Ayúdame | YM

Capítulo 6

- No hacía falta que me acompañaras.

- ¡Perdón, perdón, perdón!

- Tampoco que te disculpes, JiMin

- Pero Hyung...

Se encontraban ambos en el baño, Min se estaba quitando la camiseta por lo que JiMin decidió girarse nervioso.

JiMin articuló un puchero.

- En serio, perdón...

- Hey, JiMin.

- ¿Sí...? - Aún de espaldas ladeó la cabeza para mirarlo por el rabillo del ojo, pero la devolvió a su lugar al instante, muy avergonzado.

- Gírate. - Dijo con voz imponente.

- P-pero-

- Solo gírate - se acercó al menor.

JiMin de verdad no creía que esto acabaría así, pensaba en una cita tranquila, sin sus amigos de por medio ni que llegara la situación en la que se encontraban. El mejor se giró lentamente, intentando mirar solamente​ a su cara, sin bajar la mirada como normalmente hace. Estaba cerca, notoriamente cerca, se tensó cuando las manos de su Hyung se posaron sobre sus hombros.

- Escúchame JiMin - Lo miraba incesante- No quiero que te disculpes, no estoy enfadado y todo está bien, simplemente te tropezaste.

"Tropezarse..." Pues fue NamJoon quién le proporcionó una zancadilla, y ahora se estará partiendo de la risa por la situación actual.

El pequeño simplemente movió su cabeza articulando un "sí", tenso, el mayor lo notó, y con un tono algo rosado en sus mejillas-que JiMin pudo notar perfectamente- lo soltó girándose y volviendo a lo suyo.

- Hyung, puedo dejarte mi sudadera...

El mayor se gira nuevamente.

- No tienes por qué estar de espaldas.

- Pero es vergonzoso... -Le salía una tímida y leve risita mientras lo comentaba y se encogía de hombros.

YoonGi no pudo evitar que su corazón se acelera un poco ante tal respuesta y actuación. Mierda, era demasiado tierno. Se acercó nuevamente a él, con la cabeza gacha, rascándose le nuca.

- Hmm... Pasarás frío, y... y no quiero. Puedo esperar a que se seque un poco mi camiseta, tranquilo.

El menor se gira rápidamente.

- ¡Pero entonces tendrás frío tú!

YoonGi se llevó las manos a la cadera, satisfecho, mientras JiMin miraba esa acción, avergonzado.

"No quiero oírlo" - sonaba en la mente del menor.

- Te giraste. - Y esa estúpida y amplia sonrisa de lado, mostrando sus encías.

"MIERDA". A demás tenía un torso muy bonito, era pálido como la nieve, y parecía suave, quería tocarla, no lo iba a negar.

- ¿Qué te pasa? - Reía el mayor.

- ¡C-cállate! - gritaba avergonzado el menor.

- Shhh no armes jaleo... - susurró mientras seguía sonriendo ladino.

Mierda, el pequeño no pudo evitar pensar en aquello como otro tipo de advertencia... Llegando al punto de parecer un tomatito, y el mayor simplemente reír enternecido.