Capítulo 2

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-Ethan - la voz de mi hermano menor me despierta, abro los ojos encontrandome con su cara muy cerca de la mía, al ver que abro los ojos se aleja- Papá quiere verte antes del desayuno en su despacho -dice sin más y se va.

Me levanto de golpe, aunque hubiera preferido no haberlo hecho ya que un fuerte mareo se apodera de mi. La persecución de anoche no fue para nada agradable, no logro quitar el sonido de las sirenas de mi cabeza. Ya estable me vuelvo a levantar, me ducho y me visto. Bajo y me dirijo al despacho, toco hasta que escucho un "adelante" y entro.

-Hijo.

-Padre -este sonríe ante mi respuesta. Señala la silla delante de su escritorio y me siento.

-Necesito hablar contigo -posa sus codos en su escritorio.

-Estamos hablando -digo con egocentrismo.

-Bien... sabes que estoy orgulloso de ti, sabes que eres mi mas grande tesoro, sabes que algún día todo esto -hace un ademán con los brazos, dandome a entender que se refiere a la mafia- será tuyo y de yu hermano cuando yo no esté. También sabes que trato de complacer todos tus caprichos, como uno de ellos es no estudiar, pero hijo no te pediría lo que te voy a pedir si no fuera necesario... -se apoya en su escritorio y me mira a los ojos- pero tendrás que entrar a la Universidad.

Me paro violentamente de la silla donde me encontraba.

-¡¿Universidad?! ¿Por qué cojones iría a la Universidad? -suelto molesto- Para manejar una mafia no se necesita estar en una Universidad, todo lo necesario lo sé, toda mi vida he estado metido en estas cosas. No me salgas con esto.

-Sé que sabes mas que suficiente, sé que no necesitas una Universidad, todo te lo he enseñado -dice tranquilo, ¿cómo puede estar tranquilo? -Necesitas ir para cumplir un trabajo.

-Que, ¿me voy a poner a ofrecer droga a los estudiantes? -arqueo una ceja.

-Aunque no sería mala idea, no, no es eso. La hija de Martinelli entrará, claro que ella sí irá por fines educativos.

Bosco Martinelli es uno de los tantos enemigos de papá, dueño de una gran mafia.

-¿Y eso a mi qué?

-Tu te encargarás de enamorarla, según tengo entendido ella no sabe que eres mi hijo, te infiltrarás en su vida, en su casa, hasta en su corazón y averiguarás todos los secretos y mañas de su padre, eso si, en ningún momento te puede ver.

-¿Y yo por qué tengo que hacerlo?

-Porque yo lo digo -sonríe y suelto un bufido.

Droga PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora