Primer Hora

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Me acabo de despertar, tengo frio y estoy desnuda. 
No puedo ver nada y por el dolor que siento en mis rodillas creo que estoy es la misma posición desde hace horas.
Mis tetas están haciendo presión contra el piso. No puedo mover ni mis brazos ni mis piernas, ya que están atados, mis brazos entre sí atrás de mi espalda, y mis piernas están atadas por separado al frío piso. 
Siento que prenden la luz, pero sigo sin ver nada. Tengo los ojos vendados. 
Escucho algunas voces, tanto masculinas como femeninas. 
Me sacan la venda de los ojos, hay 12 personas alrededor mío, 7 mujeres y 5 hombres. 
Como puedo doy vuelta mi cabeza, y veo que estoy completamente desnuda, con el culo totalmente al aire, sin braguitas ni nada. 
_Cada uno tiene 1 hora al día, y hace con ella lo que quiera _ dice una de las mujeres, con un tono autoritario.
_Por mi bien _ dice uno de los hombres _1 hora al dia es mas que suficiente _ 
Todos se van, menos un hombre, alto, se aproximaba a los 40 años, y me miraba deseoso. Este mismo cierra la puerta con llave. Tengo miedo, ese tipo me va a follar, estoy segura. 
No puedo gritar, ya que la cinta tapa mi boca. Para colmo soy virgen, dios mio, tengo miedo, por favor, que no me folle.
_Si haces lo que te digo, no te voy a hacer daño, entendes perrita? _
Trato de decir si, pero no puedo, hago un intento fallido para asentir.
Ni siquiera me puedo mover. Estoy inmóvil. 
El hombre me desata las piernas, pero no los brazos. 
_Seguime perrita! _ ordena mirándome.
Trato de caminar sólo con las piernas, pero me es difícil, y me empiezan a doler. 
Me detengo y lo miro a los ojos, esperando que diga algo. 
Él se acerca a mí, y me da una cachetada, dejando un fuerte ardor en mi mejilla.
_Vení hacia acá perra! _ me grita.
Trato de caminar con las rodillas, lo hago pero es muy doloroso. 
Estoy frente a él, y me felicita acariciándome la cabeza.
Toma un collar y una correa de un armario, que está lleno de toda clase de cosas.
Me pone el collar, qué humillante.
Luego, pone la correa en el collar, y abre la puerta 
Me va a sacar a "pasear" ahí mismo, como si fuera una perra de verdad. Como si fuera su mascota, odio esto.
Mis rodillas se están lastimando, y no tengo idea de donde me lleva 
Se para frente a una puerta, y la abre.
Me sigue llevando atrás de él.
Estamos en una habitación con gran equipo sexual: en especial dildos y cosas de bondage y bdcm. 
El hombre me levanta, y me sube a una mesa.
Me empieza a cortar las sogas que unen mis brazos, y puedo notar las marcas en el, inmediatamente pienso en escapar.
Entran dos tipos más a la habitación, así que me quedo quieta y la idea se esfuma.
Toma mi brazo derecho, y lo une a un extremo de la mesa, y luego hace lo mismo con mi otro brazo, sólo que lo ata al otro extremo de la mesa. 
Repite el procedimiento con mis piernas. 
En el techo, hay un espejo grande, que me permite verme reflejada, y ver todo lo que me hacen. 
Los otros dos tipos se van, y sólo quedo con el primer hombre.
Empieza por meter uno de sus frios dedos por mi vagina. Me duele, pero a la vez me excita. 
Trato de cerrar mis piernas, pero están separadas y atadas por esas sogas tirantes.
Ni siquiera puedo gemir, ya que mi boca está sellada por una cinta.
El hombre empieza a mover su dedo, poniendo a los pocos segundos un segundo dedo. 
Me duele mucho, pero empiezo a mojarme. 
El hombre saca sus dedos de mi chocho, y se va a un armario. Saca dos dildos. 
Dios, me los va a poner, me va a doler mucho! 
El hijo de puta me los pone sin un poco de sutileza y ahogo un grito pone uno de mi vagina, y el segundo en mi culo. 
Me salen lágrimas, me duele mucho. Lo peor es que son vibradores. Él los prende. 
Oh dios, no puedo cerrar mis piernas. Cuanta excitación. 
Estoy así durante dos minutos, despues el hombre me saca los dildos, dejándome más que desear.
_Si gritás te mato_ dice el hombre sacando la cinta de mi boca.
Me saca las sogas de mis piernas y brazos. Se baja los pantalones, y me hace señas para que se la chupe. Me bajo de la mesa con un horrible nudo en la garganta.
_Mordeme y te morís acá mismo _
Asiento como respuesta.
_Soy tu amo perra, tratame como tal_
_Si amo_ respondo en un susurro.
Acerco mi boca y con mis labios empiezo a besar la punta de su pene, que todavía está creciendo. 
No para de crecer, debe tener como 25 cm.
_ Dejala de besar, y chupala de una vez_ dice el hombre enojado.
Abro mi boca lo mas grande que puedo, y él me toma de la cabeza, y empieza a empujar.
Es enorme, no me entra toda, pero él me la pone cada vez más adentro, haciéndome tener arcadas.
Saca su verga, y me ordena que me de vuelta.
Lo hago, sabiendo que ahora me va a coger.
Estoy asustada, pero tambien estoy muy caliente.
Me ordena que apoye mi cabeza en el piso, asi que lo hago, teniendo el, una vista clara de mi culo.
Él me toma de las caderas, y empieza a bombearme con una rapidez imparable.
Me entra casi todo su pene, me duele un montón, y estoy a punto de venirme.
El tipo simplemente acaba en mi, sin preservativo ni nada, y tengo todo el semen en mi vagina, me da asco.
Parte de él se me cae, y el hombre me obliga a comerlo. 
Suena su reloj, y se va. 
Me deja acá, sola y desnuda, pero no atada. Hay una ventana en la habitación 
Obviamente pienso en irme, pero no sé si sea buena idea. Si fracaso, quien sabe lo que puede pasar.
Me arde toda la entrepierna y puerta se abre, entra una mujer con una cámara. Espero que no haga lo que creo que va a hacer...

Sin EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora