¿Cuál es la mejor forma de consolar a alguien? Siendo empático a su situación; pero, ¿Cómo saber que en verdad te tienen empatía?
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*'Es un secreto.' Dijo él.
Sí, uno que quemaba dentro mío, un secreto hecho por dos pero que sólo uno tenía que mantener callado, un doloroso secreto...*
*Mi infancia fue cómo las demás o quizá distinta, no éramos ricos ni importantes, éramos comunes, pero en ese entonces ignoraba por completo lo valioso que son para la gente éstas cosas, vivía en una enorme granja, con un perro fiel, una hermosa familia ¿qué podía hacerme más feliz?
Mi familia, sí, una madre como todas: Regañona. Pero que siempre hace la comida con amor, que mientras te replica lo sucio que estás en realidad tiene una sonrisa en su rostro, un padre fuerte y capaz de hacerlo todo por los suyos, mi héroe y el perro más leal que pueda yo conocer jamás. Vamos, que también amaba ayudar a cultivar o arrear ganado si era necesario, flojear a escondidillas bajo un árbol es algo que todos hacen ¿no? Y todo lo demás no importaba.
-Lindley, ¿podrías traer unas mantas? Creo haberles dejado encima de los forrajes del bebedero de las vacas.- Me dijo mi padre mientras ayudaba a una hembra puerco a dar a luz.
-Sí papá.- Me fui acompañado de mi perro Yogurt. -¿Una carrera amigo?- Corrí sabiendo que perdería contra él quién presumía de poder llegar incluso sin dejar de voltear atrás para mirarme.
Fuera del territorio de nuestra granja sólo había terreno vacío para cultivo; a lo cuál me parecía raro mirar un hombre merodeando, cómo si anduviera en el mercado escogiendo que es lo que va a comprar.
Yo quedé agitado, y mientras Yogurt les robaba agua a las vacas, el extraño me saludó-¡Hola pequeño! ¿Cómo estás?- Preguntaba con un aire de confianza, entre tanto yo buscaba las mantas.
-Bien. Lo siento señor, tengo que irme es importante.- Esa fue la primera vez que lo conocí, un hombre de aspecto amigable pero algo desaliñado, de ésos que ganan confianza con facilidad, con una mirada.
-Padre, hay un sujeto en la zona de cultivo.- Le dije a mi padre en cuánto recuperé aliento por la segunda carrera que tomamos de vuelta al establo, aunque, no me puso atención, los partos requieren concentración. Salí de nuevo fuera, el hombre se había marchado y yo esperaba no volver a verlo otra vez.
Pero no fue así, resultó ser que el intruso de la zona de cultivo, era en realidad, el dueño de esas tierras fértiles sin utilizar, con el tiempo, se hizo amigo de la familia y mi padre le ayudaba a trabajar sus campos, podría decirse que se convirtieron en colegas o amigos.
Para mí se convirtió en una pesadilla atroz.*
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Un nuevo día se incorporaba 'Sección H' sonó por los altavoces, era hora de empezar el tratamiento de Lilly por parte de su médico encargado Mason Kidder.
-¡Muy bien Lilly! Voy a dar una valoración a el análisis de Payton, tu psicólogo, pero también debo hacer mi propia evaluación, será demasiado corto y nos iremos con prisa a la elaboración cognitiva y emocional facilitando una conclusión a los tratamientos correctos para ti. Podemos hacerlo en tu habitación o en una oficina, tú decide lo que te parezca más cómodo.- Esperando una respuesta se acomoda sus lentes.
-La...la oficina e-está bien, me-me vendría bien ver...o-otro lugar.- Se levanta de su cama y se acomoda un poco su cabello despeinado. -De acuerdo, puedes darte una ducha si gustas antes de ir, yo te estaré esperando, ...pero vaya cómo pude olvidarlo ¿Cómo vas a encontrarme? Soy Mason Kidder tú médico psiquiatra temporal dentro de éstas instalaciones.-
-Mu-mucho gu-gusto señor Ki-Kidder.- Él doctor sonrío ligeramente.- Puedes preguntar lo que quieras a los enfermeros, te dirán dónde estaré, nos vemos entonces.-Le dice para retirarse esperando que "Lilly" interactue con su entorno y las personas en él.
-Bañarse...fue algo que se convirtió...en una obsesión.- Lindley puso su mejor rostro, tantas cosas le afectaban y le recordaban sucesos horribles, debía tener un tratamiento arduo y largo para recuperarse, un proceso complicado. Se sumió en pensamientos negativos sobre aquél hombre y al mismo tiempo en dolor, por todo lo que había pasado, pensaba que nunca podría recuperarse, pero quería hacerlo, no quería más tener pesadillas, no quería más desear morirse o, sentirse completamente ausente dentro de su mente, tener ataques de pánico y auto-odio, él estaba más que desesperado por ser otro.
Se dio una ducha rápida, para recordar que tenía que hablar con personas desconocidas. -No, tartamudear de nuevo no...- Suspiró y se dijo. -Tú puedes hacerlo, puedes salir de este oscuro y horroroso hoyo.- Se dirigió fuera de su habitación, dio una mirada a ambos lados del pasillo, por la parte derecha pasaba un enfermero mirando centrado su carpeta sujetapapeles.
-Di...disculpe...¿dó-dónde está e-el Doc-tor Kidder?- Dijo con esfuerzo aunque aquél sujeto le pasó de largo, "Lilly" se dio cuenta de que debía aún esforzarse más por que lo escucharan. Por el lado izquierdo ésta vez miró una dama de ojos amielados, con un rostro dócil.
-Ho-hola! Po-podria decirme ¿dó-dónde se encuentra el do-doctor Kid...dler?...Por favor.- La detuvo tomándole del brazo a lo que ella respondió.- Lindley, hola, ¡sí! Te llevaré hasta la oficina.- Le sonrió de manera dulce acción que hizo sonrojar a Lin.
-Gra...gracias, dígame...Li-Lilly.- Agachó la cabeza y se abrazó a sí mismo. -Está bien 'Lilly', yo soy Paula ¡vamos!- Él asintió y fueron tomando camino, "Lilly" iba mirando el lugar y cuando se cruzaban con alguien Paula le iba ayudando a presentarse, poco a poco se iba haciendo más fácil hablar con otros.
-Aquí estamos, Mason está adentro, espero vernos en otra ocasión.- Se despide la señorita, de la misma afable manera con que lo estuvo tratando, cosa que le agradó hasta cierto grado, confiar es algo que se le dificulta a personas que han vivido lo de Lindley. -Adi-diós Paula, graci..gracias.- Cuando se queda solo cierra los ojos y sacude su cabeza, sabiendo que le espera enfrentar muchas angustias.
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Jean-Martin Charcot Hospital Psiquiátrico
Teen FictionLas innumerables perspectivas que se tienen de la vida es lo que hace posible que tenga su propia escencia y sabor, ¿A qué mundos podría llevarte?