poco con la pierna pero lo consigo. La verdad me siento mucho mejor que ayer.
Pasé un buen rato, aún sabiendo que mi madre me había dicho que bajará.

Cojo las toallas blancas perfectamente dobladas y me las hecho encima. Salgo del baño en busca de algo que ponerme pero lo único que encuentro es la misma mudada que llevaba ayer y no tengo otra opción más que ponermela.

Muero de hambre así que en cuanto termine de vestirme, peinar mi largo cabello castaño y ponerme una nueva venda en la pierna, baje en busca de algo que comer.

Cuando estuve en la primera planta (La casa constaba de tres) me guíe por lo que supuse que era la cocina, lo primero que visualize fue un inmenso comedor que estaba justo en medio, quienes se encontraban sentados, George, Mi madre, el estupido de Liam y Ginna quien estaba sirviendo.

- Buenos días.- Digo, casi inaudiblemente. Inmediatamente las cuatro personas presentes posan sus ojos sobre mi y avanzo restándole importancia.

- Buenos días - me responden todos a excepción de Liam.

- Ginna, porfavor, sirve a Isabella el desayuno - Habló George.

- No es necesario, yo puedo servirme sola, gracias.- Proteste. de reojo pude ver a Liam quien por primera vez levanto la cabeza, dejando el periódico, pero rápidamente volvió a lo suyo.
Juraría que vi rodar los ojos de Ginna pero no puedo asegurarlo.

- Pues cojer lo que gustes - dijo George amablemente

- Gracias - Conteste viendo como una sonrisa se le escapaba a mi madre.

Moría de hambre, así que me acerque a la cocina y visualize lo que había en la sartén. Podía sentir la mirada de todos así que me sentí incómoda y por algún motivo nerviosa.

- La puta mierda. - Proteste cuando siento el jodido calor invadir una parte de mi mano. ¿Por qué estás cosas solo me pasan a mi? Rápidamente llevo mi mano al grifo para calmar el ardor.

- ¿Estas bien?- Pregunta mi madre con tono de preocupación.

- Si, ya se me pasará.- Veo de reojo a Ginna que trata ocultar una risa. Perra. ¿Como iba a saber que la puta sartén estaba hirviendo? ¿No me lo podía advertir? Esta tipa definitivamente me cae mal.

Me dirijo rápidamente al baño, para visualizar mejor la herida y seguir refrescandome.

Pasan unos cinco minutos cuando escucho toques en la puerta y la abro.

- Ten, ponte hielo.- Me sobresalto al ver a Liam del otro lado, despreocupado. lo puedo ver mejor y visualizo que lleva unos vaqueros negros desgastados, una polera blanca, y su pelo despeinado, primera ves que le veo así ya que las pocas veces que le he visto llevaba su traje formal y su pelo negro delicadamente peinado.

- Gracias.- Me limito a decir cojiendo la bolsa de hielo que me ofrecía. Asintió y dio la vuelta regresando por donde vino.

Cuando considero que el ardor ha cesado lo suficiente como para ser soportable, salgo del baño y me dirijo a la cocina, con el fin de darle algo a mi estómago para que deje de protestar.

Cuando llego veo que no hay nadie lo que me relaja un poco. Tomo una taza y en esta vierto un poco de leche y me hago una tostada.

Me siento en el comedor y mi vista se queda en la parte de afuera ya que se puede ver perfectamente, porque el lado de la cocina hacia afuera esta dividida por dos puertas corredizas de cristal.
Se puede ver la parte trasera de la casa, que consta de un lindo podado y al final una hermosa y inmensa piscina que a los lados tiene asientos para tomar el sol.

- ¿Estas lista?- Escucho decir a mi madre desde las escaleras.

- No tengo más ropa, así que supongo que si.- Respondí secamente.

- Eso se arreglará ahora.- Me guiño un ojo y me hace alguna señal para que le siga.

(...)

- Y esta también, es linda.- Dijo mi madre tirando de la prenda rosa junto las otras muchas. Definitivamente comprar ropa no es lo mio, aunque ni este acostumbrada. Llevamos de tienda en tienda, eligiendo diferentes prendas casi una eternidad.

Para mi madre es "Si te queda nos lo llevamos", no entiendo, con todo lo que ha gastado podríamos alimentar a todos los niños de África. Parece una compradora compulsiva.

- Mamá.- No me hizo caso más siguió viendo diferentes estilos de leggins y zapatos.

- ¡Ya está! ¡Es suficiente!- Digo un tanto exasperada. Levanto la vista y le resto importancia a mis palabras.

- Vale, solo falta una cosa - Ruedo los ojos con desesperación.

- El vestido.- Uy. Presiento que estaré un largo rato más por el centro comercial.

(...)

- ¡Esto es muy corto Mamá! - dije casi gritando al ver la prenda que me llegaba poco más arriba de las rodillas y con escote muy descubierto para mi gusto

- Te ves fantástica! - Veo a mi madre mirarme con orgullo y una sonrisa en sus ojos

- Date la vuelta.- Bufé ante su pedido, pero no me quedo de otra más que acceder.

- Nos lo llevamos.- Dijo dando media vuelta a seguir con lo que estaba.

-¡ Con este ya son seis! ¡Ya vale! -Dije casi gritando para que me escuchará desde donde estaba.

- ¡Ok. Ya nos vamos! - Gritó mi madre.

- Por fin.-

- George y Liam nos esperan.- Dijo acercándose.

- Cámbiate, iremos a cenar juntos.

Yo quería ir a mi deliciosa cama.

Mierda.

**

Gracias por leer 💜

Step Brothers © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora