En la escuela nos colocan a escoger una actividad para hacer después de clases, no les bastaba con tener casi todo nuestro día a su disposición entre trabajos y clases. Ya no eran días buenos ni malos, eran días con pocos o bastantes trabajos, dos o tres horas libres. Los problemas de que tus padres te inscriban en la preparatoria mas exigente de la cuidad.
Las actividades que estaban eran: ir a una casa hogar, visitar los acilos de la cuidad y leer cuentos en un hospital de niños con cáncer.
Pero al inscribirme a tan solo un día de cerrarse la plataforma únicamente conseguí cupo en visitar a los niños con cáncer la verdad de todas formas fuera escogido esa, siempre quise hacerlo, pero mama decía que no podía ir a esos lugares ya que eran llenos de enfermedades y además los niños no podían entrar. Pero ya tengo la edad para ir supongo, no creo que mama se oponga a que lo haga, aunque con ella nunca se sabe puede llegar a sorprenderte muchas veces por no decir siempre.
Ya la inscripción estaba hecha, faltaba la parte mas sencilla y complicada la vez: convencer a la señora Blake y además hacer que firme la autorización.
Entre regaños, consejos, advertencias mi madre firmo la orden. desde de mañana iniciaba y estaba demasiado emocionada, tenía varios cuentos esparcidos en mi cama me encontraba indecisa sobre cual llevar. A la final decidí llevarlos todos y colocar a los niños a escoger.
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Me encontraba en la parada de buses hace media hora, traia el cabello algo despeinado y en mis jeans se encontraba una mancha de crema dental espero que se camufle un poco ya que son de mezclilla.
Todo comenzó mal desde que me desperté faltando tan solo 20 minutos para el inicio de clases, cuando me encontraba cerca de la entrada de la preparatoria casi me arrolla una motocicleta y yo tuve toda la culpa por ir corriendo como loca y fue tras de nada, el maestro nunca llego a la clase y las cosas no terminaron ahí. cuando me disponía a comprar mi almuerzo no pude hacerlo, pues solo había ensaladas era el día de barbie o de las porristas la verdad no lo sé, pero no había nada más. Y ahora el maldito bus para ir al hospital no pasa ya tengo media hora de retraso.
5 minutos más tarde pude tomar el bus. al llegar al hospital me di cuenta de algo muy importante que se me paso no sabia en que piso me tocaba, genial tarde y perdida.
— hola, podrías decirme en que piso les toca a los estudiantes de la preparatoria Westland High School — digo muy cordial a la recepcionista del hospital y llena de vergüenza porque es algo yo debería saber.
Ella simplemente me regala una tierna sonrisa y me dice que en un momento me indica en cual me toca.
Decido sentarme a esperar y así tomar un respiro para poder soltar un poco del cansancio que tengo y ahí es cuando recuerdo que no he comido nada y mi estomago se muere por probar algo, pero seria muy egoísta de mi parte irme a comer cuando esos niños me esperan.
La recepcionista llama mi atención y me dice que me toca en el piso 2 habitación número 16. pensé que trabajaría con varios niños al parecer es solo uno o dos, le brindo un simple gracias y me dirijo hasta el piso que me toca.
Al llegar a la habitación abro sin tocar y maldigo por no hacerlo estaba tan afanada que olvide hacerlo. Dentro de la habitación me encuentro con una tierna imagen, una niña con peluca color rosa en sobre su cabeza y está dibujando algo que no logro ver porque tengo la puerta entre abierta y solo la veo ella. Se que lo que dibuja se encuentra enfrente de ella porque cada vez que levanta la mirada de su dibujo y la dirige al frente deja escapar una sonrisa que irradia alegría parece un pequeño arcoíris con ojos verdes llenos de felicidad, simplemente sabes que esta enferma porque se encuentra en una habitación tan fría que ella se encarga de darle calor con su risa. Al verla me doy cuenta de que valió la pena pasar por todo ese día gris para llegar y ver el arcoíris de su sonrisa.
Decido que debo entrar de una vez y doy unos pequeños golpecitos en la puerta asomando mi cabeza para hacerles saber que estoy aquí. Enseguida la niña dirige su mirada hacia mi y me regala una sonrisa.
—¡hola! —me saluda la niña con sus mejillas sonrojadas—tu debes ser quien me va a leer cuentos por un tiempo, ¿cierto? —dice muy emocionada.
—sí, así es pequeña, todos los días vamos a viajar a tener distintas aventuras—digo regalándole una tierna sonrisa.
—¡escuchaste Hunter! —exclama la niña muy eufórica con sus ojos brillantes de la emoción. Espera... ¿dijo hunter? ¿hay alguien más aquí? espero y no sea el mismo que conozco, en el mundo habitan muchos hunters no creo que sea el mismo.
En ese momento aparece en mi campo de vision,la persona con la que se encuentra la pequeña.
—hola Hanna—dice curveando sus labios en una media sonrisa—otra vez—murmura en tono burlón. ¡mierda! ¡y más mierda!
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Soul Colors.
Teen FictionUn secreto del gobierno, desconocido por la humanidad llegara a cambiarlo todo y darle paso a la verdadera realidad. Atrévete, abre la puerta y descubre lo que habita en ti.