Historias macabras de panteones en México.

El sacerdote en el cementerio.

"Mi tía acompañó a una de sus amigas  del trabajo a visitar la tumba de su hermano en un cementerio de Querétaro, porque ella era originaria de aquel Estado de la República.

El nombre del panteón donde ocurrió esto no lo recuerdo. El echo es de que llegaron al cementerio a eso de las tres de la tarde y había muchísima gente porque era 2 de noviembre, día en que se celebra a los fieles difuntos.

Limpiaron la tumba (la cual ya estaba deteriorada con tierra encima y pasto crecido a los lados), le pusieron sus flores, y cuando ya estaban por retirarse del lugar, se les acercó un sacerdote de avanzada edad, preguntándoles si no querían un rezo para su difunto. Ellas aceptaron y el cura pronunció un Ave María y un Padre Nuestro.

Cuando estaban rezando, mi tía se dio cuenta que la sotana del cura ya estaba muy maltrecha, raída, lo que le provocó lástima ver que su atuendo en general estaba en situación deplorable. Ya para terminar su servicio, el cura sacó una botellita de agua bendita y roció la tumba, pero el agua no se vaía limpia, parecía verdosa, como si ésta tuviera mucho tiempo atrapada en el recipiente.

Al terminar, la chica le preguntó que cuánto de debía por rezarle a su hermano, y el sacerdote le dijo que nada, que como pago dedicara una oración por aquellas personas que sirven a la iglesia.

En seguida se marcharon del panteón y de repente el  cielo se nubló y comenzó a llover con intensidad. Ellas, para atajarse del agua, se refugiaron en una parroquia que que regularmente existe dentro de los panteones y como la lluvia no cesaba, se pusieron a recorrer el templo. En esta iglesia había una sala donde estaban los retratos de los curas que ahí habían servido y que ya habían fallecido; entre ellos, estaba precisamente el sacerdote que minutos antes les había rezado en el cementerio ".

Si quieren saber de alguna historia,  diganlo en los comentarios. ❤

~Dayan