30 oneshot challenge [Showho]

Miercoles de flojera

3- Jugando/Viendo una película

Los miércoles de flojera eran lo días preferidos de Hyunwoo. En donde podía pasearse desnudo por su casa porque no había nadie que lo molestara. Odiaba la ropa. Tenía la teoría que en realidad era de una época primitiva o que lo habían sacado de su hábitat natural.

También amaba los miércoles porque su hermana Yeojoo no estaba para decirle que dejara de comer. Por lo cual felizmente agarró un pote de helado, una cuchara y se tiró en el sillón. Estaba por poner Netflix cuando el sonido del timbre se hizo presente. Toda su emoción se derritió para convertirse en lamentos.

La idea de no atender pasó con mucha sensualidad por su cabeza pero se dijo a sí mismo que si era algo para la familia terminarían matándolo. Se levantó y solo con su bóxer puesto fue a la puerta, miró por el rabillo, esperando que fuese algo posible de ignorar.

Lo que vio del otro lado hizo que su mente se atrofiara.

Hoseok estaba allí, sus pómulos rosados y sus saltonas orejas de un rojo furioso. Sus cejas parecían muy apretadas. Lo estaban. Hyunwoo se preguntó que estaría pasando por esa bonita cabeza en ese momento. Abrió la puerta sin esperar más.

—Hyu... estas desnudo. Tú estás desnudo.

El moreno solo se quedó mirando, alzando un poco las cejas por la declaración. Luego mostró su sonrisa, una enorme y feliz sonrisa que dejaba ver sus dientes algo torcidos y gigantes. Escondiendo sus ojos hasta dejar solo dos líneas en cambio.

—Estaba por ver una película. ¿Pasó algo Sokkie?

El rubio había quedado en stop por completo, anonadado por la expresión hermosa del mayor. Su ancha y aplastada nariz moviéndose para todos lados, confundido. Pronto bajó la cabeza, casi inconscientemente. Miraba sus calzones con detenimiento. El moreno dejó salir una risa y estiró las manos, haciendo cosquillas en la cintura del chico, logrando sacarlo de su entretenimiento sobre su bulto, entre saltos y risas descuadradas y agudas.

—¡No! ¡Hyung!— gritó una, dos veces hasta que le dejaron, su respiración demasiado agitada y sus mejillas rojas. Cuando miró a los lados Hyunwoo los había metido a los dos a la casa y se giraba para volver a tirarse al sillón.

—Hyung. Yo venía a decirle algo importante.

El chico se volteó, le miró fijo. Su rostro estaba triste, asustado de repente. Hoseok sintió su pecho estrujarse y se preguntó qué podría pensar. Ambos lo hacían, ambos querían saber qué pasaba por la mente del otro, temiendo lo peor.

—Vamos a mirar una película antes. Ya que estás aquí. Es bueno.

—Mmh.

Con sus orejas rojas y sus mejillas infladas se acercó al sillón. No pasó mucho tiempo hasta que el moreno le sacudió para encajarlo en su pecho. Los brazos fuertes le rodeaban y le protegían.

Soy un hermano para él

Era el único pensamiento en su mente cuando sintió su pecho inflarse, sus párpados aleteaban tratando de contener las lágrimas.

—Usted me encanta.

Ojalá hubiese dicho esas palabras, sin embargo no era otra cosa que una línea de la protagonista de la película que veían. ¿Sobre qué se trataba? No tenía idea. El olor almizcle de Hyunwoo lo tenía mareado desde que había llegado, en el buen sentido. Era un olor excitante, masculino y fresco a la vez. Hoseok no podía seguir conteniendo esos sentimientos. Alzó la cabeza y lo que vió lo tomó de sorpresa. Hyunwoo tenía una expresión triste, alarmada, con ojos aguados. Cuando sus miradas se conectaron ninguno supo como reaccionar.

—Hyung... u-usted me encanta.

Repitió, como por inercia, la misma frase que la chica había dicho en la tele. Hyunwoo sonrió, miró a otro lado y afianzó la mano en la cintura ajena. Sus labios se apretaron en una fina línea.

—Después. Después. Cuando termine la película. Lo repites.

Hoseok no entendió. ¿Lo habían rechazado? ¿Qué se suponía que tenia que hacer al respecto ahora?

Movió la cabeza algo curioso y se dejó acomodar, acurrucándose más aún en su pecho plano.

Para cuando la película había terminado, sus labios habían sido más besados en veinte minutos que en toda su vida.

Y estaba feliz.

—Usted me encanta. —dijo, media hora más tarde. Causando un mar de felicidad.

Los miércoles de flojera eran los mejores días de la semana.

Tarde pero seguro(?)