Outlander Un Angel ha Caído

An Angel Has Fallen

 Un rayo de luz entro por la ventana, tocando delicadamente como una caricia el rostro de Alex, al sentir ese sentimiento cálido rozar su cuerpo se levanto, fue al baño y se preparó para el largo día de trabajo que le esperaba.

- Buenos días mamá, buenos días papá- dijo Alex.

- Buenos días Alex- dijeron sus padres al unísono.

 Ciertamente era un hermoso dia, ver como el sol bañaba las montañas de luz, haciendo las cimas nevadas parecer seda blanca bordada con hilos de plata era un espectaculo digno de ver. Alex tomó su pan y se lo llevó a la boca, devorándolo casi al instante, tomó un vaso de jugo de naranja fresco y se lo bebió de un solo sorbo. Su madre al verlo tan entusiasmado le preguntó;

- Por que tan apresurado esta mañana hijo?, vas a la escuela todos los días.

- Es que hoy nos asignarán a nuestros Warrior Animals y nuestros animales mensajeros, y como solo será hoy no puedo faltar!- dijo Alex entusiasmado.

- Pues no te detendré mas preguntándote cosas innecesarias, corre que el tiempo vuela hijo, que Dios te acompañe en el camino!- dijo su madre.

- Gracias mamá, que Dios los cuide mientras no estoy, adiós!- dijo Alex mientras se alejaba a la distancia.

Su madre lo observaba mientras se alejaba corriendo, nunca vio a su hijo tan feliz hasta que lo inscribió en esa escuela de magia. Alex, al igual que muchos otros, es un chico dotado de poderes magicos, no son todos los que obtenian ese tipo de habilidades, solo a los de buen corazon Dios les otorgaba ese tipo de habilidades, para que en el futuro hicieran cosas grandes de bien con ellos, ya fuese magia blanca o negra, no se podían hacer conjuros para mal, ya que los cuatro ángeles elementales los observaban y los arcángeles de luz y oscuridad los retenían y les quitaban su poder si intentaban herir a alguien. Dios los había creado con el propósito de observar como se desarrollan los seres humanos al serles otorgados esos poderes, se decían que cinco de ellos eran ángeles tan hermosos como el mismísimo ángel Gabriel, pero que uno de ellos nunca mostró su rostro, escondiéndolo bajo una capucha de color negro. Todos los ángeles lo miraban extrañados, como si aquel no fuera un ángel sino un demonio, ya que sus alas a pesar de ser un ángel, eran de color negro, todos excepto el ángel de luz lo veían así. El Angel de la Oscuridad era el único ángel que desencajaba entre todos ellos, pero a pesar de ser el único de color negro, era, al igual que el Angel de luz, el mas obediente. Cumplía su mision de mantener la oscuridad y la maldad en un punto fijo, reduciéndolos casi a cero.

 Gabriel había sido el mentor de esos seis ángeles, y se sentía orgulloso de ellos ya que, a pesar de ser los ángeles mas jóvenes, eran fuertes y fieles, nunca fallaban en sus misiones, y mantenían la paz sin importar que les costara, protegiendo al ser humano de los demonios y la maldad.

 Alex habia llegado a su escuela, aunque solo tenia dos amigos alli se sentia genial, todos en la escuela, a excepción de ellos dos lo ignoraban, por una sola razon. Esa escuela era una escuela para personas de clase alta, donde se estudiaban cosas como las matematicas, costumbres, modales, disciplina, etc... pero desde que las personas dotadas de poderes magicos aparecieron, decidieron volver esa escuela una academia mixta, si eras pobre o de clase media tendrias que destacar para poder estudiar alli sin tener que pagar ni siquiera una moneda de cobre. Alex y sus amigos eran los unicos pobres que estaban en aquella escuela, incluso los de clase media actuaban como personas con recursos al verlos, aun si su situacion economica estuviera cercana a la suya, ellos lo trataban con indiferencia. Alex no les prestaba la menor importancia, al ser un niño de diez años de edad lo unico que le interesaba era destacar, para que su familia no tuviera jamas que pagar un centavo, y lo lograba, ya que todos los maestros se impresionaban al verlo recitar encantamientos como “Golden Alchemy” y “Healing Aqua”, los cuales se suponian de ser encantamientos de un mago de nivel superior, el los recitaba aun siendo un aprendiz. Cuando entró a su salón se sentó en la mesa mas cercana a la maestra, ese era su lugar asignado por la maestra ya que asi estaria cerca de sus amigos, con quienes se sentia a gusto. La mesa que les fue asignada a ellos era la mesa de los estudiantes meritorios, era una mesa con bordes de plata y centro de caoba cuidadosamente pulida y escogida de entre los mejores arboles, con un decorado maravilloso, sus asientos eran sillas de madera de caoba pulida, brillante y oscura. Con cojines de tela rojo escarlata y rellenos de algodon. Segun los maestros, ellos eran el mejor ejemplo de unos buenos aprendices y merecian el mejor trato. El resto de las sillas y mesas eran parecidas a la de ellos, con el unico detalle que no eran lujosas y no tenian tan bellos adornos como la de aquellos chicos de clase aun mas baja que ellos. Por esa razon la envidia ardia dentro de ellos, pero no se atrevian a perder la compostura y hacer algo descabellado. Alex respondia a cada insulto, a cada mala mirada, a cada burla, con nada mas que una sonrisa, no se sentia ofendido porque le dijeran pobre o pueblerino, ya que el se consideraba una persona de campo, decidido a trabajar duro por el bien de su familia. Todos estaban emocionados cuando la Maestra comenzó la clase, querian saber que clase de Warrior Animal les escogería y estaria junto a ellos toda la vida. Todos Formaron un circulo y se sentaron en posicion de meditacion en el suelo del patio, mientras los maestros abrian portales magicos detras de cada uno. Una vez que todos estuvieron listos y cada estudiante tenia un portal detras de su espalda procedieron a continuar. Todos los estudiantes se levantaron y miraron dentro de los portales, solo podian ver luz, nada se reflejaba en aquellas puertas con forma de espejo, solo se podia ver una estela de luz blanca cegadora. Uno por uno procedieron a llamar a sus compañeros animales diciendo lo siguiente.