"sabes, mi concepto de ayudar a la gente no era este"
"¿Qué tiene? Nos pagarán por hacer esto, así que no hay problema"
"pero nos pagaron los demonios para arrasar la ciudad completa"
"me pagaron para que les abriera paso a la ciudad, no destruirla"
"es lo mismo"
"Lo que digas"
Quienes conversaban se preguntaran. Pues era una chica joven sentada en lo más alto del muro de la ciudad de Luxía, hablándole a la nada. Sentada estaba mirando al horizonte, viendo el espectáculo que los demonios estaban orquestando mientras arrasaban la ciudad. Ella fue la culpable de esto, fue por ella que los demonios pudieron entrar, fue por ella que la ciudad está en llamas, fue por ella que miles de vidas humanas perecerán esta noche, fue por ella que el caos en el reino empezó.
"señorita, la mitad de la ciudad ha caído, solo falta la mansión del señor de la ciudad y el gremio de aventureros"- hablo lo que parecía ser una especie de ser humanoide diabólico muy aterrador.
"bien hecho, Gilbert. Encárgate del gremio, yo le hare una visita al señor de la ciudad"- ordenó la chica.
"a sus órdenes"- aceptó el demonio, haciendo una reverencia se marchó.
"lindo nombre para ser un demonio"- dijo alguien.
"ser demonio no quita el hecho de poder tener un nombre, puedes ser lo que sea y aun así puedes tener un nombre"- respondió la chica, tirándose desde la sima del muro, cayendo con elegancia en el suelo, tomando camino por la calle principal, dirigiéndose hacia la mansión.
En la mansión del señor de la ciudad
En la entrada de lo que un día fue la mansión más lujosa de la ciudad de Luxía, cuerpos inertes de soldados y ciudadanos yacían allí. Dentro de la mansión, un hombre muy angustiado caminaba de lado a lado de la sala principal en la puerta de la mansión, mientras lo que quedaba de sus soldados personales aseguraban la puerta y uno aparte le daba un informe de la situación de la ciudad. Aquel hombre era el señor de la ciudad.
"señor, el gremio de aventureros no puede aguantar más y caerá pronto,"- informó el soldado.
"los demonios son más de lo que esperábamos, no es raro que incluso el gremio no pueda aguantar"- reflexionó el hombre.
"¿Qué hay de mi mujer y mi hija? ¿Lograron escapar?"- preguntó el hombre.
"lograron escapar con los soldados que las acompañaban, aunque la mitad de ellos cayeron, lograron hacer una brecha entre los demonios para poder escapar"- señalo el soldado.
"Ah... lo lograron"- se dijo a sí mismo el hombre, sintiendo algo de felicidad por algo bueno que suceda en esta desesperada situación.
"señor, hay algo más que le debo informar"- dijo de repente el soldado.
"¿Qué es? Habla rápido"- exigió el hombre.
"la academia ha caído"
"¿Q-que?"- esto tomo por sorpresa al hombre. "¿Cómo es posible que la academia allá caído? Había un montón de profesores con el nivel de un aventurero de rango S, además de alumnos con un nivel de rango A. ¿Cómo es posible que la academia más fuerte del país allá caído con el nivel semejante de poder?"- el hombre estaba histérico, básicamente la mayor fuerza de la ciudad había caído.
"eso te lo puedo responder yo, Edgar"- de repente, una voz, como si viniera del cielo, resonó en la mansión, sorprendiendo a todos los presentes.
Arriba se escuchó un estruendo, y cuando todos miraron hacia arriba, una figura cayo en medio de todos. Los soldados se pusieron en guardia, alrededor del hombre. Pero al ver a la figura fijamente se dieron cuenta de que no era un demonio, si no que era la figura de un humano, más concreto, el de una joven, una joven rubia de pelo largo.
El hombre antes llamado Edgar, apenas vio a la joven, la reconoció al instante. Fue a la misma chica que felicito por sus servicios en el exterminio de una horda salvaje de bestias que salió del bosque en la que su ayuda fue fundamental, también a la que había ayudado cuando la recomendó al reino central del país. La recordaba igual a cuando había dejado la ciudad hace más de 5 años, no había cambio.
"A-Aki"- fue lo único que salió de la boca del hombre, que estaba paralizado.
"tiempo son vernos, Edgar"- respondió Aki.
"¿Q-que haces aquí? Lo último que supimos de ti, fue que fuiste capturada por los demonios en una misión de reconocimiento"- dijo el hombre.
"no, Edgar. Los demonios no me capturaron, yo deje que me capturaran"- dijo riendo Aki.
"¿Qué quieres decir?"- preguntó confundido, pero intuía de que no era nada bueno.
"ese día que estábamos mi escuadrón y yo explorando el bosque ilusorio, descubrí unas inscripciones. Esas inscripciones estaban en el idioma de los demonios y para mi sorpresa, describían cómo funcionaba la ilusión en el bosque, también el método para activar y desactivar la ilusión. Probando lo que decían las inscripciones, pude desactivar la ilusión, a la vez que unos demonios empezaron a llegar. Le dije a mi escuadrón que corriera, que yo les daría tiempo, pero apenas se fueron hable con los demonios. Ellos estaban sorprendidos de que pudiera hablar su idioma (aunque no noto cambio cuando hablo) y les dije que quería ir a su ciudad principal. Al principio se negaron, pero después lo aceptaron cuando mate a uno de ellos. Apenas llegue a la ciudad otros demonios me rodearon, con un simple movimiento de mi espada me los quite de encima. Seguí mi camino hacia el palacio del rey demonio, donde apenas me lo encontré ataque pero el rechazo mi ataque, me pregunto qué quería y yo le propuse un trato, dejo que los demonios puedan pasar el bosque a cambio de un pago, un pago que no te diré"- relató calmadamente Aki.
"Básicamente, nos has vendido"- dijo el hombre, no creyendo lo que oía. "¿Por qué? ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué darle el paso a los malditos demonios?"- grito histérico el hombre.
"te lo dije, eso es un secreto"- dijo Aki mientras sacaba la espada de su cintura. Esta acción hizo tensar a los soldados que estaban a su alrededor que se preparaba para atacar.
"te ayudamos Aki, te dimos un hogar, te recomendé en la capital para que fuera una de las guardias reales, ¿y así es como nos pagas? ¿Aliándote con un montón de demonios que no son mejores que la basura, que solo buscan la destrucción del mundo?"- grito con rabia el hombre.
"te sigo agradecida por eso, y como tal, te debía un favor, y ese favor ya lo he devuelto, ¿Cómo crees que tu esposa e hija lograron escapar con tal cantidad de demonios?"- dijo burlonamente.
Ahí fue cuando se dio cuenta el hombre. Nunca hubo posibilidad de escape para su esposa e hija, fue Aki la que permitió que ellas se fueran del infierno que era la ciudad.
"ya no te debo nada Edgar, así que... adiós"- sentencio Aki con una sonrisa espeluznante.
Gritos se escucharon al interior de la mansión, y en cosa de minutos los gritos pararon, a la vez que las puertas principales se abrían. Una figura salió caminando, aquella figura estaba cubierta de sangre, su pelo rubio estaba prácticamente rojo. Caminaba relajadamente mientras sacaba la sangre de su espada. En eso se le acerco cierto demonio, era aquel que mandó al gremio de aventureros.
"señorita, el gremio fue completamente destruido, no queda ningún aventurero en la ciudad, así como ciudadanos"- informó arrodillado.
"bien hecho Gilbert, no me has decepcionado"- felicitó Aki. "informa a los demás demonios, desde hoy, esta ciudad será nuestra base de operaciones"- sentenció.
"Ah, a partir de ahora, las cosas serán más interesantes"- pensó con una sonrisa mirando hacia el cielo nocturno.
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hola hola, como pueden notar, esto no forma parte de la historia (creo). Son como borradores de lo que quiero llevar en el futuro (algo lejano). Si querían un nuevo cap, lo siento pero sigo preguntándome como escribirlo. Si les gusta esto, puede que continué esto. in mas que decir, xao :3.
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Hija de la naturaleza
FantasyElla busca su propósito. Sin nada mas que su fuerza busca que fue de ella antes de perder sus recuerdos, algún indicio de que perteneció o pertenece a alguna familia. Pero la verdad, puede que sea mas increíble de lo que ella misma espera.