Catorce.

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Sé que soy una horrible persona, que no valgo, que estropeo la magia en el segundo que hablo.
Sé que rompo corazones y que destrozo ilusiones.
Sé que estoy completamente rota.
Sé que estoy enferma.
Sé que soy buena y sonriente y amable.
Sé que acaparo.
Sé que soy egoista y lo necesito todo para mí.
Sé que vivo en una extraña montaña rusa entre decisiones maduras e inmaduras.

Me quiero morir.
Sé que decirlo así suena trágico, que le quita importancia, que lo hace parecer hasta cómico. En octubre de 2017 pedí ayuda por fin. Empecé con ansiolíticos, 9mg de Lexatin al día. La primera vez que vi a la psiquiatra y al psicólogo era diciembre (todos sabemos lo rápida que va la sanidad pública). Me mandaron antidepresivos y una terapia de mierda (por la que ni si quiera me han preguntado a dia de hoy) sin darme un diagnostico, diciendome que lo que me pasaba era completamente normal. Estamos a marzo y hace poco tuve la 2a visita. Mi psicólogo me dijo que si mi problema era preguntarme los por qué, que dejase de hacerlo.
Querido genio, dejar de pensar es peor que morirse, es vivir por nada.
Se supone que no estoy enferma, se supone que todo es normal, ¿alguien me explica por qué entonces me quiero matar?

La gente no quiere dejar de vivir un día así porque sí, o eso supongo.

Estoy triste, muy triste. No soy capaz de hablar con nadie. No soy capaz de tener amigos.
Estoy sola, muy sola. Estoy sola porque no quiero que nadie llore, no quiero que nadie se sienta culpable.

Por cierto, me he dado cuenta de que a los hombres se les hace muy facil verte como una vagina con boca y a mi se me hace muy facil aceptar cualquier cosa mientras suplico por un poco de afecto.

Llevo tanto tiempo tan perdida que ya no sé si existo.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2018 ⏰

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