De odio, amor y otros vicios

PASIÓN CARMESÍ

Recuerdo todo como si hubiera sido hace un segundo. Recuerdo el aroma de la comida pretenciosa, el buen vino que lo acompañaba, el ligero barullo de las conversaciones de las mesas contiguas mezclado con la banda de jazz que tocaba en el lugar y la tenue luz que complementaba el ambiente a la perfección. En otras circunstancias hubiera disfrutado gratamente un evento similar, pero este no era el caso particular. 

Fui cordialmente forzado a asistir a este evento de gala a nombre de la compañía para la que trabajo, a fin de poder enganchar a un par de peces gordos, por lo tanto mi disfrute se limitaría a mis honorarios que ganaría si cerraba el trato. Tras una cena bastante buena y una breve explicación de los beneficios de asociarse con nuestra compañía, los tenia prácticamente en el bolsillo. Se celebro en el acto con unas rondas del mejor escoces de la casa (auspiciado por la compañía). Fue un poco sorpresivo descubrir tras un par de rondas de tragos que los nuevos asociados y yo entramos rápidamente en confianza, olvidamos las formalidades para hablarnos por nuestros nombres de pilas y bromear entre nosotros sin mucha contemplación. Fue esto precisamente lo que me metió donde me encuentro ahora. 

Entre copa y copa hablamos de nuestros dotes de galantería y seducción, una cosa llevo a la otra y cuando menos lo esperaba se lanzo un reto para mi. uno de los empresarios (creo que Joseph) me indico con la mirada a una hermosa dama sentada en la barra, "te reto a que demuestres que no estas alardeando solamente amigo mio, conquista a esa nena y yo personalmente agregare un par de ceros a tus honorarios". No estaba tan alcoholizado como para lazarme sin mas a esa lindura, ero el incentivo económico basto para hacerme aceptar. Con decisión me levante de la mesa, acabando mi copa de whisky un trago y me dirigí a mi objetivo. A medida que avanzaba pude apreciar mejor las características de la chica y mas pronto que tarde quede petrificado ante su belleza.

Media cerca de 1.70 m contando los tacones, delgada, piel blanca y perfecta, cabello castaño claro recogido en un tocado y una cara angelical, enfundada en un vestido negro entallado que dejaba al descubierto su espalda a la vez que asentuaba a la perfección tanto sus largas piernas como sus atributos femeninos. Trate de tragar saliva, pero me di cuenta de que tenia la garganta seca. Cuando estaba a punto de dar la vuelta para retractarme de la apuesta cuando poso su mirada en mi. Esos ojos felinos de un vede esmeralda y esos finos labios carmesí que me dedicaban una sonrisa algo picara bastaron para sacarme de mi trance y atraerme rápidamente a ella. 

La salude, me regreso el saludo con otra sonrisa, le invite un trago, ella lo acepto,charlamos un rato y sin darme cuenta ya me estaba arrastrando a la pista central. Después de bailar dos piezas de la banda se acerco a mi y me susurro al oído "¿podemos ir a un lugar mas privado?". Inmediatamente accedí a su petición y salí de la pista con ella a mi derecha, tomándola de la cintura. Al pasar cerca de la mesa en la que había cerrado el trato anteriormente recibí miradas de aprobación y un pulgar alzado en señal de mi victoria.

Al salir del gran salón tomo mi mano con la que sujetaba su cintura y se desenvolvió de mi con la gracia de una bailarina de ballet, lentamente me guió por la recepción hasta el tocador de caballeros. Ya adentro del pequeño pero bien decorado espacio empezamos a avivar el fuego del amor entre besos y caricias. Ella poso su mano en mi pecho y lentamente la fue deslizando hacia mi cintura y mas abajo, la pasión aumentaba rápidamente a la par del calor de mi entrepierna. Súbitamente sentí un dolor en esa misma área, no era el típico dolor placentero del juego previo, sino un dolor punzante que rápidamente se convertía en uno desgarrador. al voltear a la dirección del dolor note el brillo de algo metálico enterrado debajo del vientre. Rápidamente desencajo el cuchillo, haciéndome caer de rodillas ante ella.

- Lo lamento en verdad bombón- dijo mientras limpiaba la sangre del cuchillo con los dedos para pintarse los labios con ella- pero ya no había labial de este tono- explico al inclinarse hacia mi, luego me beso la frente, se irguió después y con un movimiento producto de la practica intensiva me degolló limpiamente. Mi cuerpo fue encontrado al día siguiente.