Mente saturada.

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Las luces encendiendo una por una en el pasillo en el hospital Jean-Martin. Raramente el silencio se presentaba, pues ensordecedores gritos o constantes gemidos muchos provocados por tratamientos, otros por tics o condiciones hacían que el aire pareciera lleno de ondas chocantes que los transmitían.

Evangeline se la pasaba mirando siempre a su alrededor, temblando y parpadeando constantemente, una chica de tierno carácter y largo cabello rizado que le ayudaba a cubrir sus oídos, al menos, de forma parcial aquellos agudos chillidos. Sacudió su cabeza y se dirigió hacia la puerta de su habitación mientras el altavoz hablaba 'Sección H', 'Sección I'.

Entonces las puertas hacen click, médicos y encargados entran y salen de habitaciones adversas, cubren los pasillos de presencias. 

-¿Evangeline Carter? Adelante, puede salir-. Se escuchó del otro lado de la puerta, ella sin pensárselo fue a buscar a Arquímedes la única persona que se había tomado la molestia en escucharla desde que ella recuerda, con la cabeza tan llena de 'basura' como lo llama.

-Tienes a Mai, ¿algo pasa en tu mente Vange?- Dice un joven pelirrojo, de estatura alta, en extremo delgado, rostro repleto de manchas ya sea por las pecas o las ojeras que padece.

-Ella es mi mejor amiga.- Susurra Evangeline abrazando más fuerte a 'Mai' como su dueña le asignó desde que la vio en el aparador de aquella tienda, tienda que visitaba para conversar siempre con ella. De cabellos plateados y largos, complexión que Evangeline envidiaba y un semblante sin emociones, Mai, es una muñeca.

-¡Vaya! Es tu amiga y yo no eh...- Una mirada fría se escapa de él.

-N-NO!! Yo no quise decir eso, ella es mi amiga, tú eres...- No estaba segura si el miedo penetró su interior o era su terrible inseguridad, pero claramente estaba desconcertada, ¿'su amigo'?

-Olvídalo Vange, no era en serio, lo lamento.- Volteó a verla a sus llorosos ojos mientras le tomó de las manos, para inmediatamente deshacer éstas acciones y dejarle pensando. -AAAH!- Hizo puños con sus manos y empezó a golpear una pared mientras gritaba de manera intensa.

-¡¿Por qué?! Aaaaaaahh!- Enérgico lanzaba mesas que espantaban a otros pacientes, tuvieron que intervenir los enfermeros tomándolo por la espalda, quienes eran golpeados de manera abrupta por él.

-waah...ah...- temblaba llorando Evangeline quién corrió buscando desesperada algo que pudiera usar en contra de su cuerpo, entre el ajetreo no pudieron darse cuenta de ausencia.

Ella pensaba que todo era culpa suya, llegando a una recepción donde encontró unos clip, seguramente para ella lo suficientemente apropiados para lograr su fin. Olvidando completamente a Mai la dejó caer, dobló tres clip y los miró inmersa en pensamientos negativos.

-Es mi culpa, ES MI CULPA.- Decía fuerte para sí. Montones de voces de pronto le acompañaron en susurro 'todo es culpa tuya' 'eres una inútil Evangeline' 'hazlo' 'ni siquiera eso haces bien' hazlo, te lo mereces'.

Evangeline se dejó resbalar recargándose en la pared y jalando sus cabellos -¡Basta! ¡BASTA! ¡BASTA!- Gritó desesperada, mientras tomaba los clip temblorosa y de forma salvaje empezó a cortarse todo su brazo derecho e incrustó repetidas veces en sus piernas aquellos clip que vestían poco a poco de rojo.

Mientras tanto, Arquímedes era llevado a la fuerza a el cuarto 'R' dónde le aplicaron contención mecánica, sudado y con las manos ensangrentadas le amarraron a esa incómoda posición que por el momento odiaba.

Un suspiro se alcanzó a escuchar lo que provocó que Arquímedes volteará bruscamente.

-Si no te controlas terminarás viviendo en éste lugar amarrado a esa cama.- Le dijo un viejo, ligeramente calvo y de aspecto cansado aunque bien vestido. -Por tu rabieta de hoy, serán dos días a partir de este momento.-

-¡Muérase viejo imbécil!- Gritó con ira.

-Oh, ¿podrían callarle?- Un par de enfermeros inhabilitaron al joven agresivo de hablar. -No te preocupes, soy bastante senil, pronto moriré.- Se detuvo a su lado muy cerca -O quizá ¿quisiste decir que tú vas a matarme...Ar-quí-me-des?- El pelirrojo gritaba ahogadamente mientras aquél viejo seguía hablando.

-Sabes, es interesante que alguien como tú posea el nombre de un científico tan grande en la historia...-

-Doctor Daniel, sólo es una broma ¿cierto? No puede quedarse días enteros sujeto.- Mencionó uno de los enfermeros, pues, le comía la duda y la conversación no le parecía más que inútil.

-¿Le parece que pueda bromear con el tratamiento de un paciente? He dicho que se quedará en ese sitio dos días, ustedes atenderán sus necesidades por supuesto, pero no le soltarán.- Se retiro a paso lento mientras todos se encontraron en silencio.

-Esto es genial...- Salió uno de los enfermeros con mucha molestia, la habitación fue vaciándose poco a poco y aquél que discutió con el doctor se quedó mirando la situación de Arquímedes quien sólo le miraba con mucho desprecio.

'Este lugar es horrible.' Pensaba el joven dentro de sí.

~

Evangeline fue buscada 5 minutos después de lo ocurrido. -¿Cómo pudieron dejarla sin supervisión? Ella es muy inestable y su condición no es apropiada para dejarle sola.- Discutían para los enfermeros.

-Arquímedes nos tomó por sorpresa señor.-

-No volverá a pasar.-

-¡Encuentren a la paciente antes de que algo más pase!- Gritó por último uno de los superiores.

Yacía en el suelo aquella delicada jovencita mirando el techo y temblando cómo ella siempre lo hacía, preguntándose una y otra vez '¿qué es lo que hago mal?'.

Jean-Martin Charcot Hospital PsiquiátricoWhere stories live. Discover now