Pasado II

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El tiempo parecía fluir lentamente, los días eran muy largos mientras a los niños miraban el cielo, no tenían nada mejor que hacer, no estaba muy preocupados por el tema del agua y el alimento pues, inocentemente creían que turnándose todo saldría bien.

El anciano o mejor dicho, el hombre de mediana debía haberlos olvidado pues no sé había asomado tras haberles dicho poco con respecto al agua, que también abría un trozo de pan y quizás algún huevo hervido como alimento cada cinco días.

Seamos realistas, ¿quién sería capaz de pelear con el estómago vacío?

Claro pueden haber momentos de desesperación en el cual el cuerpo experimenta un impulso salvaje y tiene algo más de fuerza, pero es sólo eso un impulso, no duraría mucho tiempo, y menos en el caso de unos niños.

Dos días y medio después.

El hombre de mediana edad se acercó al Pozo, los observó unos instantes, lanzó una cantimplora, se dió la vuelta y se marchó.

Os niños observaron la cantimplora durante unos segundos, está era redonda hecha con els piel de algún animal o bestia, era de un marrón oscuro, algo pálido por el paso del tiempo, tenía el tamaño de una mano adulta con los dedos extendidos.

Eyel era el más cercano y la recogió parecía estar calculando su peso y la cantidad de agua o líquido que tenía dentro, se giró y miro a sus "hermanos" los cuales le asintieron.

Algo temeroso destapó la cantimplora, la acerco y la olfateó varias veces, no parecía conforme con esto y dejó caer varias horas al suelo.

No sé sabía cuando el hombre había vuelto pero los observaba con algo de aprobación, eran muy cuidadosos y ágiles a la hora de pensar, no habían tardado mucho tiempo en estar tácticamente de acuerdo, era compresible lo que hacían los niños, pues no sabían que podría hacerles alguien como que que fingía ser otra persona y los había drogado para luego arrojarlos a un pozo, era muy extraño.

Aún así se sentía un poco ofendido pues no planeaba volverlos a drogar, solo quería hacer un proceso de filtrado.

Simple, el más fuerte bebería agua, y tendría fuerza restante para suprimir a los demás cuando llegase la hora de comer, y si el más fuerte comía, sería el único con energía suficiente para seguir siendo quien suprime y no el suprimido, y todo dependía de una simple cantimplora, el primero en beber sería el que tendría el control a la hora de la verdad.

¿Aliarse dos contra uno para beber agua?

Claro eso era posible, pero en el momento que eliminan a un tercero, no van a confiar en si mutuamente y tendrían una pela para así quedarse con el agua para ellos mismos, es el pensamiento de todo ser humano, a pesar de tener intelecto también esa un ser de instinto, y una vez plantada la semilla de la duda o desconfianza...nada sería lo mismo.

Enyel probó el agua, dio dos pequeños sorbos, degustó en busca de algún sabor extraño, al no notar nada tomó un pequeño trago y le pasó el agua a Jack, quien con un poco de temor bebió dos pequeños tragos,

Por último Tyrone, este sujetó la cantimplora, cuando estaba cerca de su boca noto un olor extraño y la arrojó lejos de él, está chocó con la pared del pozo y cayó al suelo donde el agua empezó a derramarse lentamente.

Un líquido azul verdoso, fluyó lentamente y los niños miraron aturdidos.

Reinó el completo silencio por unos segundos, se hacía audible la respiración de los tres y los corazones acelerados de Eyel y Jack, sus cuerpos temblaban, Jack miró a Enyel fijamente, puestos que, este último había probado el agua, ni dialogaron pero llegaron a un acuerdo táctico de que si el encontraba algo raro avisaría a los demás.

-Yo no...-apenas artículo cuando se escucho un resoplido proveniente de fuera.

-¿Creen que soy estúpido?-el hombre miró con desden a Jack y Tyrone.

-Hable con uno de ustedes antes de arrojarlos al pozo,así que...chicos tienen un traidor entre ustedes, que triste, un amigo con el que has crecido y compartido todo te traicione solo para poder tener agua y comida, es lamentable.-una sonrisa siniestra se dibujo en su rostro.

Los niños se miraron entre sí con algo de dudas y precaución, Jack y Tyrone se miraron y asintieron con mutuo acuerdo,   después miraron fijamente a Enyel, quien temblaba completamente.

El los miró, vio las dudas en la forma en la que los miraban, sus ojos se humedecieron levemente.

-Yo no los traicioné chicos.-

Jack negó con la cabeza y señaló la cantimplora de la cual aún caían algunas gotas de agua o lo que fuese aquel líquido.

Mientras la semilla de la duda era plantada con éxito el hombre se marchó con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, lo niños desconocían, el había manipulado el contenido de la cantimplora para que después de unos minutos está cambiase temporalmente de color y olor, era un plan simple pero si el último niño hubiese venido de daría cuenta que el sabor era el mismo, solo era una artimaña, un engaño tan simple.

Ahora estaban divididos, el que no ha bebido agua Tyrone, le quedan 2 días para beber agua o su cuerpo iba a empezar a sufrir los efectos de la deshidratación.

Enyel, de quien los demás dudaban, pero había bebido agua y por último Jack quien también había saciado su sed.

Con solo un movimiento cambió el destino de los tres niños por completo.

Asesino CrepuscularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora