5)Si llegan a las cuatro citas,la relación es un hecho.
Martín, bloqueó su celular al sentir los pasos del inglés, acercándose a él con dos tazas humeantes, que debían contener café y té respectivamente. Y las colocó sobre la mesa de cerámica, sentándose en el banquito, frente a Martín, quien vio el dichoso artículo en la sección de noticias en su celular, y no pudo evitar abrirlo...Dios, y pensar que él había hecho exactamente lo contrario a las "normas".
Justamente, en la norma "si llegan a las cuatro citas,la relación es un hecho", constaba que los ingleses tienen la capacidad de decidir si alguien vale la pena en la segunda cita, la tercera se encargará de confirmarlo, y la cuarta ya están en una relación. Pero nunca te lo harían saber.
Decidió jugar un poco con eso.
—Arthur —. Artículo serio.
—¿Si? —Extrañado por la seriedad del contrario,dio un sorbo a su té.
—¿Nuestra relación ya es oficial? —
Arthur casi escupe su té, sabía que el completo silencio en Martín no era nada bueno. Nunca se sabe con lo que saldría.
—¿¡Por qué preguntas eso, idiota!? —Estaba rojo,no sabía si de la furia o desconcertación.
—Es que...Ví un artículo en mi móvil que se titulaba: normas al salir con un inglés y no me pude resistir a cliquearle —. Sacó el objeto de su bolsillo, señanandolo.
Arthur, se lo arrebató de los manos, lo desbloqueó yo jeó el artículo que aún se encontraba allí, puesto que Martín no lo había cerrado.
—Estuviste leyendo esto al esperarme —. Su tono mezclado de interrogación e irritación.
—¿Es verdad que te diste cuenta si valía la pena en la segunda cita? —
El inglés enrojeció aún más, ¡Bendito Martín,bendito Internet, bendito celular y benditos artículos!
—Arthur...—Sabía que no dejaría de insistir,suspiró.
—La verdad es que, al principio, dudé varias veces,de ambos. Dudé de lograr comprendernos, de no terminar nuestras discusiones y estuviésemos en peleas constantes. Dudé de ti, de que realmente creyeras mis sentimientos, a veces sentía que te decepcionaba. Dudé de mí, al no poder demostrar mis sentimientos —.
—Arthur....—Los ojos del rubio estaban aguosos. El inglés se había aprendido con el argentino la vieja frase de"siempre espera lo inesperado", así que antes de que reaccionara, de buena o mala manera, habló.
—Pero, sí, hay algo de lo que nunca dudé —Se acercó a él, apoyando brazo y parte del vientre sobre la pequeña mesa, inclinándose. Lo miró firmemente y con su voz suave como la seda continuó —Es que valías y vales la pena, y más que eso,completamente, Martín —. Se alejó, despacio, con elegancia.
El sureño, completamente anonadado por las acciones del inglés, soltó un suspiro, para luego enrojecer desde su cuello hasta la punta de sus orejas. Finalmente, sonrió tiernamente, con sus ojos tan cual brillantes esmeraldas, rebozando de felicidad.
Le sonrió coqueto.
—¿Entonces....—era su turno de acercarse, tal y como lo había hecho el europeo —.nuestra relación es oficial?,Osea, esta es nuestra cuarta cita.
El de cabellos platinos frunció el ceño, aunque un tanto divertido.
—Idiota, me preguntas eso cuando es nuestro cuarto aniversario de casados y, además...—Fue interrumpido por dos voces.
—¡Papis!, ¡Papis! —Dos niños, de aproximadamente siete y ocho años, se acercaban corriendo hacia sus padres. Habían estado jugando en la plaza, y alimentando a los patos.
Uno abrazó a Arthur y otro a Martín, para luego intercambiarse.
—¿La están pasando bien, pequeños? —Les preguntaba Arthur, en tono paternal.
—¡Sí! —Respondieron ambos rubiesitos. Continuaron jugando y corriendo por los alrededores del lugar. Habían decidido pasar su aniversario en compania de sus hijos, resulto agradable.
—Y después de todo esto...Me preguntas si nuestra relación es formal y si vales la pena ...—Siguió el juego.
—Yo valgo re la pena, che. Y además...—exageró una pose pensativa —,Me gustaría otro regalo, es nuestro aniversario,después de todo —, Mencionó en susurros, con voz sensual y mirada lujuriosa, acariciando la mano del europeo.
Arthur, volvió a sonrojarse. Sonrió ladinamente, separó, tomando a Martín de la barbilla, quien se sorprendió por sus acciones.
—Si tanto lo quieres, tendrás que recibir parte de ese regalo acá —.
—P-pero, espacio público —era su turno de sonrojarse.
El inglés se acerco, rozando sus narices y entremezclando sus respiraciones —"This is England, nobody cares what you do"—.Declaró con voz sensual, para luego, besarlo apasionadamente.
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Normas al salir con un inglés
Fanfiction¿Martín, podrá llevar a cabo y al pie de la letra las normas al salir con un inglés, para dar fruto a su relación?