Capítulo 1

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El sonido de las sirenas se volvía cada vez mas insoportable a medida que las patrullas se acercaban.

El sonido del bombeo de la sangre se iba incrementando en mis oídos, un fuerte dolor de cabeza se hacía presente al igual que la adrenalina.
Si no fuera por el fresco viento que chocaba contra mi cara, causado por la velocidad a la que iba, seguramente hubiera chocado ya.

Al mirar por el espejo retrovisor mi corazón da un vuelco, nunca antes habían estado a punto de agarrarme, las patrullas estaban atrás de mi; no digo que nunca haya estado en una persecución, por que claro que he estado, pero siempre me libraba de la policía facilmente, aunque esta vez no será la excepción.

Miro frustrado mi teléfono "sin señal", suelto un bufido y le pego al volante; miro a mi alrededor, estoy en medio de la nada, no hay nada mas que árboles. Sigo conduciendo a máxima velocidad hasta que me topo con una vieja curva justo a varios metros por delante; es vieja y está cubierta por maleza, pero eso no me impide reconocerla. Me dirijo a la curva tomando por sorpresa a los oficiales, ya que algunos se pasan de largo y luego vuelven a retomar camino. Sigo conduciendo por las curvas, las cuales conozco perfectamente aunque esten obstruidas y no se distingan; éstas eran la entrada  a una de las "bodegas" de mi padre, que mas bien era una tipo habitación bajo tierra. Dejó de ser utilizada cuando la policía la descubrió,  no encontraron rastro de drogas o pruebas que pudieran inculpar a mi padre, ya que debido a nuestros informantes en la policía se nos fue advertido para poder vaciarla.

Todo el circuito está diseñado para volver a carretera, ya que lo único que hace es conducirte por una media circunferencia, claro que para pasar desapercibido, en cierta curva tienes que girar al lado contrario, si no lo haces lo único que conseguirás es perderte más de lo que probablemente ya estés. Llevo gran ventaja, giro por donde debo y a varios metros, tras los árboles, detengo el auto, observo como las patrullas van a sentido contrario y vuelvo a carretera a máxima velocidad.

Estuvo cerca, de no haber sido por esa pequeña distracción estaría muerto.

Ya lo suficientemente lejos bajo la velocidad, una risa se me escapa al imaginar en donde se pueden encontrar ahora los oficiales. Retomo el camino a casa, como es común, la casa de el jefe de una de las mafias mas grandes del país debe pasar desapercibida. Tomo un camino de piedras fuera de la autopista; colinas y árboles me rodean, pero conforme avanzo éstas se despejan para dejarme ver el gran porton que protege la mansión, abro las puertas de este dejandome pasar. Aparco el auto fuera de la casa y me adentro; me dirijo al despacho de mi padre, entro sin tocar, mi padre esta sentado en su silla de cuero, como de costumbre.

-Listo- digo con una sonrisa arrogante, dejando sobre su escritorio una bolsa llena de billetes.

Droga PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora