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Tommy y yo nos asomamos por la barandilla y nos quedamos contemplando el paisaje hasta que los otros se hubieron perdido de vista.
-Son sólo palabras -dijo al fin Tommy. Y luego, tras una pausa, añadió-: Es lo que la gente dice cuando siente lástima de sí misma. Palabras. Los custodios nunca nos hablaron de semejante asunto.
Empecé a andar -en dirección contraria a la de Chrissie y Rodney y Ruth-, y esperé un poco a que Tommy se incorporara a mi paso.
-No merece la pena molestarse -siguió Tommy-. Ruth se pasa el tiempo haciendo cosas de éstas últimamente. Así se desahoga. De todas formas, como le hemos dicho antes, aunque sea cierto, aunque tan sólo hubiera una pizca de verdad en todo el asunto, no veo cómo iba a cambiar las cosas. Nuestros modelos, cómo son y demás, no tienen nada que ver con nosotros, Kath. No merece la pena hacerse mala sangre por eso.
-De acuerdo -dije, y deliberadamente dejé que mi hombro golpeara contra el suyo-. De acuerdo, de acuerdo.
Me pareció que íbamos en dirección al centro de la ciudad, aunque no podía estar segura. Estaba tratando de buscar un modo de cambiar de tema cuando Tommy se me adelantó y dijo:
-¿Sabes cuando antes hemos estado en Woolworth's? ¿Cuando has ido al fondo de la planta con los demás? Pues yo estaba intentando encontrar algo. Algo para ti. -¿Un regalo? -Lo miré, sorprendida-. No creo que a Ruth le hubiera parecido bien lo que me estás diciendo. A menos que a ella le compraras otro más grande.
-Una especie de regalo, sí. Lamentablemente, no lo he podido encontrar. No era mi intención decírtelo, pero ahora, bueno, ahora tengo otra oportunidad de encontrarlo, aunque creo que tendrás que ayudarme. No soy muy bueno en las compras.
-Tommy, ¿se puede saber de qué estás hablando? Quieres hacerme un regalo, y quieres que te ayude a escogerlo.
-No. Sé lo que es. Sólo que... -Se echó a reír y se encogió de hombros-. Oh, será mejor que te lo diga. En esos grandes almacenes había un expositor con montones de discos y cintas. Así que he estado buscando aquella que perdiste aquella vez. ¿Te acuerdas, Kath? Pero no he logrado acordarme de cuál era.
-¿Mi cinta? No tenía ni idea de que lo supieses, Tommy.
-Oh, sí. Ruth estuvo pidiéndole a todo el mundo que la ayudara a encontrarla, que estabas muy triste por haberla perdido. Así que la estuve buscando por todo Hailsham. No te lo dije entonces, pero lo intenté con todas mis fuerzas. Pensé que había sitios donde yo podía mirar y tú no. Los dormitorios de los chicos, sitios así... Recuerdo que la busqué durante mucho tiempo, pero ya ves que no dio resultado.
Miré a Tommy, y sentí que mi mal humor se esfumaba.
-Nunca lo supe, Tommy. Fue muy bonito de tu
parte.
-Bueno, no sirvió de mucho. Y te aseguro que quería
encontrarla para que te pusieras contenta. Cuando al final me di cuenta de que no iba a lograrlo, me dije a mí mismo que algún día iría a Norfolk y allí la encontraría.
-El rincón perdido de Inglaterra -dije, y miré a mi alrededor y añadí-: ¡Estamos en él!
Tommy miró también a su alrededor, y los dos nos paramos. Estábamos en otra calle lateral, no tan estrecha como la de la galería de arte. Durante un momento estuvimos mirando a un lado y a otro con aire teatral, y al cabo soltamos unas risitas.
-Así que no era ninguna idea tonta -dijo Tommy-. En Woolworth's tienen cantidad de cintas, y he supuesto que también tendrían la tuya. Pero no creo que la tuvieran.