Todos se encontraban más allá de borrachos.
Bueno,al menos la mayoría.
Minji sentía su cabeza ligera y como sus labios estaban curvados en una sonrisa perezosa mientras observaba al grupo a su alrededor volverse loco cada vez que una pareja era enviada al armario.
Siete minutos en el cielo.
Un juego tonto e infantil,pero a ninguno parecía importarle,y ya que todos los presentes tenían dieciocho años o más,las cosas solían ponerse más calientes.
La mejor amiga de Minji se levantó con una risita pícara mientras se levantaba y tomaba la mano de la chica con la cuál le había tocado esa vez.
Ya había estado cuatro veces en el armario.
Minji cero.
Cada vez que la botella giraba y giraba y giraba sus manos se apretaban en sus jeans,sudorosas,y mordía su labio nerviosa.
Kim Minseok estaba sentado frente a ella y aún no había tenido oportunidad con él.
Minseok había entrado una vez,con una chica llamada Soli,y había salido con la respiración agitada y el pelo todo despeinado. Sus mejillas redondas estaban rojas y ella había salido en un estado muy similar. Su falda un poco arriba de lo que la había tenido.
El corazón de Minji se había roto un poco mientras evitaba mirarlos más de lo normal,deseando haber sido la elegida para entrar con él y finalmente tener sus labios sobre los de ella.
Él se había sentado tranquilamente en el lugar en el cuál estaba anteriormente,y sus amigos habían tirado burlas hacia él mientras la botella volvía a girar una vez más.
Todavía no había sido el turno de Minji y sus esperanzas se apagaban un poco más con cada giro.
Ella no se había dado cuenta que había estado mirándolo,hasta que esos ojos gatunos se posaron en los suyos. Él miraba sin parpadear y parecía que su boca quería formar una sonrisa,que iba alzándose lentamente. Minju sentía como la sangre corría a sus mejillas,y miró un segundo más antes de alejar sus ojos de él.
Dios,es precioso,pensó,removiéndose nerviosamente.
La sala se llenaba de susurros mientras los presentes esperaban a que los siete minutos pasasen para continuar el juego. Los chicos se veían demasiado emocionados y ansiosos de ver a ambas chicas salir del armario y Minji rodró los ojos.
Chicos.
Ella se había removido la sensación de los ojos de Minseok cuando Momo salía con una sonrisa enorme y se sentaba a su lado,chocando los hombros contra los de ella.
—Wow.—le susurró entre risitas,y Minji la acompañó. —Creo que estoy enamorada.—murmuró con una sonrisa mientras pasaba un brazo sobre sus hombros.
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Cuando finalmente fue su turno,sólo quedaban unos cuantos -despiertos- en el círculo,los demasiado borrachos y cansados habían ido en busca de un lugar en la enorme casa,o simplemente se habían ido a la suya. Algo poco recomendable por la cantidad de alcohol que llevaban en la sangre.
Ella ya había perdido el interés,mientras se apoyaba en el hombro de Momo,dormitando ligeramente.
Un silencio se había asentado de repente en la sala,y Momo había empezado a sacudirse debajo de su mejilla.
—¡Cuánta suerte tienes,maldita!.—Le había susurrado mientras la sacudía un poco y repetía su nombre hasta que Minji había levantado la cabeza.
—Uh…—dijo. La botella estaba apuntando hacia ella,y el otro extremo hacia Minseok. Él estaba poniéndose de pie mientras los presentes hacían ruidos burlones,que aumentaron en volumen cuando él vino a tomarla de la mano para ayudarla a ponerse en pie.
¿De verdad está pasando?,se preguntaba mientras,aún con las manos entrelazadas,hacían su camino hacia el bendito armario oscuro.
Minji casi podía sentir el sonido de su corazón mientras la puerta se cerraba detrás de ellos con un suave clic. Ella podía sentir la presencia de Minseok mientras él buscaba algo,y unos segundos después,un foquito arrojaba una tenue luz en el espacio reducido.
Él la estaba mirando. Serio. Intenso.
Su lengua paseó una vez sobre su labio inferior,y con un suspiro se acercó hacia una Minji que temblaba contra la superficie de la puerta.
—¿Estás bien?. —le preguntó suavemente,observándola con cuidado,y al parecer advirtiendo su estado tembloroso.—N-no tenemos que hacer esto-
—¡No!.—Ella dijo demasiado rápido y demasiado fuerte,sorprendiéndolos a ambos y sacando una risita de Minseok.—Uh…no. Está bien. Sólo estoy nerviosa.—susurró mientras el alcohol que nadaba en su sangre le daba un empujón y envolvía su mano alrededor del cuello de Minseok,tirando de él hacia ella.
No había mucha diferencia en sus alturas así que era una posición cómoda mientras él le sonreía y se inclinaba para dejar un beso en la esquina de su boca.
Un estremecimiento de placer le recorrió la columna.
Minseok jugó unos segundos con ella,besando alrededor de sus labios y no dándole un respiro al deseo de Minji. Ella podía sentir como sus labios quemaban por posarse sobre los de él y probar su boca. Ella quería morder su suave labio inferior y luego tirarlo y—
—¿Minji?.—Minseok murmuró sobre su boca,sacándola de sus pensamientos.—¿Aún estás conmigo?.
Ella asintió antes de atraerlo con una mano en la parte posterior de su boca y saciar su deseo.
Ella gimió cuando sus labios se tocaron,y tembló cuando Minseok envolvió su cuerpo con sus brazos,tocándola y acercándola más hasta que ni la más fina brisa de aire podía pasar entre sus cuerpos.
Él la besaba firme y suave,recorriéndole la boca con la lengua y volviendo sus rodillas un lío tembloroso.
Él gimió cuando Minji mordió su labio,enredando sus manos en su cabello y perdiéndose en el beso.
Su cuerpo zumbaba con felicidad mientras el beso continuaba y sus cuerpos se buscaban. Ella sentía como que habían pasado años y ellos seguían allí,envueltos en el otro,con labios hinchados todavía buscándose.
En un momento-mucho después-,Minji tuvo que alejarlo un poco y aclaró su garganta.
—La verdad que siento como si hubiera pasado años besándote pero,¿no creés que de verdad ha pasado mucho?.
La sonrisa de Minseok se tambaleó un poco mientras la alejaba suavemente de la puerta y giraba el picaporte.
—Uh...—eso no sonaba para nada bueno.
—¿Uh?.
—La puerta no se abre.—él se rascó la nuca e intentó una vez más.
Nada.
Cerrada.
Estaban encerrados.
Antes de que Minji tuviera tiempo para entrar en pánico de encontrarse en dicha situación,aunque fuese con el chico que la volvía loca-los espacios pequeños no eran de su agrado-,Minseok la tomó de la barbilla y le levantó el rostro.
—Supongo que vamos a pasar unas cuántas horas de más en el cielo.— susurró y se inclinó para tomar su boca una vez más.