Un secreto del gobierno, desconocido por la humanidad llegara a cambiarlo todo y darle paso a la verdadera realidad.
Atrévete, abre la puerta y descubre lo que habita en ti.
En qué momento comencé a encontrarme a este chico en todas partes es como si el destino intentara decirme algo entre líneas que un no comprendo que es.
—¿Se conocen? —pregunta la niña con curiosidad en su mirada
—Algo así — dejamos escapar de nuestros labios sin pensarlo al mismo tiempo manteniendo un contacto de miradas —decidí que ya era momento de romper ese contacto y dirigí mi mirada hasta la niña que se encontraba con su rostro fruncido supongo que tratando de comprender lo que acabábamos de decir—vaya, los pre-grandes sí que son casi tan complicados como los grandes—dice encogiéndose de hombros.
Después de eso leímos un rato hasta que llego la hora de las medicinas de Sam así se llama la pequeña y ya debía descansar. Cuando me disponía a salir del hospital iba algo apresurada porque en unos pocos minutos dejaría de pasar el último bus que me dejaba muy cerca de mi casa. Estaba casi en la parada de autobuses cuando choque con alguien ¿Cuándo será el día que dejare de andar dando tropiezos? tal vez nunca..., levanto la mirada para ver el rostro del obstáculo que me impidió llegar hasta mi objetivo. Genial otra vez el, me percato que en mi blusa esta esparcido un cono de helado y yo que pensé que este día iba a terminar de buena manera. Lección del día si te despiertas con el pie izquierdo tal vez al final del día no estés de pie no termine de pensar la frase cuando detrás de nosotros se pasó el autobús. Que día tan hermoso ahora tendré que esperar el otro que me deja algo lejos de mi hogar. Si fuera rica no tendría que esperar ni depender de la llegada de ningún autobús maldita pobreza.
—lo siento hanna, yo solo...—no lo deje terminar se veía tan avergonzado hasta podría decir que había algo de nerviosismo en su voz
—¡hey! tranquilo, no pasa nada mira tengo un poco de crema dental en mis jeans algo de aceite para motos por aquí, creo que en mi cabello ya habitan nuevos seres—se escapa una pequeña carcajada de sus labios— un poco de helado que endulza todo esto no está mal, creo que no hace falta nada más para...—me tomo por el rostro con sus dos manos y planto sus labios sobre los míos haciendo que dejara de hablar llenando mi boca de una esencia dulce con algo de menta haciendo volar mi mente.
—te hacia falta un beso mío—dice con los ojos aun cerrados haciendo que se filtre una sonrisa en mis labios—¿no te han dicho que parloteas mucho?—dice esta vez con un tono de diversión ya con los ojos abiertos—eso no es...—me interrumpe antes de que diga algo concreto en si— te ves tierna cuando lo haces —con una de sus manos acomoda mi cabello detrás de mi oreja y la otra mano viaja desde mi rostro para acomodarse en mi cintura y así acercarme más— como frunces el ceño le da el toque que te hace ver hermosa—sale como susurrado sus labios. Sus ojos estaban intentando sumergirse en mi mirada y yo me encontraba completamente ahogada en el color avellanada de los suyos.
—debo irme—digo recordando que debo volver a la realidad—no podías ser más cliché—cuestiono en tono sarcástico mirando los colores cálidos del cielo—el simplemente se limita a sonreírme negando con la cabeza.
—hann,vamos yo te llevare a tu casa—dice comenzando a caminar hasta el estacionamiento—no me voy a subir a tu motocicleta—de sus labios brota una carcajada—¿porque crees que tengo una?—cuestiona con incredulidad—pues por tus tatuajes y tu apariencia pensé que eras uno de esos chicos malos—respondo sinceramente—hanna, los únicos hombres malos llevan saco y corbata con sus bolsillos llenos de billetes fabricados con lágrimas de los demás, así es aquí en la vida real deja a tu Travis Maddox entre las líneas de las paginas del libro de tu repisa— vamos por mi auto—me limite a quedarme callada porque sabía que de alguna manera él tiene razón
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Hemos estado conduciendo por las calles de new york hace aproximadamente como veinte minutos, después de lo sucedido en el estacionamiento no hemos vuelto a tener una conversación que no sea referente a la ubicación de mi residencia.
—se que hay personas inconformes con el gobierno, pero tú tienes un odio mas allá de eso... —digo mirando por la ventana ya el anochecer—¿porque ese odio tan fuerte? —pregunto dejando de mirar por la ventana para posar en ojos sobre el—lo veo cerrar los ojos por un segundo y soltar un largo suspiro y el auto se detiene—buenas noches hann,mañana sabrás—en ese ínstate me percato que ya estamos al frente de mi casa—¿porque mañana y no ahora?—cuestiono algo confundida.
—te dejare descansar esta noche después que sepas porque tu forma de ver el mundo cambiara—dijo curveando sus labios—dulces sueños hann.