Worry Boy || Fanfictic FukaOli || [Yaoi/Gay/BL]

Capítulo 8

Mientras observaba a Mikuo con las mejillas coloradas, recordé tal y como era Len, incluso el incidente de recién que involucraba a ese rubio. Suspiré un poco y decidí hablar.

—Ah... Sí, estámos en el mismo salón pero no nos llevamos bien que digamos...— Dije mientras él me miraba atentamente. Recordé que hace un rato Mikuo había dicho que yo tenía un fetiche con las personas rubias sin siquiera conocerme y saber de mis gustos y él era otro que estaba loco por un rubio. —Además, tu hablas de fetiches si también a tí te gusta una persona rubia.

—No me gusta en su totalidad... Pero admito que es demasiado lindo.— Sonrió. —Del que sí anteriormente estuve locamente enamorado es de Luki, no sé si lo conozcas.

—Ah, claro que lo conozco.— Sonreí. —Siempre me encontraba con él en la biblioteca y sólo me sonreía. Incluso en una o varias ocaciones me ayudaba a bajar libros que estaban en las repizas más altas.— Dije recordando al pelirosa.

—Oh, claro.— Sonrió débilmente. —No sé si deba sentirme celoso pero él nunca hizo algo así conmigo. Te envidio un poco.— Dijo Mikuo mostrándose algo decaído.

—¿Por qué lo dices?— Pregunté.

—Porque yo no soy enano y alcanzo muy bien las repizas.— Se acercó y me hincó la frente con su dedo índice.

—Jaja, pero que gracia me dá.— Lo miré indiferente. Luego de eso no hablamos más y él se puso a leer nuevamente mientras yo observaba cada cosa que en ese salón había.

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Mientras el silencio inundaba el salón donde Mikuo y yo nos encontrábamos, recordé y decidí preguntar por qué ha de llamarle así a la persona que le gusta.

—Oye...— Me buscó alzando la mirada, ya que mientras él se había quedado leyendo yo me había parado para inspeccionar un poco el lugar. —¿Por qué llamas así... A alguien que te gusta?— Solté.

—Ah...Te refieres a cuando llamé a Len "Engreído", ¿no?— Asentí. Él sonrió levemente. —Es una de las cualidades que poco me gustan de él...— Suspiró y luego siguió hablando. —Quisiera que cambiara su actitud para que yo pueda acercarme a él y hablarle...— Dijo cambiando su semblante por uno triste.

—Ah...— Musité. Realmente era incómodo hablar de eso ahora.

—Si... Es algo que no me gusta de él.

—Comprendo.— Me acerqué y le sonreí. —Mikuo...— Este me miraba atentamente. —Ya que esto de ser amigos no es algo de lo mío, ¿qué te parece si me cuentas sobre tí?— Tomé asiento en frente de él. —Así yo podré saber las cosas que le gustan a mi amigo.

—Claro.— Sonrió y apartó el libro que recién leía.

Mikuo contó varias cosas sobre él y las que le gustaban hacer. Me contó sobre su hermana, su familia, las cosas que quería hacer y cada detalle era tan preciso que me hacía imaginar cada cosa. Como por ejemplo algo que quería hacer futuramente, ser un compositor. Enseguida me lo imaginé. Un Mikuo con ropas de marca, zapatos elegantes, sentado en un escritorio mientras escribía la letra de una nueva canción, con un tumulto de hojas esparcidas por el piso y otras hechas bola junto al cesto de basura. El sonido de su celular lo hizo salir de trance y cabreado soltó su lápiz, dejando de lado su casi perfecta "obra de arte". Solté una risa sonora y Mikuo me miraba extrañado.

—¿Qué te pasa?— Frunció el entrecejo. —¿Acaso te parece tan absurda la idea de que quiera ser un compositor que incluso te ríes en mis narices?— Pronunció todo aquello, no sé como y sin tomar aire.

—No es eso...— Sequé una pequeña lágrima de mi ojo izquierdo que producto de tanta risa había sido creada, teniendo cuidado de colocar nuevamente cada mechón de cabello que siempre me cubre dicho ojo para ocultar ciertas cicatrices. —Simplemente te imaginé trabajando cabreado y me ha dado gracia.— Sonrió.