Un Error

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I

—Es realmente pequeño —dice el hombre, mirando hacia el artilugio que sostiene entre manos. Una especie de brazalete grueso de metal. Lleva en él el color rojo, azul y blanco. El individuo analiza atentamente dicha selección de matices—. ¿Por qué esos tonos en particular?

La pregunta es bastante irrelevante, pero la hace de cualquier forma, quizá porque busca ocupar los espacios de silencio con palabras abundantes, palabras nimias de modo que nadie más tenga oportunidad de meter en la conversación los temas más apremiantes.

Los más... complicados.

—Ustedes dos llevan nuestras esperanzas con ustedes, chicos. Esos colores representan la confianza que tenemos en ustedes —su interlocutora le ve con unos ojos marcados por dos líneas oscuras que forman una cruz. Y sonríe—. ¿Listos?

Los dos hombres se ponen de pie. El ambiente es desolador, extraviados en medio de lo que parece un lugar abandonado, una construcción tan antigua y descuidada que su estructura carece en ciertas zonas de techo y paredes. Deshechos de máquinas y artefactos se oxidan y se calientan en los alrededores, acumulando polvo, tierra e incluso botones de plantillas rebeldes que buscan comérselos y reclamarlos como su propiedad. El sol quema fuerte. Ambos portan unos uniformes que han dejado de quedarles hace mucho y que la verdad es que huelen un poco a humedad y a guardado.

El más alto, con una cicatriz que le recorre de la parte posterior de la cabeza hasta el cuello, bordeándole la oreja, se ha puesto una bufanda para disimularla -con suerte aterrizarán en algún momento a mitad del otoño o el invierno-. El otro, cuyo rostro lleva más de media vida marcado por la locura de una madre marchita, ha procurado ponerse guantes para que no sean notorias las sombras varias que lamen su piel en esas zonas.

No es que estén listos, pero Hatsume lo ha dicho.

Ellos llevan las esperanzas de un mundo entero sobre sus hombros.

Ellos llevan las esperanzas de un mundo entero sobre sus hombros

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II

Segundo año de la generación de Izuku Midoriya en la U.A.

Multitud de cosas han pasado.

Izuku Midoriya y Katsuki Bakugou ya no se odian tanto, por ejemplo, el mundo entero sabe el secreto de All Might, pero siguen siendo sólo el hombre, Bakugou y el propio Izuku quienes conocen la identidad de su sucesor. La Liga de los Villanos fue desmantelada casi en su totalidad a principios de su segundo año, cuando Shigaraki Tomura organizó un ataque a gran escala que, lamentablemente, se llevó la vida de varios héroes profesionales consigo, entre los que se encuentra el entonces ya retirado Gran Torino. Aunque la Liga logró ser contenida, el daño fue funesto y, por desgracia, varios de los elementos clave de la organización se dieron a la fuga, incluido el propio Tomura, de modo que se espera que en cualquier momento éstos reaparezcan.

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