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(AV)

— ¿Sabes dónde podemos parar? En Shake Shack, oí que incluyeron cosas al menú y sería bueno que probaras algo antes de irte... Alex... Alex... — tres llamados más y finalmente, mi atención es suya —. ¡Hazme caso, carajo!

Nicky no deja de parlotear en el asiento del copiloto, mientras mi mente no deja de dar vueltas y vueltas a lo que me espera para los próximos días.

Mi renuncia estaba firmada en el colegio, y la clínica había quedado fuera de servicio hasta nuevo aviso. Naperville espera por mí el día de mañana, después de diez días desde que se presentó la oferta y a siete días de haber tomado la decisión. Después de todo lo sucedido con Piper, un mar de emociones nubla toda mi percepción, horas pasaron y había olvidado por completo que debo partir mañana temprano hacia Illinois.

— No sé si pueda comer algo ahora, pero si quieres podemos pasar a comprar algo para ti.

— No, debo ir al hospital en una hora, sólo que no te ves muy bien.

— Oh, gracias...

— No, no lo tomes así, lo de tu apariencia es serio. Me preocupas.

Estaciono el auto en una calle cercana, apago el motor y echo la cabeza hacia atrás, abrumada por todo lo que pasa por mi mente, por el ruido citadino, por el clima, por la mirada de Nicky, por el celular timbrando, por las cosas que tengo pendientes, por todo lo que me rodea. Al borde de un ataque de pánico, me dejo caer sobre el volante, controlándome para no deshacerme del cinturón de seguridad y echar a correr.

— Piper y yo estuvimos despiertas durante la madrugada, en el salón. Ninguna de las dos podía dormir, yo bajé al salón y al poco rato llegó ella. Hablamos un poco, todo parecía tranquilo hasta que se recostó, con la cabeza sobre mis piernas; reconocí la sensación, esa misma que sentía cada vez que volvíamos a vernos durante su intercambio, como si algo se desbordara dentro de mí, algo que llevaba conteniendo durante estos meses. Quería abrazarla, quería besarla, quería recostarme con ella, quería dormir con ella, y sólo pude acariciar su cabello y escucharla respirar profundo conforme el sueño la iba tomando. 

— Hey, calma... — preocupada, Nicky coloca una mano sobre mi hombro.

— La llevé en mis brazos a la habitación, perdí la cuenta del tiempo en que estuve ahí, observándola. Besé su frente y me fui.

— Dijiste que estabas con ella como amiga.

— Tú sabes que no, ella y yo no fuimos amigas, nunca seremos amigas. Lo que hay entre nosotras jamás va a minimizarse, solo hay amor por ella y es imposible que eso cambie, no puedo ofrecerle otra cosa.

— Alex, tú te vas a Naperville.

— Lo sé.

— En todo este tiempo, ella jamás fue un tema a tocar en ninguna conversación y todo parecía marchar bien. 

Y es verdad, habían sido dos meses de silencio y negación ante el tema de Piper, sin siquiera mencionar su nombre, sin derramar una lágrima, pretendiendo que en mis sueños no aparecían sus ojos, cuando mis sentimientos permanecían en el mismo lugar y ella estaba en mi mente, día y noche, cada día sin falta. 

— Tú sabías que nada marchaba bien, tú sabías que si no hablaba de ella era para no extrañarla más. Nicky, solo tú sabes que ella no es pasado. Y no sé si quiero irme de Nueva York, no ahora que ha vuelto.

— Alex, no hay nada que puedas hacer para cambiar lo que está sucediendo. Ella estará con su familia, probablemente hasta la tengan ocupada con la compañía de papá, porque el Sr. Chapman no va a poder dirigirla debido a los efectos secundarios del tratamiento. Ella va a estar bien.

Tan inevitable para mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora