Capitulo 2

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18 años después

 

 

 

 

 

 

 

De mis logros, reglas rotas.

Corría  rápidamente perseguida por un carruaje, en el no había ladrones ni asesinos, sino algo peor. Mi padre.

Se negó a que le ayudara en el caso y al final yo lo resolví todo. Tenía que llegar a tiempo a la tienda de relojes donde se llevaría a cabo la balacera con consecuencia de muerte.

Un hombre llego con el caso de que su hermano desapareció, seguramente había sido secuestrado. Se encontró un cadáver cerca de las tuberías de drenaje del Támesis y él afirmo que el cuerpo era de su hermano. Después de unos estudios, no era el hombre que buscábamos.

Fuimos a la casa del hombre que reclamo el caso y se encontró con una bala de bajo calibre en la cabeza del lado derecho sobre la oreja. Los inspectores de Scotland Yard, como no se toman la molestia de acomodar la evidencias, pensaban que él se suicido pero fue un asesinato. El hombre llamado George Ford tenia la bala del lado derecho de la cabeza, no pudo matarse porque es surdo y sería muy inútil doblar la mano izquierda hasta llegar al lado contrario de la cabeza.

Mi padre hablo con su hermana, Jane Ford, y le dijo que él tenía la intención de quitarse la vida por pensar que su hermano gemelo murió. Ella se fue deprisa del lugar para ir a la notaria para arreglar unos documentos. Una de las grandes interrogantes era que ¿Cómo savia ella que se dio un tiro en la cabeza? Tenía razón mi padre existen muchas formas de matarse y ella supo exactamente como lo hizo. La mujer fue la que mató a su hermano mientras lo visitaba para discutir sobre los papelas de la propiedad de la tienda de relojes que pertenecía a su tío abuelo. Watson fue a ver la abandonada relojería y encontró a un hombre inconsciente, firmemente amarrado. Según los datos que me dio tenia características muy semejantes a las del señor Ford y todo indicaba que era su hermano gemelo Gerard.

Y ahora corría para evitar que esa mujer mate a su propio hermano ya que con eso ella sería la única heredera de la relojería porque ella y yo somos las únicas que sabemos que en ese lugar hay una gran cantidad de libras en el sótano de la habitación donde se reparaban los relojes, justo debajo de la mesa donde se colocan los relojes de péndulo.

Bueno, seguía corriendo con un carro de Scotland Yard detrás de mí, con el señor Sherlock Holmes, dentro de él.

Llegue a la esquina donde está la relojería abandonada, tenía varias ventanas con tablas de madera sobre ellas, la puerta se veía atrancada.

Intente girar el picaporte pero estaba fuertemente cerrado, esto significaba que alguien salió o entro al lugar.

Saque unos repuestos de llaves junto con un destornillador para intentar abrir la puerta, claro con discreción para no hacer un ruido fuerte.

Después de unos minutos de intentar no lograr nada de repente un fuerte golpe con el pie abrió la puerta rompiendo un poco el polvoriento vidrio, me asuste un poco y sabía quién era.

-¡Watson, que susto me diste!- le dije al joven de cabellos rubios y tez blanca, nariz respingada y gruesa, debajo unos doce bigotitos, sus cejas pobladas y ojos de color entre verde y café, y claro más alto que yo; Jack James Watson.

-Perdón, me desespere de tus intentos, no tenían resultado.- respondió sonriendo.

-¡Ja! Gracias a ti llamaste tanto la atención que espero no haya oído nadie.- le reclame mientras entrabamos a la oscura tienda.

Sheyla Holmes (Sherlock Holmes Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora