capítulo 12.

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El día tan esperado para mi madre a llegado.

La volteo a ver de reojo y me aseguro por séptima vez que está reluciente, se ve realmente bellísima, su pelo largo en ondas resalta tras el contacto con los rayos de sol que se asoman por la ventana de su habitación, el precioso vestido de tela blanca resalta cada una de sus curvas hasta llegar al suelo seguido de una cola haciendo juego a sus elegantes pero divinos zapatos de tacon color besh. Esta nerviosa y sonriente a la vez. Siento una linda sensación al saber que al menos ella es feliz, eso era lo que yo quería.

Me encuentro sentada al lado de ella en un comodisimo sofá de terciopelo color turquesa.

También estoy preparada, siento que estoy demasiado arreglada y no quiero llegar a llamar la atención pero no podía hacer nada, mi madre a elegido lo que debo ponerme y como maquillarme, no pude protestar ya que es su día y quiero que lo disfrute al máximo, así que sedí. Un corto vestido azul marino volado de manga que al parecer se adhiere bien a mi cuerpo, mi cabello castaño recogido en un moño de lado con tiritas de cabello a mis costados, unos zapatos -que para mi gusto son demasiado altos- color blanco, y mi maquillaje natural a excepción de mis labios que están pintados de un color rojo mate intenso.

La boda se celebrará en el jardín trasero, me levanto y veo que ya todo esta preparado, los invitados comienzan a llegar y a decir verdad son muchos.

Escucho la puerta sonar y puedo ver a George entrar con un pañuelo en sus ojos y con una caja de joyería en sus manos.

- ¿Donde esta mi prometida? - Le escuché decir con una media sonrisa en su cara

- Ni se te ocurra quitarte el pañuelo George, ver a la novia antes del matrimonio da mala suerte. - escuché contestar a mi madre

- No era mi intención, solo pondré esto por aquí y me voy- Dice dejando la cajita con dificultad en un mueble. Se retiro tirándole una especie de beso a mi madre pero en dirección al espejo.

La veo acercarse a ver que es lo que su prometido le dejo y por su expresión seguramente que es una joya bonita y seguramente costosa.

- ¿Me ayudas? - preguntó sacando por fin el hermosisimo collar que enmedio resalta una piedra preciosa ¿Será real? No, no lo creo.

- Porsupuesto - Respondí con una sincera sonrisa. Le coloque el collar y era como la pieza perfecta que le faltaba para lucir maravillosamente bella.

- ¿Preparada?- pregunté tomándole de la mano. Me sonríó y pude ver que se contenía las ganas de llorar.

- Preparada, mi niña.

***

Antes de que bajará mi madre obviamente tenía que estar yo en mi sitio posicionada como dama de honor. Al caminar como a esa especie de altar donde está George quien esta sumamente arreglado y preparado con su traje de novio, me tenso al ver a su hijo a la par. Debo decir que se ve jodidamente bien con ese traje que se encaja perfectamente a su cuerpo trabajado, tiene sus manos cruzadas por delante y su cabello esta delicadamente peinado hacia atrás. Por su cara puedo ver que no le apetece nada estar ahí en estos momentos, tiene su vista fija en algo o mejor dicho alguien, volteo sin poder evitar la curiosidad y efectivamente esta viendo a una rubia que está entre los invitados con su perfecta dentadura resaltandole. Lleva puesto un vestido rosa de escote y es tan corto que sólo puede cubrir su trasero, mentiría si dijera que se ve mal, pero es todo lo contrario a eso. Es muy -Muy- bonita. Volteo mi vista de nuevo al patético chico quien  ahora tiene su vista fija en mi. En unos mini-segundos me analiza de pies a cabeza y yo me siento incómoda. ¿Y si se burla en sus pensamientos al saber que no le llego ni a los talones a esa rubia? -Eso no te debe importar isabella- Habló mi subconciencia y es verdad, mejor pasaré de todo incluyéndolo a él. Vuelvo mi vista hacia el frente, me enderezo y tomo mi lugar sin importarme que el patético de Liam no quite su mirada de mí.

Las campanas suenan y veo a mi madre entrar con su lindo vestido de cola y su velo puesto, tira una sonrisita en la cual se puede ver lo nerviosa que está. Finalmente llega hasta George quien la coje del brazo con una hermosa sonrisa. ¿Realmente se quieren?

Luego de que el sacerdote diera su largo, aburrido y típico discurso, por fin llegó el momento de dar el "si quiero" por lo que al mismo tiempo ambos hijos de los novios nos acercamos a darles los anillos.

- George Williams, ¿Acepta ser el esposo de Amanda Coleman, para cuidarla, Amarle, respetarla y serle fiel hasta que la muerte los separe?- Él no dudo en contestar.

- Si, acepto. - Dijó firmemente. Otra sonrisa por parte de mi madre salió a la luz.

- Amanda Coleman, ¿Acepta ser esposa de George Williams, para cuidarlo, Amarlo, respetarlo y serle fiel hasta que la muerte los separe?- preguntó el sacerdote ahora a ella.

- Sí, acepto.- respondió.

- Dicho esto, los declar...- y antes de ser interrumpido una mujer de mediana edad interrumpio quedando enfrente de ellos dos con una pistola en la mano.

- ¡MALDITO! - Escupio con odio y una Impotente rabia sobresalía en sus ojos hinchados. - ¡POR ESTA PUTA ME HAS DEJADO! ¡QUE TAN BAJO HAS CAÍDO!-

- Mamá, mamá, tranquilizate porfa..- interrumpio Liam intentando calmar las cosas. - ¡Cierra la boca hijo! Tu padre va a pagar por esto. ¿Crees que es bonito estar encerrada en un maldito sitio de locos, y tú aquí tan campante casándote con esta? ¡Eres un bastardo!

- Rebeca, nos divorciamos hace cinco años, por favor, vete de aquí antes que llame nuevamente al manicomio y te encierren. ¡Pensé que ya estabas curada y estabas haciendo una nueva vida en Nueva York como dijiste!- Dijo George y puedo ver como una vena se resalta en su cuello. Volteo a Liam quien esta viendo a la nada y parece afectarle que la que se supone que es su madre este en ese estado.

- ¡Y una mierda! ¿Sabes que? a ti no te haré nada. Pero a esta cualquiera no le dejaré las cosas tan fáciles.

Lo siguiente pasa muy rápido. Rebeca levanta su arma y le apunta a mi madre. Esto parece una maldita telenovela pero no es tan divertido como se ve.

Escucho el disparo retumbar en mis oídos, y el impacto en mi costado se hace presente. Gritos y lamentos se escuchan y yo caigo inmovilizada en el suelo.

Todo está negro. Otra vez.

- ¡ISABELLA!

***

Nuevo capítulo lectores!!

Gracias a todos los que me leéis de verdad. Espero que mi historia sea de su agrado.

Cuídense!

xoxo

Pd: Su humilde escritora 💕

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